Alex se dirige a la cena familiar de todos los años ¿Qué podría salir mal? Todo... absolutamente todo.
Por error e impulso el tal vez haya dicho una pequeñita broma no tan heterosexual como respuesta a un comentario homofóbico que le hizo su familia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después del club sigue el desayuno, y carajo, sigue el desayuno.
Al llegar al desayunador y agarrar mi bandeja, observo qué hay de alimentos para hoy, y veo hot cakes, Dios ¿Hace cuanto que no como hot cakes? ¿Los han probado con lechera? Saben buenísimos, quisiera poder darles un mordisco, probar el dulce de la lechera, con fresas. Siento cómo mi paladar se va humedeciendo, y cómo no hacerlo, porque en serio se ven ricos ¿Cuantas calorías tiene? Ugh, debo investigarlo.
¿Y si lo como? ¿Pero si después llega la culpa? ¿Por qué? ¿Por qué no puedo simplemente comerlo? ¿Por qué necesito saber cuantas calorías tienen todos los alimentos antes de llevarlos a mi boca? ¿Por qué no puedo comer como una persona normal?
¿Por qué no puedo ser una persona normal?
¿Por qué tengo que ser superior?
Que mal por mí.
Ay, vamos, si tuvieran mi cara y les llamaran "personas normales", se sentirían ofendidos.
Los bombones como yo no son "personas normales", somos superiores.
¿Y saben qué? Me voy a comer esos malditos hot cakes.
Y juro que si la estupida de Ana se atreve a hablar, la mando a la mierda.
Hoy no se llora, digo, o sea, ya lo hice en la mañana, pero ya no más, a menos que alguna de mis autoras favoritas actualice con un capítulo triste. Rezándole al de arriba para que no pase eso.
Cuando llego a los dichosos hot cakes y los pongo en mi bandeja junto con un frasco pequeño de lechera y otro de fresa, pienso en que no puedo esperar para comerlos.
Wow, hace mucho que no pensaba eso sin sarcasmo.
Jack, Noah y Thomas ya están en una mesa, y Thomas me hace una seña para que vaya, con una sonrisa.
Aww, perdón, pero es lo único en lo que puedo pensar cuando lo veo.
Su pelo castaño, junto con sus ojos verdes y sus lindas pupilas, me hacen querer meterlo en una cajita para que nadie lo lastime.
Las pecas en mi a veces se ven como granos por su tono cafe rojizo, y solía taparlas, pero no me disgustan del todo, creo que es lo único que me da igual de mi apariencia.
Lo que sí me gustaría tener son sus ojos. Mierda, envidio un montón el verde de sus ojos, los míos son cómo la mierda, o sea, cafés, ¿Por qué mínimo no pude tener ojos ámbar o miel? Es lo único que me atormentará por los fines de los tiempos.
Y él también es delgado, me gustaría ser igual de delgado que él.
Basta, Alex, no es su culpa que reflejes tus inseguridades en él, deja de compararte, carajo.
Bien, pero sigo siendo superior.
Cuando llego a su lado, ellos me invitan galletas con chispas de chocolate, me dijeron que las compraron en la plaza de al lado.