III-Enojo y Odio

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La pregunta no es ¿quién odio? Si no, ¿qué odio? Pues muchas cosas, pero COSAS, no personas. A las personas no se las debería odiar nunca. Porque el odio es un sentimiento muy feo y fuerte, casi irreversible.

El odio lleva al resentimiento, el resentimiento lleva al rencor y el rencor no deja a nadie vivir en paz.

Ahora sí, ¿qué odio? El tomate y la coliflor, también el pescado. Odio las mentiras y los engaños, eso ya te lo dije. Odio las agujas- que cosa tan horrible- y tener que hacerme estudios médicos. Bueno, esos más que odiarlos me ponen nerviosa. Odio las actitudes feas de las personas. Odio cuando se me moja el pelo, aunque ame la lluvia, odio enfermarme porque me hace sentirme inútil. Odio caminar las cuestas arriba y tomar el transporte público cuando está atestado de personas, sobre todo en pleno verano. Odio cuando se me mojan los zapatos haciendo que se humedezcan las medias que traigo puestas, odio cuando un pantalón no me sube por las caderas. Odio leer un libro y que me decepcione el final. Odio las decepciones. Odio las películas y los chistes malos, odio las bromas ofensivas. Odio las injusticias y las faltas de respeto. Odio que la gente hable o asuma cosas sin saberlas a ciencia cierta.

Ese también es un punto importante, tengo que dar el ejemplo para refundar mi odio. Yo jamás, pero JAMÁS voy a afirmar algo, lo que sea sin estar 100 % segura de lo que digo. Prefiero hablar con seguridad y fundamentos o quedarme callada antes de soltar cualquier falacia. Si me equivoco lo asumo y me corrijo, nunca tengas miedo de corregirme si estoy errada; dímelo porque verdaderamente me encuentro convencida de lo que afirmo y no me doy cuenta.

Y quizá no pueda odiar a una persona, pero si puedo odiar sus actitudes y accionares, que no lo definen completamente. Odio cuando los individuos hacen daño a propósito. El daño adrede es como clavar un cuchillo en el talón de Aquiles, tocar ese punto débil del otro solo para causar sufrimiento. También odio el maltrato, de cualquier tipo. A la naturaleza, a los animales, a las personas, a los lugares, etc.

El maltrato es exteriorizar lo malo que tiene uno adentro.

Odio la arrogancia, la soberbia y la avaricia, también la ambición cuando es extrema. Odio los extremos y a las personas extremistas. ¿Qué necesidad hay de ser así? La vida se trata de encontrar un equilibrio para todo, ver el mundo de colores y no solo blanco y negro.

Odio cuando me gritan y me insultan. Creo que eso es lo que más odio. Los gritos son una forma de maltrato que transmiten crueldad a través del sonido. Ensordece la razón.

Los gritos me asustan, porque significan que algo no está bien. Me hacen sentir miserable, aunque no tenga por qué.

Odio la discriminación, el machismo y el hembrismo, la homofobia, la transfobia y la LGBT+ fobia en general. Porque ni siquiera es una fobia. Uno no le puede tener miedo a una persona con elecciones diferentes a la suya, le tiene odio. Ve en el otro una libertad y valentía tan grande y generosa que siente envidia y utiliza a los otros como un espejo.

Odio la violencia. No debería existir. Tampoco el acoso. Menos aún el acoso callejero.

Pasando al enojo, me enojan los ruidos irritantes, como el de lo toda cosa que raya una pizarra que no sea una tiza, un Telgopor frotándose con otro, los chillidos de caniches y los zumbidos muy agudos. Me molesta la incompetencia ajena y la impuntualidad. Me enoja tener frustraciones y debilidades. Me enoja que no respeten mi privacidad. Me enoja no ser capaz de hacer algo tan fácil. Me pone de muy mal humor discutir con mi madre. Me enojo aún más cuando estoy enojada. Me enoja que se burlen de mí y que me hagan bromas de mal gusto. Me enoja los pedacitos de tomate en la ensalada. Me enoja manchar una remera accidentalmente. Me enoja la desvalorización de cualquier situación. Me enoja perder las cosas.

Me enoja la gente que grita y acosa en la calle. Me enoja la basura en el piso. Me enoja la suciedad. Me enojan los problemas.

Me enojan los chicos estúpidos e irrespetuosos que se burlan de las chicas. Me enoja la indiferencia y la falta de interés. Me enoja el conformismo y el pesimismo. Me enoja las personas que se creen superiores por ser hegemónicas. Me enoja que se aprovechen de mí.

Me enojan muchísimas cosas.

El odio se puede confundir con el disgusto; y el enojo con molestia, no obstante, son todos sentimientos relacionados. Sensaciones de malestar que generan un nudo en la panza, que le dicen a tu cerebro "Algo está mal". De todas formas, a uno se le termina "pasando", se olvida y sigue con su vida.

Si tuvieras un millón de dólares y te robaran uno, ¿gastarías el resto solo por vengarte? La vida puede tener más de un millón de momentos felices, no malgastes ni un segundo por haber pasado un mal rato.

Ante todo, hay que tomarse un segundo. Un segundo de silencio, de paz, de tranquilidad, respirar, olvidar, soltar y seguir. Es tan simple como suena.

Lo que no es simple, es no dejarse llevar por el orgullo, el rencor, el resentimiento, el odio, el enojo, la molestia y el disgusto. No hay que caer en la tentación, como otros dicen.

No obstante, recuerda, las mentiras y el engaño se olvidan, pero nunca se perdonan. 

Quiero que te enamores de mí (GUÍA PARA AMAR #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora