— ¡¡Ayudenme!! ¡¡Tengen-Sama!! ¡¡Hinatsuru!! ¡¡Makio-San!! ¡¡Ayuda!!
Tengen Uzui se encontraba en otra de sus tantas misiones como pilar del sonido. Estaba luchando contra un demonio de categoría media que poseía tres largos brazos y dos cabezas cada una con seis ojos de un color rojizo.
Sus esposas lo ayudaban fuertemente en su batalla contra la una inferior 2 pero de un momento a otro el demonio tomó a la asustadiza Suma con uno de sus brazos que podían estirarse y alargarse a su antojo.
Suma estaba detrás de Hinatsuru llorando y gritando dramáticamente por el miedo que sentía en ese momento y Hinatsuru hacia lo que podía para protegerse ella misma y a Suma.
Pero la menor se movía demasiado y terminó estando al alcance del demonio, quien la tenía sujetada por la cintura amenazando con asesinarla si alguien se acercaba.
— Oh~ pero mira que chica tan linda.— Dijo el demonio tocando con sus brazos el cuerpo de Suma y esta se removia asustada tratando de soltarse.
Tengen empuñó sus espadas para atacar pero de la nada su esposa Makio saltó a la defensa de Suma con sus Kunais cortándole los brazos al demonio y tomando a Suma en sus brazos alejando la del peligro.
— Gracias Makio-San — murmuró abrazando a su mayor con lágrimas en los ojos.
— No dejaré que nadie toque a mi linda esposa.— Dijo con rabia Makio.
Suavemente limpio las lágrimas del rostro de su esposa y le dio un suave beso en la mejilla.
— Ahora... hay que acabar con un demonio insolente.