Neblina y Sol

LOS ESCALOFRIANTES OJOS AZULES

NT: Se que en la película animada, Johnny es bastante relajado y hasta cierto punto podemos decir que tonto, por el lado de que le gusta hacer molestar a Drácula, sin embargo quise agregarle algunos aspectos del carácter del Jonathan original del libro, y hacer al personaje más centrado y analista

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Han pasado ya un año y tres meses desde que Drácula comenzó con los recurrentes episodios de hambruna. Ni él sabía cómo es que ha aguantado tanto.

Él se encuentra en la cocina del Hotel, en el área que está reservada para que los cocineros y demás personal puedan comer tranquilamente. Se trataba de una pequeña isleta con algunas sillas a su alrededor, que es cercana a los congeladores donde guardan la carne y otros alimentos que se podría descomponer con mayor rapidez. La mayoría pensaría que el Conde preferiría degustar sus alimentos en su habitación, pero esta área le parece en especial cómoda, además a esta hora todos se encuentran trabajando, por lo cual, está solo.

Drácula se sirve una copa más de ese sustituto de sangre que hace años parecía ser su favorito, pero ahora su sabor le era tan insípido, tan indeseable. Está abatido, necesita pensar en que va a hacer para solucionar su situación, puesto que ya ha intentado de todo y nada le funciona.

Cambió varías veces la marca de sangre falsa que consumía, pero nada, seguía siendo lo mismo. Intentó con el alcohol, pero no lo sació y no lo puso ni un poco borracho, esa famosa frase humana de "Ahogar las penas" no aplicó en él. Probó bebiendo la sangre de diversos animales, ¡Puagh! Fue asqueroso. Incluso intentó con meditación y auto-terapia, porque no está dispuesto a contarle a alguien más su problema sin embargo, aunque ayudó un poco, no terminó con este.

Drácula bebió hasta el fondo aquel líquido carmín que resbaló por su garganta como si se tratase de agua, e intentaba encontrarle algún disfrute en su textura y sabor, pero no hubo nada. Cansado, dejó escapar su aliento en un jadeo apagado y recargó sus codos sobre la superficie de la isleta de mármol, luego sostiene entre sus manos la copa en la que aún queda pegada en sus paredes una fina capa de sangre falsa.

El observa el liquidó y viene a él, el recuerdo fugaz de la diminuta gota de sangré que cayó del dedo de Jonathan. Pude sentir su aroma, puede imaginar su consistencia y sabor.

Él Conde cierra los ojos y se permite fantasear por unos segundos que el resto de la bebida sustitutoria que permanece en su boca es sangre real y de forma inconsciente pasa su lengua sobre sus colmillos. Entonces siente un diminuto falso placer. "Debe de ser algo salado, metálico, pero dulce" piensa.

Abre los ojos y el placer de esfuma, llevándose consigo el sabor que el vampiro imaginó. Está decepcionado.

Alguien toca la puerta que permanece abierta, llamando la atención de Drácula quien gira la vista y se encuentra con Mavis, ella le sonríe cortésmente.

— ¿Puedo pasar?

— Adelante, querida—Drácula sonríe como si nada pasara.

— Venía a darte las buenas nuevas papá. — dice alegre, — ¿Recuerdas la idea que hace unos meses Johnny y yo te contamos?

— ¿La de colocar Wi-Fi en el hotel?

— Bueno, sí, pero no. Habló de la otra idea.

Drácula la mira sin saber que contestar, con una expresión que denota que no tiene ni la más remota idea, a esto, Mavis desvanece su sonrisa hasta convertirse en una mueca de disgusto.

— ¡Los comensales humanos, papá! Te lo dijimos en la cena de aniversario de los tíos Stein.

— Ahh, sí, sí, sí. Ya lo recuerdo. ¿Qué hay con ellos? — ella regresa a su sonrisa que se torna juguetona.