Por esas épocas del año, el castillo se volvía especialmente frío. Por lo general, Transilvania era húmedo y templado pero ahora era diferente, estaba helado. Y ni si quiera llegaba el invierno aun.
Apenas estaban saliendo del verano, era normal que la temperatura comenzara a bajar, pero nunca lo había hecho de esa manera, no desde hace bastantes años. Bueno, los humanos se han encargado de alterar el clima y cada década se sumaba un grado más al termostato, es por eso que le parecía extraño que el clima se percibiera como hace más de un siglo.
Usualmente en los alrededores de los montes Cárpatos los veranos eran cálidos, a diferencia de la creencia popular de que toda Rumania se mantiene bajo la lluvia y el hielo. Incluso para el gusto del Conde Drácula, el calor podía llegar a ser sofocante.
Esa noche que marca los últimos días de la época más calurosa del año no solo traería consigo los vientos frescos del otoño, también llevaría consigo una nueva gran preocupación en forma de un rostro olvidado por los años.
Su nombre tenía un sabor peculiar en el fondo de su boca. Su manera de pronunciarse era incluso dulce, pero el modo en que el diminutivo de este se quedaba impregnado en su lengua era tierno. Jonathan Loughran, o como el pidió ser llamado "Johnny". Ese nombre ya lo había escuchado hace muchos años atrás.
Cuando el joven humano irrumpió en su castillo y hotel, fue una de las cosas más molestas con las que ha tenido que lidiar. Los tiempos cambian y actualmente los monstruos ya no asustaban o mataban a los humanos, por lo menos la gran mayoría. Ahora eran ellos quienes temían de las personas. No era de extrañarse, puesto que su tecnología ha avanzado tanto que se ya no representa un gran reto acabar con alguno de los monstruos. Es por eso que tener a un joven humano encubierto dentro del hotel no fue para nada fácil.
Para él Conde, Jonathan no representó más que una piedra en el zapato, una viruta en el ojo o un cachorro inquieto al que tenía que vigilar todo el día, a todas horas.
Además de eso, el hecho de que él chico hiciera contacto directo con su amada hija fue una verdadera apuñalada. Le molestaba de sobremanera que ambos se miraran como si el mundo no existiera a su alrededor. Era obvio que entre ellos existía una atracción de por medio, lo podías notar en sus ojos brillantes y movimientos suavemente coquetos. Cada vez que Drácula los vislumbraba, sus colmillos se clavaban en sus labios en una mueca molesta. "Es un buen chico" se dijo, "Ya lo has tratado, no hay que temerle, tiene buenas intenciones" se repitió hasta el cansancio.
Sin embargo, la piedrita que terminó de derribar la nieve en la cima de la montaña, fue el beso que Mavis le robó a Jonathan durante su fiesta de cumpleaños 118. Eso sí que lo hizo enloquecer. Como resultado, la piedrita se fusionó con la nieve y creó una avalancha. Hubo una gran disputa entre padre e hija y al final todos se enteraron de la verdadera naturaleza de joven. Todo culminó en la histeria colectiva de los monstruos presentes y en la despedida de Jonathan.
"El joven humano no representó más que problemas" pensó. "Es lo mejor, él debe alejarse"
Pero si eso era lo mejor. Entonces, ¿por qué correr detrás de él? Es por su hija seguramente. Ella debe estar decepcionada, le han roto el corazón. Tiempo después lo comprueba, porque es ella quien le confiesa que él humano ha sido su clic.
"Ugh" Es lo único que puede pensar. Se siente extraño. Se percibe a si mismo disgustado, pero que le puede hacer. La chica está enamorada, ya ha hecho clic.
"El clic es de las cosas más maravillosas que nos pueden pasar, es el amor más fuerte que se experimenta, tan poderoso que es para toda la vida, y lo sabes desde el momento en que se ven a los ojos" recuerda Drácula. "Solo pasa una vez en la vida".
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Neblina y Sol
FanfictionVladimir Drácula, famoso vampiro de historias de terror y Conde de Transilvania ha dejado su pasado turbulento atrás desde que se dedicó a cuidar a su hija. Pero pronto todos sus miedos y culpas se verán expuestas por un joven que el viento del fina...