𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐

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Los días pasan volando, y aunque el año tenía poco de haber comenzado, las cosas nunca dejan de ser interesantes en la preparatoria Hope Stage

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Los días pasan volando, y aunque el año tenía poco de haber comenzado, las cosas nunca dejan de ser interesantes en la preparatoria Hope Stage.

Las candidatas a presidenta estudiantil ya estaban en la mesa, pero aunque ya habían realizado algunos de sus eventos de campaña, aún había una oportunidad de darle un giro interesante a la trama.

Era el día tan esperado para los profesores, y muy odiado por los estudiantes. El discurso de presidencia. Ahí, ambas candidatas debían escribir un ensayo con todas sus propuestas de campaña para impulsar a sus compañeros a votar por ellas, después lo leerían en una asamblea a la que estaban obligados a ir todos los estudiantes, y después de eso seguían teniendo oportunidades de hacer eventos para promover su campaña hasta que llegara el día de las votaciones al final del mes.

Sin embargo, era sabido que ninguna de las cosas que ellas plasmaran en sus ensayos tendrían resultados, pues la adolescencia está llena de hipocresía y bandos, así que los estudiantes votarían por la chica que más les agradara o que menos odiaran, por lo que el discurso era completamente innecesario.

Lo único que podría salvar del aburrimiento a los estudiantes de Hope Stage, era la posibilidad de la integración de un nuevo contrincante en la competencia, pues en las reglas se estipulaba que al finalizar los discursos, era la última oportunidad que existiría para que un nuevo estudiante se postulara como candidato. Y aunque esto podría hacer las cosas un poco más entretenidas, en la historia de la preparatoria nunca había sucedido este acontecimiento, ya que incluso era complicado conseguir a los dos principales candidatos.

Aún así, algunos suplicaban que esto sucediera para elegir a un candidato que fuera mucho más agradable, pues las personalidades de Tiffany Brown y Vanessa Anderson no eran de lo más respetable para todos.

Hablando de Vanessa, la idea de que un nuevo candidato se uniera a la contienda la ponía de los nervios, pues, al no considerar a Tiffany como una digna competidora, sentía que tenía el premio en la bolsa. Sin embargo, si alguien que fuera incluso mejor que ella se unía a la competencia, probablemente su victoria sería mucho más complicada.

Muchos decían que era demasiado exagerada e intensa, pues se tomaba la competencia muy en serio y llegaban a tomarla por ridícula. Pero lo que ellos no sabían, era que ella tomaba eso como una forma de aprendizaje para la universidad.
Su padre siempre le decía que ella era una líder nata, lo cual la llevaría a convertirse en una de las mujeres más influyentes de su generación cuando se convirtiera en adulta.

Se había criado como una ganadora gracias a la educación de sus padres, y por lo tanto, siempre que perdía en algo, por insignificante que fuera, para ella era como un golpe bajo en su orgullo.

Sus aspiraciones eran altas, pues convertirse en la presidenta del país era una de sus varias opciones para el futuro. Así que, se podría decir que decidió postularse como presidenta estudiantil para construir sus propios cimientos como líder.

𝑺𝒆𝒙 𝑬𝒅𝒖𝒄𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora