Neblina y Sol

LA TRANQUILIDAD DE LAS DUDAS

Hey, he vuelto, olvidé actualizar aquí también.  Notas importantes al final del capítulo.

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Fue el amanecer. Johnny apenas despertó en cuanto el sol dejó de ser tibio y comenzó a quemarle la cara. Había tenido una buena noche de descanso, su cerebro se apagó por completo, solo fue él y la inconciencia nocturna. Pero la verdad es que le duró muy poco, ya que en cuanto se dirigió al baño y se echó el primer chorro de agua a la cara, todas las memorias de la noche anterior regresaron.

"Ay no."

La habitación de Johnny en el Hotel era personal, no compartía su lecho con Mavis pese a que realmente quería, él sabe que Drácula no estaría de acuerdo con ello. Aun así encuentra lo positivo y piensa que es bueno poder despertar con las cortinas abiertas y el sol bañándole el rostro. Sin embargo, ahora la luz del astro matutino ya no se siente tan rehabilitador.

No quiere hablar con él vampiro, aunque recuerda que su cabeza le insistió anoche para que lo tuviera presente. Se postra de nuevo en la cama con la esperanza de dormir un poco más. "No quiero tener que hablar con él". Da vueltas y vueltas y cierra los ojos durante varios minutos intentando recobrar el sueño, pero su cerebro dice No.

"Eres un adulto, debes solucionar tus dudas con diálogos" le dice la vocecilla. "No quiero" se repite.

Mira la hora en su teléfono, el cual marca las 10:45 am. Decide que es mejor salir de la cama y dar una vuelta, quizá busque algo de desayuno.

Luego de haberse alistado, sale a pasear por las diversas áreas internas del Hotel, ha salido con lo más simple de lo simple en ropas y apenas si se ha cepillado el cabello con sus dedos, eso sí, se ha lavado lo dientes y la cara a la perfección. En su mano sostiene una bandeja con galletas y un sándwich que robó de la cocina y en la otra lleva una taza de café con leche.

Hoy quiere desayunar afuera, necesita un poco de aire fresco para poder pensar con claridad. Sale sin un rumbo aparente caminado a la primera dirección que se ocurre. Hoy no hay ningún ánima o monstruo fuera, puesto que la mayoría son nocturnos o prefieren mantenerse dentro del Hotel.

Sigue caminando hasta llegar casi al final de los contrafuertes del Hotel. Le parece un buen lugar, puesto que hay sombra, no hay ruido y el bosque está a un par de metros. Mira a su alrededor, ha llegado a la parte trasera del Castillo, hay una gran roca a unos pasos de él en donde toma asiento, luego se permite aspirar un poco del aire fresco y por último, le da un buen sorbo a su bebida para después dejar escapar todo el aire en un jadeo satisfecho.

Hay un suave sonido que producen las hojas de los árboles al acariciarse con otras por acción del viento. Hay un par de mariposas revoloteando sobre la hierba y muy a lo lejos se difuminan las imponentes montañas pintadas de tonos azules y morados hasta perderse con el cielo.

¿Cuál era el nombre de la cordillera? Se pregunta Johnny en un pensamiento fugaz. Muerde una galleta mientras hace el esfuerzo por recordarlo. "¿Altiplanicies de Transilvania? No, no, no. ¿Cordilleras...? Nop, tampoco." Sigue masticando al tiempo que en su mente aparecen distintas palabras sin ningún orden. "Car...Cárpa... ¡Cárpatos del Sur!" Finalmente encuentra el nombre que buscaba.

— También conocidos como Alpes de Transilvania. —dice con orgullo de recordarlo.

Johnny siempre ha sido una persona curiosa, le gusta aprender datos sobre todo y todos. Sabe que ya había escuchado el nombre de la zona durante su llegada a territorio rumano. Sin embargo, su memoria no ha sido la más privilegiada, por lo cual olvida cosas con bastante facilidad. Es posible que eso le haya sucedido en el pasado.