Desde que se levantó, Calle supo que algo no andaba bien.
En primera instancia sentía un aroma muy dulce en el ambiente, uno que le hacía sentir hambre, pero no quería comer algo... quería comerse a alguien. Como si fuera un cazador, estuvo observando a Poché por mucho tiempo, detallándola y sintiendo una calidez en su vientre para nada normal. Para ella el calor nunca había sido un problema, pero desde que vio a la pelinegra saliendo de la ducha sintió como si el infierno estuviera en su interior y por primera vez en su entera vida una gota de sudor bajó por su frente. Vio a Poché quitarse la toalla del cuerpo y comenzar a vestirse, colocándose aquella ropa interior de encaje que le parecía tan sexy, buscando qué ponerse en su armario, decidiéndose por una blusa llamativa y una falda tubo que le llevaba más debajo de la rodilla. Había algo extraño en Poché ese día, un brillo que no comprendía, como cuando un puberto tonto se enamora y ve a la chica más fea de la clase como la octava maravilla del mundo. Poché estaba viéndose en el espejo de cuerpo completo que se hallaba en su cuarto, mientras Calle la observaba con fijación, la pelinegra ladeó su cabeza a un lado, mirando las marcas en su cuello, haciendo un gesto gracioso tomó su polvo y comenzó a cubrir dichas marcas, por algún motivo eso hizo molestar a la castaña que se levantó de su sitio y se posicionó tras Poché, pegándose tanto a ella como pudo.
-¿Qué haces?
Preguntó con fingida inocencia, mirándola por el reflejo del espejo, sus ojos verdosos estaban fijos en los marrones de ella. Poché sonrió haciendo un gesto de obviedad, moviendo el polvo y la almohadilla en sus manos.
-Tratando de que las personas no se enteren que eres bastante ruda en la cama, amor -luego de llenar la almohadilla de polvo, la acercó a su cuello, sin embargo Calle la detuvo -¿Qué sucede?
-Me gusta cómo se ve.
Poché la miró con una amplia sonrisa, girándose para quedar frente a ella.
-Sé que te gusta como se ve, pero en mi trabajo que tenga este tipo de marcas muy a la vista me hace ver... poco profesional, así que es mejor que sea un pequeño secreto entre nosotras ¿no es mejor así?
-Soy egoísta, Poché -acercó a la pelinegra a sí misma, haciendo que sus caderas chocaran y sus labios se rozaran, sintió la respiración de Poché y de nuevo aquel calor la invadió en su vientre bajo -Quisiera que todos supieran y tuvieran muy en claro que tú tienes dueña.
La pelinegra soltó una pequeña risa, dándole un tierno beso en los labios la miró con un dejo de arrogancia.
-Creo que te has confundido, Lucy -la castaña arrugó el ceño al ser llamada así –Tú me perteneces a mí, así que si alguien debe lucir sus marcas de amor, debes ser tú, mi querida novia.
Dándole un beso para volver a girarse, Poché precedió a cubrir sus marcas, dejando a Calle con un gesto de estupefacción en el rostro... Ella tenía razón ¡Poché tenía toda la razón! Sin embargo su piel no poseía moretón alguno, pues por muy fuerte o brusco que Poché la mordiera o arañara, aquellos desaparecían en cuestión de minutos. Miró a Poché de nuevo desde la cama, frunciendo su ceño ante la idea de haber perdido aquella pequeña "discusión", no era justo que la pelinegra tuviera razón y ella no pudiera objetar en nada, además, se suponía que ella era la ama y señora de todos, DE TODOS.
Como siempre, ver a Poché desayunar era fascinante, pero por algún motivo ese día había algo más en la forma en que abría su boca para llevar su comida a la boca, había algo en la manera en que masticaba, en cómo limpiaba sus labios, en cómo bebía su jugo de naranja. Algo en Poché ese día estaba matándola y no sabía que era exactamente.
Para cuando la noche llegó, Calle se dirigió hasta el edificio de TecKnow, tomando aquel teléfono celular al que Poché le había puesto como fondo de pantalla una foto de ambas. Rodando sus ojos al ver la foto, Calle buscó el contacto de la pelinegra en el mismo, encontrándose con que también había colocado una foto suya en el contacto... Poché tenía una especie de problema con los teléfonos móviles, o al menos eso pensaba Calle pues últimamente no hacía más que tomarse fotos con Calle, inclusive una vez había decidido tomar una siesta durante la tarde de un sábado, con su voluptuosa cola agitándose de vez en vez, hasta que escuchó un 'clic', cuando abrió sus ojos Poché miraba su teléfono celular con emoción... Le había tomado una foto descansando y moviendo su cola ¡Eso debería ser ilegal! Es invasión de la privacidad ¿Qué diría si alguien viera esas fotos? "Mi novia nació con una deformidad"... no, no había manera de que Poché llamara "deformidad" a su tan majestuosa cola, es decir, Poché amaba esa cola, se atrevía a decir que más que ella misma incluso. Cuando la ojiverde le contestó el teléfono le dijo que estaba saliendo del edificio, y cuando se adentró en el auto la saludó con un beso diciéndole que estaba lista para ir a casa, sin embargo Calle le dijo que irían a comer antes de ir al departamento, llevándola hasta uno de los restaurantes más caros de Boston en su auto negro.
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Tus Deseos Son Mis Órdenes [Caché]
FanfictionCalle es la ama y señora del infierno. Ver al mundo decaer en el pecado mientras bebía un vaso de whisky o una copa de vino podía ser considerado uno de sus pasatiempos favoritos. Sin embargo, lo que más amaba hacer era arrastrar almas al infierno q...