Ushijima nota que el bonito y habilidoso armador de Karasuno no asiste las primeras dos semanas del campamento de voley de verano que había organizado Nekoma con unas cuantas secundarias.
Cuando por fin aparece el rumor de que llegó, no se pasa por...
El caluroso día de verano se hacía muy largo en opinión de Ushijima como todos los anteriores; recién terminando el último partido del día, siendo este contra Karasuno. Hacía dos semanas que aquel campamento en Tokyo había empezado y solo hace dos días habían empezado los partidos amistosos entre escuelas, los entrenadores lo habían decidido así para, según ellos, crear un ambiente más amistoso entre los equipos.
Habiendo resultado ganadores, los miembros de Shiratorizawa charlaban animadamente entre ellos mientras caminaban hacia los vestuarios para cambiarse luego de estirar y limpiar el gimnasio con ayuda de los cuervos. Y así poder comer una generosa cantidad de comida para recargar la energía perdida en los partidos del día. Aúnque él en particular no se sentía muy animado, la victoria le había dejado un sabor amargo en la boca, sentía que faltaba algo y eso era el armador de ojos zafiro en el partido, más bien no lo había visto desde que llegaron al campamento, según escucho por ahí el chico se había enfermado, otro rumor fue que se salió del equipo de voley cosa muy poco probable desde su punto de vista y el último rumor más popular fue que el equipo de cuervos se había aburrido de su mal carácter y lo hecharon del equipo. Algo que dudaba y quedó descartado totalmente ya que todos habían escuchado al primer año pelirrojo gritar mientras agitaba su teléfono "Kageyama me respondió" y luego de eso todo Karasuno estaba sobre el celular del menor preguntando varias cosas a la vez o pidiéndole al número 10 que escribiera determinada frase dirigida al azabache.
El ojiolivo sintió un brazo delgado rodear sus hombros de manera amistosa seguida de una voz conocida logrando que saliera de sus confusos pensamientos — Wakatoshi-Kun~ —Alargo la "u" cantándola con un tono juguetón Tendou mientras se posicionaba a su lado con una sonrisa, notando como Semi también estaba ahí. Cómo respuesta simplemente asiento con la cabeza dándole la palabra al más bajo.
— Hola, en que pensabas, mmh? — Preguntó sin rodeos el pelirrojo mirandolo con curiosidad— Semisemi también noto tu aura pensativa Wakatoshi-Kun y eso que no deja de mirar a su hermoso novio, osea yo —dijo lo último con tono burlón a la vez que levantó su mano para revolver los cabellos del armador ganándose una queja y un suave golpe en el hombro.
— ¿Estás bien Ushijima? Te notamos...perdido —murmuró Eita una vez aparto la mirada del pelirrojo para encontrar sus ojos con los míos. Aquella pregunta me hizo quedarme en blanco,físicamente estaba bien sin dudas,pero...mi mente no puede abandonar el pensamiento sobre el cuervo menor, como mi mirada no se podía apartar de sus ojos azules como el océano, profundos y misterioso, pero que reflejaban claros como el agua caribeña las emociones del azabache, invitandome a descubrirlas cada vez que nuestros ojos se encuentran; Su pelo oscuro como una noche fría de invierno; O su piel pálida y blanquecina como la leche que tanto toma el chico; Tampoco podía olvidarse de su monstruosa destreza y habilidad al jugar, todo era simplemente... indescriptible para el mismo Wakatoshi.
— -ijima.. — — -jima... — — ¡Ushijima! —llamó por quinta vez Tendou sacando al ace de su pequeño trance— Dios hombre, ¿Qué está mal hoy? —pregunto esta vez Reon que al parecer también se había quedado con ellos detrás, pero no lo había notado antes el ojiolvio.— Todas estás dos semana o más bien desde que jugamos contra Karasuno la primera vez. —Se quejó burlonamente Tendou sonriendo de manera pícara en su dirección, como si dijera "se algo que tú no".
— ¿Karasuno? ¿Paso algo con alguno de ellos? —investigó el armador mirándome con los ojos entrecerrado, analizando la situación y mis expresiones con curiosidad.— No, son temas familiares los que me tienen pensando. Voy a hacer un viaje para visitar a mi padre a los estados unidos. Además con Karasuno simplemente me llamó la atención que faltaba uno de ellos. Kageyama —Incluso decir su nombre erizó los vellos de sus brazos.
— Oh, era eso. —murmuro más tranquilo Reon— solo queda decirte que todo va a salir bien, siempre te llevaste mejor con tu padre,¿no? Así que tómalo como una vacaciones y cualquier cosa habla con nosotros —Sonrió de manera amistosa en mi dirección a la vez que golpeó suavemente parte de mi espalda con su mano dándome ánimos.— Y el armador de Karasuno se dice que ya llegó —.
Mis ojos se abrieron ligeramente en sorpresa por su declaración— ¿Llegó? ¿hoy? —Se adelanto a preguntar Eita mirando a Reon con clara curiosidad en su tono de voz ganando un asentimiento de cabeza por parte del moreno.
— Uy, no puedo esperar por jugar contra él nuevamente. Ese chico si que sabe lo que hace —sonrió el pelirrojo quitando su brazo de mis hombros para entrelazar sus manos con las del armador. Nosotros tres simplemente estuvimos de acuerdo con un ligero movimiento de cabeza.
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Luego de esa conversación no había vuelto a tocar el tema "Karasuno" o "Kageyama" con nadie más, pero mi mente se sentía ansiosa por alguna razón y mis ojos no paraba de buscar ver al ojiazul entre la multitud de equipos en la cena y aquello me parecía... extraño. Una parte de mi se convencía de que me llamaba la atención el hecho de que alguien tan apasionado al voley no haya hecho acto de presencia en dos semanas de un campamento con una escuela claramente amiga de la propia; También aquellos nombres "Rey de la corte" y " Rey tirano" le llamaban poderosamente la atención. Kageyama no parecía ser un mal chico, algo intimidante, sí, pero no malo, más bien reservado y callado, sumándole que el chico era alto y parecía tener problemas para desenvolverse en ámbitos sociales, como él, no era de extrañar la mala reputación que cargaba en sus hombros.
Solté un suspiro agotado y decidí desistir de buscar al menor para por fin comenzar a comer e intentar retomar la charla de sus compañeros de equipo, aunque me fue inevitable desviar la mirada de vez en cuando hacía la mesa de Karasuno, Nekoma y Fukurōdani, aún sin rastros del ojiazul. Quizás otro día podría verlo y aclarar sus dudas hacía él.
K.
Espero estén pasan bien comienzo de año y les guste esta historia <3333