Final

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Cuando llegué a casa dejé mi bolso en el suelo de mi habitación y salí.

— ¡Hola, mamá! —llamé.

— ¡Hey, Jungminie! ¿Cómo fue tu presentación? —preguntó mamá, su pelo castaño claro cayendo sobre sus ojos, los mismos que yo había heredado.

—Estuvo bien, a todos les gustó.

— ¿Qué dijeron de tu papá? —preguntó.

—Un chico intentó burlarse de él mirando a la cámara pero lo detuve.

—Ese es mi muchacho —mamá dijo sonriéndome y rizando mi cabello.

— ¡Mamáááá! —protesté, pero él se limitó a sonreír.

—Mi pequeño alfa, no puedes hacer nada al respecto — acababa de hacerme una prueba y había salido que era alfa.

Papá estaba muy orgulloso de mí y me dijo que sería un gran alfa. Luego de procedió a preguntarme si quería un omega femenino o masculino. No sabía la respuesta a eso, ni siquiera me había gustado alguien aún.

Sorprendentemente, mamá era la única que lo sabía antes que yo. Me dijo que había sabido que había estado llevando un alfa en su vientre cuando decidí venir casi 10 semanas antes de tiempo. Él me dijo que era mandón desde el momento en que nací.

— ¿Cuándo venir a casa papá?

—Pronto —fue entonces cuando oí la puerta cerrarse.

— ¿Jimin? —papá llamó y mamá respondió.

— ¡Aquí, Kook!

— ¡Hey, papá! —dije, papá entró, dándole a mamá un beso en los labios antes de volverse hacia mí.

— ¿Cómo estuvo tu día, Jungmin? —preguntó apoyado en el mostrador.

—Estuvo bien, mi presentación de la familia fue hoy. Al Sr. Han le gustan tus camisas —papá se limitó a sonreír de oreja a oreja.

—Estoy contento, ¿qué hay de los demás?

—Los omegas estaban babeando sobre su historia de amor.

—Eso se debe a que es una buena historia —reí.

—Por supuesto, es papá —mamá dio un beso en la mejilla de papá y pasó un brazo alrededor de él.

—Un poco más, amor —mamá le dijo.

—Lo sé —papá respondió inclinándose hacia delante para otro beso, esta vez mucho más largo que el primero.

— ¡Ugh, qué asco! Me voy a mi habitación —murmuré.

—Lo que digas, Jungmin — mamá dijo riendo y papá movió sus labios a su cuello.

Subí a mi habitación e hice los deberes mientras mis hermanos jugaban ruidosamente al lado. Uno se acostumbra al ruido.

— ¡Jungmin, Jimin robó mi coche! —gritó Soobin pisando con sus pequeños pies. Su cara de querubín se arrugó con furia y sus rizos castaños oscuros rebotaban sobre su cara mientras pisoteaba.

—Deja de hacer eso, papá va a venir —protesté, la cabecita rubia de Jimin estaba escondida detrás de la puerta y suspiré.

—Jimin, tienes que devolverle su coche si lo tomaste —ella se deslizó sobre el suelo y Soobin se fue del lugar. Después ella entró en mi habitación y se sentó en mi cama. Ella era la más tranquila de todos. Nayeon seguía jugando con Soobin, haciendo ruido en la habitación continua. Mamá se acercó y se asomó.

— ¿Qué era todo ese ruido? Van a hacer que su papá se enoje.

—Soobin estaba haciendo ruido porque Jimin tomó su coche —le expliqué y Jimin levantó la vista.

—Era mío y y él tomó. Yo solo lo tomé de vuelta —explicó, mamá se sentó a su lado y acarició su cabeza.

— ¿Quieres venir a hacer la cena conmigo? —le preguntó y ella asintió—. Okay, vamos a dejar a Jungmin hacer su tarea —ella agarró la mano extendida de mamá y le siguió por las escaleras.

Volví a estudiar.

La cena fue agitada, como siempre.

—Soobin, deja eso —mamá le dijo a mi hermano más pequeño que hacía pasar la cuchara como un avión que volaba alrededor de la mesa. Papá miró hacia arriba hacia donde estaba Soobin y fue sentado en la mesa.

— ¡Pero, mamá!

—Escucha a tu madre, Soobin —dijo. Mi hermano dejó la cuchara con un tintineo derrotado.

—Lo siento, mamá.

Jimin se sentó junto a mí en la mesa. Ella tenía los ojos cafes más grandes, del mismo color que mi papá.

—Jungmin, ¿puedes cortar esto para mí? —preguntó señalando el pedazo de pollo en el plato.

—Tienes que aprender a cortar esto por ti misma —le dije mientras cortaba su pollo. Ella suspiró, moviendo su cabecita rubia.

—Lo sé —Dijo Jimin y Nayeon me dio una patada desde el otro lado de la mesa.

— ¡Lo siento! —exclamó y papá se veía muy confundido.

—Ella me dio una patada por accidente —le expliqué. Él asintió con la cabeza y miró a papá.

—Jimin, ¿crees que es el momento de decirles? —mamá pensó por un momento.

—Claro, Jungkook, podemos decirles.

— ¿Decirnos qué? —pregunté entrecerrando mis ojos.

—Bueno, se planificó el no tener más hijos después de los trillizos, pero... —mamá comenzó y gemí.

—Estás embarazado.

—Sí, Jungmin, no seas así con él —papá dijo y me frunció el ceño.

— ¡Apenas me acostumbré a los trillizos! —mamá rió.

—Fue una sorpresa para nosotros también.

—Creo que me encanta lo del nuevo bebé, a pesar de que en realidad no quería otro hermano —dije y le sonreí mamá.

—Bien, porque van a venir pronto.

— ¿Cuántos son?

—Es solo una esta vez —me aseguró.

—Así que supongo que esto es una bienvenida a la familia —dije, hablándole a el estómago de mamá—. Estamos un poco locos y tenemos un papá ciego, pero estaremos bien —él rió y me revolvió el pelo un poco.

—Eres ridículo, Jungmin —dijo, me preguntaba honestamente cómo íbamos a caber.

Papá se sentó a la cabecera de la mesa, mamá se sentó a su izquierda. Soobin se sentó a su derecha y Nayeon se sentó junto a él. Jimin se sentó en el otro extremo, yo estaba sentado entre ella y mamá ¿Dónde iba a encajar el nuevo bebé? Mamá deslizó su mano sobre mi papá, los trillizos charlaban sobre el nuevo bebé y mis papás sonreían.

— ¿Por qué sonríes, Jungkook? —preguntó mamá en voz baja, pero yo le oía.

—Han sido casi 14 años juntos y todavía se siente como en casa, Jimin —papá respondió haciendo que mamá le devolviera sonrisa.

—Tu aún te sientes como en casa también.

Te sientes como en casa. - KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora