I. Una carta

1.9K 84 6
                                    

Disclaimer: Los personajes de Winx no me pertenecen

Nota: Esta historia esta ambientada después de la tercera temporada y después de la película Winx: El Reino Perdido.

I. Una carta

Riven extendió el brazo y acaricio el largo cabello de Musa. Ella tenía la cabeza recargada en sus piernas mientras tarareaba su nueva canción favorita.

Riven sonrió, ella siempre tenía una nueva canción favorita. A él le gustaba cualquier canción que a ella le gustara. Hecho la cabeza hacia atrás para recargarla en la pared y lanzó un suspiro.

—¿Entonces, volverás a Melodía? —preguntó él. Habían postergado esa conversación por demasiado tiempo, pero era momento de hablarlo. Esa era la razón por la cual ella había llegado antes que sus amigas.

—Sí, eso creo —respondió ella—, necesito un empleo y me gustaría pasar más tiempo con mi padre.

Riven rio suavemente— ¿Ser un hada guardiana no viene con un empleo?

Musa giró el cuerpo hacia él, haciendo rechinar suavemente el colchón de la cama—. Por supuesto que viene con un empleo... pero no con un salario —respondió.

Riven rio—. Vaya, que mierda de ascenso.

Musa asintió, consciente de que solo podría aceptar eso frente a él y no frente a sus amigas. Ser un hada guardiana le horraba, pero no le daría de comer—. ¿Tú que harás? —quiso saber.

Riven se encogió de hombros—. Buscar empleo en algún reino. Quizá pueda trabajar como guardaespaldas de su majestad, excelentísimo, gran Rey Sky —dijo a modo de burla.

Musa soltó una risa sarcástica—. Suena como la peor idea del mundo.

Riven se encogió de hombros y volvió a acariciar el cabello de su novia—. Quizá vaya contigo a Melodía —dijo suavemente—, puedo ser tu guardaespaldas.

Musa sonrió ampliamente—. Aunque me encantaría, no tengo un centavo para pagar tus excelentes servicios.

Riven volvió a encogerse de hombros—. Buscaré un empleo en Melodía.

La chica lo miró con cierta duda, colocó el codo en la cama para tomar apoyo y mirarlo—. ¿Lo harías?

Riven abrió la boca para responder, pero fue interrumpido por alguien al otro lado de la puerta.

—Riven —llamó el director, Saladino, de Fontana Roja.

Musa abrió los ojos, espantada, estaba completamente fuera de las normas que las chicas estuvieran en el cuarto de los Especialistas y mucho menos recostadas en sus camas.

—Musa, no intentes irte volando. Puedo sentir tu energía mágica a kilómetros —el anciano lanzó un suspiro—. Solo abran la puerta.

Musa se levantó en el acto y abrió la puerta de la habitación—. Buenos días, profesor —susurró avergonzada.


Saladino le regaló una suave sonrisa—. Buenos días, Musa —dijo entrando a la habitación y pasando junto a ella.

—Buenos días, profesor —habló Riven levantándose rápidamente de la cama y cuadrándose frente al mago.

—Riven —dijo el hombre apareciendo frente a papel—, ha llegado esto para ti —dijo tendiéndole la carta—. Toma tu tiempo para leerla, pero debes responder mañana mismo.

Riven frunció el ceño—. ¡Pero profesor!

—Sin peros esta vez, he dado demasiadas excusas por ti. Debes responder tú esta vez —respondió el hombre sabio.

No realmente [MUSA x RIVEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora