Capítulo III

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El príncipe serpiente es demasiado bueno para ser verdad

—Eso es todo lo que tienes que hacer dattebasa —Boruto acabó de explicar el papel de príncipe que cumpliría Mitsuki, convencidísimo de que sí aceptaría.

No se equivocó.

—Está bien, Boruto. Iré a buscar un disfraz.

—Te acompañamos —respondió Kawaki. Estaba seguro que ese chico pálido no llamaría la atención de Himawari, estuvo muchas veces en casa y no había nada de qué preocuparse. Sin embargo, solo por seguridad, lo seguiría un rato más.

Boruto se sorprendió de la actitud de Kawaki, cuando él mismo daba por finalizada la misión. Pero, no protestó, de todas maneras, debía buscar su propio disfraz también, talvez podría reciclar sus antiguas gafas de Kagemasa, si las encontraba.

—¡Llevamos horas buscando y no hay nada! —se desesperó Boruto.

—No es común tener este tipo de celebraciones en Konoha explicó Mitsuki con total tranquilidad, él la estaba pasando genial al lado de su amigo— por eso es difícil encontrar disfraces para adultos.

—¿Están buscando disfraces para adultos? —un sujeto se acercó a los muchachos.

—Sí, para nosotros dos —señaló a Boruto y sí mismo. Por la larga búsqueda esa tarde, Mitsuki ya sabía que Kawaki no se quedaría para el día la fiesta.

—Acompáñenme, yo tengo muchos disfraces para adultos y para todos los gustos —extendió sus brazos para tomar las manos de los muchachos, pero alguien se interpuso.

—¡Kawaki! ¿Qué te pasa? —gritó Boruto.

—Estos chicos son menores de edad —dijo Kawaki señalando a su hermano y Mitsuki, que ahora estaban detrás de él.

—Oh, lo siento mucho, todo ha sido una confusión —así como vino, se fue, caminó por un callejón hasta desaparecer de la vista de los chicos.

—Ahora comprendo, por eso la actitud del sujeto... —empezó a razonar Mitsuki.

—Eh... no entiendo... ¿Nos iba a llevar a algún lugar raro? Somos ninjas dattebasa.

Boruto era muy inocente en algunos aspectos, no lo dudaba, con lo reservado que eran en la casa Uzumaki con ciertos temas. Kawaki tuvo que explicar:

—Ese hombre iba a ofrecerles productos de "Sex Shop"

—¿D-de qué están hablando? —interrumpió una muy sonrojada Himawari.

De todas las personas que pudieron estar paradas detrás de él, justo fue Himawari. Y de todo lo que pudo haber escuchado justo lo oyó a él hablando sobre uno de los temas prohibidos de los Uzumaki. Ahora Himawari lo tacharía de pervertido, todo por el estúpido de su hermano.

Odiaba al idiota de Boruto por ser tan iluso y odiaba las ridículas reglas del Hokage por haber criado a un hijo tan tonto. Y lo odiaba por ser justo él el padre de Himawari, si tan sólo no fuera su hija... No, si no lo fuera, aún así había otros miles de obstáculos más.

Afortunadamente para todos, mientras Kawaki se dedicaba a maldecir y odiar mentalmente al mundo. Mitsuki que es una bolita de paz explicó sin exageraciones ni confusiones lo que pasó con el desconocido.

—Ya veo, supongo que tendré que entregar las invitaciones lo más pronto posible para que todos tengan tiempo de conseguir un traje a tiempo y en lugares seguros.

—¿Dónde comprarás tu traje, Himawari? —preguntó Mitsuki

—Lo están confeccionando —unió sus dedos y bajó su mirada con algo de vergüenza —Quiero que sea algo especial.

Himawari Road to FiestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora