Hoy en la mañana había un niño alto y rubio con sombrero ruso gritándole a mi ventana.
-¿Quieres verme en ropa interior?- le grité.
-Pensé que estabas recién despertando- sonrió -pero ya que insistes, muéstrame tus bragas.
Busqué en mi armario unas bragas que me regaló mi abuela hace unos años, eran -sin sonar mal- unos paracaídas blancos, nunca me los he puesto, estoy segura que mi abuela esa vez se confundió de regalo; una vez que las encontré, se las lancé desde mi ventana y luego de un par de minutose asomé y vi a este idiota con las bragas en la cabeza.
-¿Sabes?- dijo quitándose esas cosas de la cara -son sexys.
-Tarado- luego de decir eso me hundí en carcajadas. Luego llegó mi papá, era hora de tomar desayuno.
(La siguiente conversación se dio en francés pero la traduciré)
-Alex Way- dijo mirándome severo - ¿tu sabes la fama que tiene su padre dentro del negocio?
-La verdad no tengo idea- dije relajada -nunca hablamos de eso tu y yo.
-Joany, mi pettit lion- leoncita- él es un buen chico, pero su padre es muy prepotente- acarició mi mejilla -sal con él y todo lo que quieras, pero te pido por favor que te cuides de su padre.
-Sí papi- sonreí, tomé mi bolsa y fui al encuentro con Alex.
-Te ves bien- me dijo apenas estuve cerca de él.
-Tu igual- guiñé un ojo -me gusta tu gorro soviético.
Yo -debo decirlo- me veía bastante bien, andaba vestida con una camiseta con mangas largas que tenía estampada "not a b*tch" estaba algo deshilachada; pantalón morado oscuro no tan apretado y con rasgaduras naturales -nada de modas estúpidas-; chaqueta de denim sin mangas gris; mis botas negras -con esas botas podría patear a alguien y llevarlo a Australia- y mi sombrero negro a lo Charles Chaplin.
Llegamos a la escuela y, llegó Kevin: (ya me estaba hartando) sus típicos celos, me llevó lejos, no lo tomé en cuenta y me fui a clase de arte.
Un aburrido día.
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-Oye no iré a la práctica- le dije al canadiense.-¿Y por qué no?- preguntó irritado.
-Iré a comprarme un vestido para la gala del viernes.
-Ah pues,dijo sonriendo pícaro -eso cambia las cosas, ve, quiero que te veas sexy y hermosa- se acercó a mi oreja y susurró -hoy no puedo, pero mañana después de la gala nos iremos juntos a pasar la noche.
Debo admitir que lo que yo siento por Kevin es sólo deseo sexual, nada más; no sé por qué, es un buen chico, pero no creo que pueda ser su novia o algo así.
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-Me gusta ese- dijo Alex cuando salí con un vestido rojo vino.
-A mí también, es cómodo además.
-Me gusta cómo se ve con las botas, le da un toque- rió.
Estábamos en una boutique de vestidos de lujo -trágame tierra-, me había probado tan sólo dos vestidos antes que el que llevaba puesto.
-No se si debería ir con las botas- dije acercándome a Alex se vería de mal gusto.
-Esa es la idea, imagina a todas esas señoras con tacones altos con que los pies le sangran- no pude evitar reírme -en cambio, tu con tus botas causarás impacto y desorden ¿no sería fabuloso?
-Sí, tienes razón.
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-Alex eres un estúpido- dije toda empapada.
-Pero fue muy divertido- dijo él abrazándome.
-Pero hace frío- Alex me levantó en sus brazos.
Entré por la cocina en los brazos de Alex; el muy idiota me arrojó a la piscina de su casota -con ropa- y luego él se lanzó. Al llegar a las escaleras no encontramos a Sylvia, la saludamos y seguimos (yo aún en los brazos de Alex) nuestro camino hacia su habitación. Cuando llegamos me acomodó suavemente en su cama perfectamente hecha.
-Voy a mojar tu cama- dije y me quité los pantalones, la chaqueta, las botas y la camiseta.
-Pues entonces yo haré lo mismo- se sacó todo menos los bóxer, estaba muy ruborizado -ahora estamos igual.
-¿Me puedo dar una ducha? -dije sin rodeos.
-Claro- se ruborizó aún más -pasa a mi baño.
8:55 PM
Salió Alex de la ducha, y no podía parar de mirar su cuerpo -tan tonificado- lo cual es muy vergonzoso porque no soy de esas chicas que babean mientras ven a un chico como Alex cubierto sólo por una toalla en las caderas.
-¿Qué miras?- dijo pícaro.
-A ti- dije sonriente.
De repente Alex se acercó más y más a mí -cabe recalcar que yo sólo tenía puesta una camiseta de Alex- hasta que nuestras frentes se tocaron, posó su mano en mi cintura y se pegó más a mi cuerpo, Alex soltó un leve gemido -aunque muy sexy- y sentí cómo esa zona de él iba cambiando.
-Alex- dije como un suspiro.
-Por favor Joan- me miró fijo a los ojos, maldito hombre guapo -eres la chica más asombrosa que he conocido- maldito amo de las palabras -te deseo, sé mi primera vez por favor.
-Alex, no puedo hacer eso.
-Joan, por favor- luego de esto me besó suave en los labios, a lo que yo respondí con un beso apasionado.
Me quitó su camiseta, dejándola en el suelo, se alejó y me vio de pies a cabeza, luego sonrió tímido, puso sus manos sobre la toalla,la abrió y la dejó caer, ruborizado por la reacción de su cuerpo. Lo besé, me besó y caímos en su cama yo debajo de él.
-Seré muy cuidadoso- dijo tímido -ya sé que no es tu primera vez, pero quiero ser respetuoso- sonreí -Eres maravillosamente perfecta.
A pesar de que era mi primera vez, se sentía como si lo fuera, tan puro y tan inocente, sentía como si mi virginidad se estuviera yendo con Alex, no recordaba a Kevin, en ese momento Amex y yo, ambos lo hacíamos por primera vez; tan tímidos y él tan respetuoso, tan gentil y suave. Terminamos juntos, -sí, se puso protección- nos quedamos ahí en la cama, tan sólo mirándonos.
-Joan- dijo suave -hazlo sólo conmigo.
-Desde ahora eres el único con el que quiero hacerlo- besó mi frente y me abrazó.
Nos quedamos dormidos y a la mañana siguiente desperté entre los brazos del rubio nadador.
-Buenos días Joan D'Arc- dijo besando mi mejilla.
-Buenos días Alexander Way.