𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐁𝐎𝐘; Rodrigo Carrera ✓

𝟎𝟑; 𝐂𝐮𝐭𝐞

Nada elegante; unos pantalones cortos y una sudadera azul pastel con la mochila cruzando por su pecho. Pero continuaba parado nervioso a solo unos metros de la cafetería donde a través de los grandes ventanales podía ver a los trabajadores dando una vuelta tras otra.

Luego, alcanza a mirar al chico del mostrador caminando por detrás de la barra moviendo sus labios despidiéndose de todos. Cuelga su delantal en uno de los percheros y abre la puerta.

Traga saliva.

Lleva una playera blanca grande y jeans ajustados. 

Zack mira a su alrededor hasta que alcanza a ver a Rodrigo levantando su mano para saludarlo mientras camina hasta donde está él. 

—Hola —lo saludo.

—Hola Rodrigo, ¿tienes algo planeado? —pregunto con una voz suave. Tenía ese aroma dulce incluido. 

Nicolás y Robleis le dieron ideas desde un principio. El primero le rogo porque no lo llevara a un cine, ya que esa era una pésima idea para hacer una primera cita, porque no podrían conocerse más, así que si resultaba bien, le era conveniente dejarla para la próxima vez. Robleis le indico que para conocerlo mejor podían ir a caminar y tomar algo (pero descarto lo último al recordar que venía de una cafetería).

Término pidiendo consejos a una de sus pocas amigas para que le dijera que era lo indicado. Ella le dijo que lo tomara con calma y que si en verdad quería una segunda cita después de esa, se interesara en lo que le gustaba. Que se basara en sus fotos y redes para saber que ofrecer para pasar el tiempo juntos. 

—Hay un arcade cerca ¿te parece ir? —señalo con su pulgar a sus espaldas, recordando pasar por ahí.

—Si, esta bien —contesto caminando a su lado. 

Era callado.

—Entonces...¿qué te gusta hacer? —le pregunto a tan solo unos segundos de empezar su transcurso de camino. 

Zack se queda pensando por un momento levantando su rostro y haciendo un pequeño gesto con sus labios. Hace que Carre se pregunte y aquello era intencional o se trataba de solamente algo inconsciente. 

—Me gusta ver videos de...cafés de gatos —dice con cierta vergüenza mientras mantiene los ojos fijos en el frente mientras articulaba las palabras. Noto que cuando hablaba a veces parecía estar enfocado en el más allá de lo que el percibía. Tierno. 

—Oh, yo tengo un gato —le contesto de inmediato —. Te gustan los animales entonces.

—Si, antes tenía una boa, pero a mi madre le asustaba y la dimos a un zoológico que dijo que iba a encargarse de que volviera a hacerse independiente —su sorpresa se hizo a notar. No entendía a la gente que llevaba serpientes como mascotas —. Quería un gato después de eso, pero mi padre es alérgico a ellos.

—Odio las alergias —se le escapo sin querer —, yo y todo el mundo supongo.

—Eso es verdad. ¿Estudias Rodrigo? —se sintió un poco apenado con su pregunta porque nunca lo aceptaron en la facultad. 

—Decime Rodri o Carre, es re raro que me digan Rodrigo —pidió con una pequeña risa —. La verdad no estudio ninguna carrera ni nada. No pase el examen. 

Sintió un poco de pena recordando que no quiso la oportunidad del año siguiente por miedo a tener que reprobar de nuevo y quedarse estático. La mirada de su madre diciendo que podía lograrlo el próximo año y como esta cambió cuando a dos meses de sacar ficha, le fue sincero diciendo que era una perdida te tiempo. 

A pesar de que le dijo que estaba bien, sintió haber caído de su gracia en ese momento con su respuesta que corto todas sus fantasías sobre su hijo con un futuro prometedor. 

—En realidad yo lo pase por muy poco —hablo el chico mientras se detenían en la sala de juegos.

—¿Qué estudias? 

—Medicina —contesto con facilidad —. ¿Sabes? La mayoría de personas se llevan la impresión de que solo lo hago por que mis padres son...ya sabes, asiáticos, pero me gusta la idea de poder proteger a los demás.

Recordó que el también tuvo esa impresión al inicio. 

Pagaron una tarjeta de puntos para canjearla por juegos apenas llegaron y se pasearon por la sala en busca de algo.

—Entonces ustedes ¿son?... —no sabía que decir.

—Mis padres son coreanos, yo nací aquí en américa. Se hablar tres idiomas —su respuesta lo dejo frío. Ese chico tenía su edad y era mas productivo de lo que el era, lo hizo abrir los ojos como platos —. Lo siento, eso se escucho muy presuntuoso. 

Rodrigo carraspeo un momento mientras le negaba con la cabeza. 

—No, es solo que es raro que alguién lo diga con tanta confianza —atribuyo a la inocencia con la cual lo miro —. ¿Qué idiomas hablas?

—Español, coreano e ingles —contesto mientras se fijaba en un juego en especifico. Había muchas pelotas de basquetbol y un aro, se veía comprometedor —. Los estudio desde los ocho años. 

—¿Y podes decirme algo en coreano? —Zack y lo miro y se quedo pensando por unos segundos. 

— dangsin-ui nun-eun yeppeuda —si, no entendía nada de lo que decía. Zack sonrió cuando vio su cara de confusión — Quise decir "tus ojos son lindos" —continuó por decir.

Carre sonrió cuando lo escucho. Acostumbraba a pensar que eran lo menos lindo, rodeados de rosa y ojerosos con bolsas por la falta de sueño que tenía. 

—¿Jugamos? —miro hacía el juego de baloncesto y asintió con la cabeza antes de pasar la tarjeta por el lector y comenzar a tirar las pelotas al aro. 

Ese chico le daba una impresión agradable. Su aroma era tan dulce como sus palabras y su voz ligeramente aterciopelada. Con esos ojos tan inocentes, cualquiera habría sido capaz de caer a sus pies de la manera en que lo hizo.

Ok, me base un poco en mi primera cita para saber que cosas escribir y eso. Espero que hasta ahora les este gustando. 

¿Qué les pareció Zack? ¿Qué más les gustaría saber?

A lo mejor los siguientes capítulos se enfocan un poco en él y su vida personal. 

Espero verlas y verlos pronto. 

Por cierto, la historia que esta en producción sobre Oscu aun tiene unas pocas bases. Va a ir mas encaminada a la fantasía y si les gusta la sinopsis espero que puedan darme ideas para escribirla. 

Eso es todo. 

Las y los quiero mucho. 

- Z