Parte 2

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La veía leer sus libros,cuando sus amigas comenzaban a hablar de cosas que a ella no les importaban,como lo más hablado por todos los de la escuela: El baile de graduación.

Reí con los dientes apretados por la mirada que hacía cada vez que sus amigas comentaban algo "absurdo" frente a ella.

Solo por un segundo miré a mis amigos,haciéndoles un gesto con mis manos indicándoles que me esperen,y regresé mi vista a Adia,para luego acercarme.

Notó mi presencia,así que colocó un trozo de papel entre medio de la hoja que leía y la que aún no,dejó el libro en la mesa y me miró con una brillante y hermosa sonrisa.

-¿Cómo estás?-pregunté sentándome a su lado,mientras ella se movía para dejarme lugar.-

-Normal.-contestó. Besé su mejilla y ella cerró los ojos disfrutando de mi caricia. Pasé un brazo detrás de su espalda para aferrarla a mi,haciendo que colocara un mechón rebelde detrás de su oreja.

Señal de que estaba nerviosa.

Sonreí con ternura por ese gesto.-

-Vamos Adia,vayamos al baile. Oye Aidan,¿puedes convencerla de que valla?.-me rogó,Margo,su amiga de cabellos oscuros. Reí por su cara,y la cara de asesina serial,que me daba Adia.-

-No puedo hacerlo,ella se empeña en no querer ir.-me encogí de hombros y Adia sonrió victoriosa.-

-Ya vas a ver,Adia. Dentro de un par de años recordarás éste momento y te arrepentirás de no haber ido al baile de graduación con tus amigas,y tu novio.-la acusó Margo,para luego fingir llorar.-

-Por el amor de Dios,Margo.-la regañó Adia.

Todos sabíamos perfectamente que Adia no se resistía a las caras de tristeza de los demás. Era tanto el amor que nos tenía a los que la rodeábamos que hacía todo,pero todo,por nosotros.

Margo "sollozaba",con las manos tapando su rostro,sentada sobre la mesa de material fuera de la escuela.- Okey,¿si?-dijo Adia rendida. Entonces Margo dejó su actuación al instante para abrazarla y besar su mejilla. Adia la miró mal.-

-Perfecto,necesitamos comprar tu vestido,te sentará muy bien el color azul,o el salmón,o incluso el verde.-comenzó a hablar Margo. Conociéndola,ella solo trataba de hacer enfadar a Adia,siempre lo hacía,porque en verdad era divertido. Obviamente,pensando que hay un límite para todo.- Unos zapatos con mucho brillo,maquillaje que me sobra,accesorios...-siguió pensando en qué más le hacía falta,pero Adia tomó aire y la detuvo antes de que comenzara a decir más cosas.-

-No empieces. No me maquillaré. No lo hice para el casamiento de mi hermana,no lo haré para el estúpido baile de graduación.-habló haciendo ademanes.- Solo por ti.-me miró para depositar un corto beso en mis labios y luego volver su mirada a Margo.- ¿Entendido?-eso fue como una condición. Siempre lo hacía cuando la convencíamos de hacer algo que a ella no le gustaba. Margo comenzó a reír.-

-Solo espera a que llegue la hora de tener una salida entre amigas,y no me dirás que no.-le contestó tirando su cabello hacia atrás.-

-Margo...-alargó Adia en forma regañadora.-

-Adia,no seas grosera. No es como si te estuviera pidiendo que seduzcas a mi novio para yo poder estar libre para mañana por todo el día. ¿Okey?-la señaló. Yo abrí mis ojos,sorprendido por sus palabras.-

-Estás realmente loca con esa bobada de baile,¿eh?-rodó los ojos Adia.-

-Como digas,los dejo solos.-tomó su bolso,para luego bajarse de la mesa y tomar del brazo a una de las otras amigas de Adia.- Te veo mañana.-la señaló con esa mirada de: "si no haces lo que te digo,no me haré cargo de las consecuencias".-

-Pensaba salir con ella.-dije luego de haberme quedado callado durante toda "su charla importante".-

-Pues mantén ese plan para otro momento.-cantó con felicidad mientras caminaba lejos de nosotros. Reí.-

-Adiós Adia.-la saludaron sus amigas antes de subir a sus autos. Seguro harán esa "salida de niñas" que una vez a la semana hacían. Como siempre: sin Adia.-

-Está completamente loca.-comenté luego de que se alejaron de la escuela.-

-¿Y por qué razón estás conmigo?-pregunté mirando sus manos,decoradas con sus uñas de un color rojo muy fuerte.-

-Tal vez porque también eres un desquiciado que hace que me vuelva loca,hasta cuando no está.-murmuró en mi oído.-

-¿A si?-hablé pícaro. Ella rió con los dientes apretados y luego depositó un largo y sonoro beso en mi mejilla.-

-Claro que si.-contestó a mi pregunta. Reímos y tomó su bolso,como yo tomé mi mochila.-

-¿Te quedas conmigo,ésta noche?-pregunté mientras me levantaba y le extendía la mano para que la tomara. Se levantó y quedó a pocos centímetros de mi rostro. Sonrió mirando mis labios,como yo miré los suyos y luego cruzamos miradas.-

-Sin ningún problema.-contestó para luego besarme con ternura.

A veces,aunque a muchos les parezca aburrido,caminar junto a ella era lo más relajante y tranquilo. Sus dedos entrelazados con los míos,en un silencio cómodo,con solo el ruido de nuestros pasos y nuestras respiraciones.

Cuando la mirabas,podías ver todo lo que la hacía tan bella.

Cuando la escuchabas,entendías todo lo que llevaba dentro.

Cuando la sentías,sabías que te entregaba todo lo que sentía por ti,en ese mismo instante en que rozaba su cuerpo al tuyo,o dejaba una caricia,o hasta un golpe.

Sus palabras eran como murmullos. A veces te hería con las palabras cuando se enojaba,pero al instante se arrepentía,y hacía lo posible para que la perdones.

Guarda mucho dentro de ella,y cuando cometes solo un pequeño error,que tal vez fue el menor de todos,puede explotar y soltarte lo que ah guardado los últimos años,o meses,incluso días,u horas.

Entonces es el momento en el que tienes que escucharla,hasta que acaba de hablar,la abrazas y no preguntes,porque te juro,juro que la lastimarás.

Me eh preguntado muchas veces: ¿Será que su madre se comió un cristal clavado en un pétalo de flor,muy frágil,antes de tenerla?,porque enserio,ella llegaba a ser tan frágil,que hasta dolía pensar que podrías lastimarla con tan solo una mirada.-

-¿Cómo estuvo tu día?-pregunté rompiendo ese silencio que la comenzaba a poner muy tensa.-

-Odioso,Margo,Leyla,y Devonne,no han parado de hablar del baile. Hasta tus amigos me han fastidiado con eso.-contestó. Sonreí.-

-Lo sé,a mi tampoco me dejan en paz.-contesté. La miré,y esa mirada perdida,apareció en su rostro otra vez.-Adia.-llamé su atención. Me miró formando una sonrisa con sus labios.-

-¿Si?-preguntó.-

-¿Me amas?-miré sus ojos,quienes miraron los míos.-

-Más que a mi cama.-contestó en broma,haciéndome reír,pero sin ganas.-

-Lo digo enserio.-dije haciendo una mueca.-

-Claro que te amo,Aidan. Deja de hacer esas preguntas obvias y absurdas.-habló un poco más seria.-

-Entonces,¿por qué no me dices qué es lo que te sucede?-pregunté preocupado.-

-Pues nada.-dijo irónica. No le creía. Suspiré.-

-¿Por qué siempre estás con esa expresión pensativa,que ni si quiera dice que es algo bueno?-

-Estoy bien,te lo juro.-me sonrió tranquila.-

-Y si no lo estás,¿me prometes que lo estarás,tarde o temprano?-apreté su mano.-

-Te lo prometo.-contestó.-No debes preocuparte.-suspiró.-

-Es como decirle al agua que no moje.-hablé. Rió.-

-Te amo tanto.-dijo antes de detenerme desprevenidamente y besarme con todo el amor que pudo sacar. Sonreí sobre sus labios. Amaba cuando me decía así.

¿Cómo no hacerlo?

Ella era todo para mi.

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