Los días en Taketomi son cada vez más largos. El manto de oscuridad con pequeños puntitos blancos brillantes, cae cada vez más temprano.
El reino se preparaba para un nuevo año. Un nuevo año de oportunidades, gente y felicidad.
En el palacio tenían preparada una pequeña fiesta (como siempre lo celebraban) a la que todo el reino, daba igual su rol, estaba invitado. En el castillo se empezaban a colgar las luces, las flores, encender las velas, colocar nueva cortinas...
Esa fiesta era muy popular para la población que vivía en el interior de las murallas. Todos tenían ilusión de volver a empezar y mejorar.
--¿ Kia vas a ir a la fiesta este año? -- peguntaba Kirishima con interés. Sabía perfectamente su respuesta, pero igualmente no podía evitar hablar.
-- Claro, aun que esta vez tengo que estar más alerta, hoy podrían atacar. -- Respondió. Ambos se preparaban para aquella noche.
Mientras tanto en el palacio Bakugo y Lucía comenzaban a montar un buzón. Era una tradición, en él los habitantes del reino tenían la opción de meter una nota en la que pusieran sus deseos, entonces la realeza les cumpliría todos aquellos que sean posibles cumplir.
--A ver inútil, eso no va ahí. -- Le decía Bakugo a su hermana quitando un trozo de hierro que Lucía había colocado previamente.
-- Pero siempre lo ponemos ahí cascarrabias. -- Le respondía ella quitándole de nuevo el trozo de hierro.
-- Que no, que nunca lo ponemos ahí tonta. -- Vuelve a quitarle su hermano el objeto.
-- Bakugo, cariño mío, que te estés quieto y dejes eso ahí joder.-- Lucía vuelve a atacar y a robarle el tesoro a él.
-- Estate quieta tú, que no sabes hacer nada. -- Ambos sostenían con fuerza la pieza, hasta que Lucía resbaló y el objeto salió volando. Este chocó contra la gran lámpara de araña del techo, haciendo que cayera al suelo como al mismo tiempo lo hizo el hierro, que al caer se partió en dos.
-- Ya verás mocosa... ¡MAMÁÁÁ!-- Bakugo colocó una mano en la cara de su hermana haciendo que esta cayera hacia atrás, mientras que el corría escaleras arriba.
En ese momento la puerta del castillo se abre y aparece Kiana y Kirishima. Ambos quedan asombrados al ver la lámpara en el suelo.
-- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?-- preguntaron los hermanos acercándose a la princesa.
-- Lo va a estar del castigo que se va a llevar. -- Respondió Bakugo sonriendo.
-- No pasó nada... bueno sí jeje... estábamos montando el buzón y el cabezudo de Bakugo decía que la pieza no iba ahí, pero es que siempre lo hemos colocado así, en fin, la pieza salió disparada e hizo que la lámpara cayera de esa manera. Y encima la pieza se ha roto en dos pedazos.-- Resumió Lucía aún en el suelo.
-- A ver. -- Kiana se acercó a la pieza. -- Sois tontos. Os lo juro. --Admitió sin más.
--Se lo buscó ella, debería haberme hecho caso. -- Refunfuñó el chico rubio desde lo alto de la escalera.
-- A ver Bakugo, no eres el mejor en la construcción... ¿te recuerdo cuando me "ayudaste" a reparar el barco, y al final te dio por ponerlo a prueba de resistencia con una bomba y lo destruiste?..-- decía Kirishima tendiéndole la mano a la princesa.
-- ¡¿QUÉ HAS DICHO PELO PINCHO?! -- Bakugo bajó rápidamente directo al pelirrojo.
-- Cálmate.-- se interpuso Kiana. -- Los dos fuisteis tontos y punto.-- añadió.
--Gracias.-- sonrió Lucía.
Todos se calmaron y recogieron todo el desastre.
--Ya está.-- Exclamaron todos. Quedaba media hora para que las pertas se abriesen. Se habían pasado varias horas limpiando aquel desorden. Todos se pusieron en sus puestos para recibir a los invitados. Al cabo de un rato, empezó a llegar una multitud de personas mirando a sus al rededores. Mitsuki bajaba al recibidor junto a sus dos hijos para saludar.
Entró por la puerta Todoroki, que venía de visita al palacio.
--Hola, un gusto.-- Saludaba Mitsuki.
-- Tú otra vez pelo arbusto, ya sabes, acércate a Kiana y ya..-- Justo la reina le pegó una en la cabeza para llamarle la atención. -- y ya verás lo bien que lo pasaremos.-- continuó Lucía y le sonrió. Una sonrisa un tanto falsa, añadiéndole al final un gesto que indicaba "te estoy vigilando". Bakugo seguía sonriendo aun que a él no le caía nada bien Todoroki.
--Mamá, ¿puedo ir a bailar con Kiana y Kirishima? -- preguntó la princesa.
--Sí, pero como me entere...-- Mitsuki no pudo terminar la frase cuando Lucía ya se había marchado y junto a ella su hermano.
Llegaron a donde estaba el resto de amigos, al lado de Kiana estaba Todoroki, intentando conversar.
-- Holaa Kiana ammm creo que Bakugo o Kirishima te busa, no recuerdo cual de los dos pero ya sabes...-- empujaba Lucía a Kiana para que se alejase de Todoroki
--Pero yo tengo que hablar con Todo....
--Pero los chicos decían que era urgente...-- respondía la chica.
-- Mira bicolor recuerda lo que te dije en la puerta niñato, Kiana ya tiene a otra persona. Mocoso, tira para allá y piérdete cara huevo.-- dijo Lucía en pose