1. Veneno | Tom Riddle ✔️

6. Confianza.

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Pasaron los meses y todavía no habían encontrado una pista prometedora sobre dónde podía estar la entrada de la Cámara de los Secretos.

Habían pasado sus patrullas buscando posibles pasadizos secretos y habían pasado mucho tiempo en la biblioteca, buscando información en todos los libros que podían tener en sus manos.

Llevaban muchos meses buscando cualquier información que pudieran encontrar sobre el secreto de Slytherin.

Era un día lluvioso de principios de mayo de 1943. 

Cassiopeia se dirigía a Encantamientos cuando de repente sintió la necesidad de ir al baño inmediatamente. En el baño se apresuró a ir al cubículo más cercano y cerró la puerta. 

Llevaba un buen rato allí dentro y se sentía un poco mejor, cuando oyó que dos chicas entraban y se dirigían a los lavabos. Una de ellas se quejaba: 

—"Odio a esa zorra. ¿Cómo ha podido hacer eso? Mira mi cara; ¿crees que estas manchas desaparecerán alguna vez?".

Otra voz murmuraba algo reconfortante. Cassiopeia oyó el grifo de un fregadero que giraba y entonces la primera voz exclamó: 

—"Oh, caramba, este fregadero está descompuesto. ¿Cuándo lo repararán?".

La otra voz respondió:

— "Mi hermana dice que ya estaba estropeado cuando ella estaba en primer año.  Y, ojo, se graduó hace tres años".

Cassiopeia oyó el grifo de otro fregadero que se abría y luego el sonido del agua que salpicaba el fregadero amortiguó las voces. Cassiopeia se quedó sentada, asimilando la conversación.

De repente, las cosas encajaron. Cuando Cassiopeia oyó que la puerta del baño se cerraba tras las chicas, salió del cubículo y se dirigió a los lavabos.

Examinó el lavabo que había estado fuera de servicio desde que llegó a Hogwarts y se fijó en un pequeño grabado en el lateral del grifo.

Cassiopeia tuvo que acercarse mucho para distinguir la forma del grabado. Se quedó boquiabierta. Era una serpiente.

Cassiopeia sintió que el corazón le daba un vuelco. ¿Podría ser esta la entrada a la Cámara? No podía esperar a decírselo a Tom. De repente, el malestar desapareció. 

Cassiopeia cogió su mochila y corrió hacia el aula de Encantamientos.

Cuando llegó, los alumnos seguían esperando frente al aula. Cassiopeia vio a Tom rodeado de sus compañeros de Slytherin. Avery hablaba con entusiasmo.

Tom estaba apoyado despreocupadamente en la pared, con su mochila bajo el brazo y su rostro inexpresivo. Ahora no había forma de hablar con él en privado.

Cuando el profesor abrió las puertas, Cassiopeia se deslizó en su asiento y sacó su pergamino y su pluma. Rápidamente garabateó unas palabras en el pergamino y luego las desapareció con su varita.

Para entonces, Tom había tomado su asiento habitual en la primera fila, justo delante de ella. Cassiopeia dobló el pergamino. Tom puso su equipo sobre el escritorio y se recostó en su silla.

Cassiopeia colocó despreocupadamente el pergamino doblado en el borde de su escritorio y luego empujó su libro ligeramente hacia adelante haciendo que el pergamino cayera al suelo.

Tom escuchó la caída del papel. Se giró lentamente y le llamó la atención antes de recoger rápidamente la nota. Volvió a su escritorio y alisó el pergamino. Estaba vacío. Con un movimiento de su varita aparecieron las palabras: