••••capítulo ocho••••

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La luz de la lámpara de aceite apenas iluminaba la fría y solitaria biblioteca a esas horas

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La luz de la lámpara de aceite apenas iluminaba la fría y solitaria biblioteca a esas horas.

La taza de café ahora frío apenas lo mantenía despierto pero a cambio unas ojeras aparecían bajo sus ojos.

Y una manta en sus hombros lo mantenía calentito.

Suspiró frustrado, tallando sus ojos con una mano para dejar el libro descansando en la mesa.

-Ah...━estiró sus brazos, sintiendo y escuchando sus huesos crujir━...¿Qué puedo hacer...?-

La idea de que sus hermanos murieran le atormentaba día y noche, manteniéndolo más despierto de lo normal. La preocupación aumentaba conforme pasaban los días, el tiempo (según él) se agotaba.

Estampó su cabeza con la mesa, tan fuerte fué el impacto que un libro de la mesa cayó al suelo e hizo un sonido sordo. De nuevo suspiró para levantarse de la silla en la que estubo las últimas cuatro horas para recojer el libro, por poco y cae al suelo al levantarse tan rápido y estar cansado.

-No podemos hacerlo solos....necesitamos.... ━miró hacia todos lados, posando su vista en la ventana que daba vista hacia el jardín que ahora mismo estaba oscuro━ayuda...¡Ayuda! ¡Don y Gilda! ¡los demás niños!-

Trató de gritar lo más bajo posible ante su descubrimiento, sentándose de nuevo en la mesa para tomar una hoja de papel junto a una pluma y comenzar a reescribir su plan.

Las horas fueron pasando, y con ello sus ganas de dormir. Cuando menos se dió cuenta ya eran las seis de la mañana y el Sol comenzaba a prepararse para salir, dentro de una hora sus hermanos comenzarían a despertar. Tomó sus cosas tan rápido como pudo para ir corriendo a la habitación donde Norman dormía, gracias a su don de pie ligero, sus pasos casi ni se escuchaban.

-Norman....Norman...━picoteó algunas veces su mejilla para despertarlo hasta que el albino fué abriendo los ojos.-

-¿uh-¡¡________━tapó el grito del oji-azul con sus manos, ya que despertaría el resto.-

Hizo una señal de silencio con su mano para tranquilizarlo, sacando la hoja de papel donde tenía escrito su plan.

-Tengo algo que contarte.-

• • • • • • •

El día recién comenzaba.

El Sol brillaba, las nubes lucían esponjosas en el claro cielo azul y la mayoría realizaba sus actividades diarias.

En este caso mamá le dijo que tendiera las sábanas junto a los demás mayores, con la excusa de que debía convivir más con sus hermanos y tal vez estar con los de su edad le ayude, así que aceptó.

Beautiful Boy ▪ Ray x Male!readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora