Capitulo 9

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Pero sus vacaciones de Potter no fueron lo que esperaba.

Primero los dementores que casi lo asesinan a él ya su primo, luego la carta de su expulsión de Hogwarts por parte del ministerio. Se alegraba poder ver a Sirius nuevamente y ya no tener que estar en casa de los Dursley pero tener un audiencia para ver si era expulsado definitivamente o podría regresar a Hogwarts.

Se alegraba que Albus Dumbledore aparecía ese día para defenderlo y así pudiera quedarse en Hogwarts retirando todos los cargos de los que se le culpaba.

Terminar de pasar sus vacaciones en el hogar de su padrino, Sirius Black, era todo agitado. Hermione estaba casi siempre con ellos, los Weasley, Remus y varios más se encontraban en ese hogar y eso llevó a que Harry no pudiera pensar con claridad acerca de que quería con Draco.

Draco sin embargo estaba frustrado en su hogar, habían personas que llegaban a su casa que antes no había visto, además que ahora aparecían mucho los padres de sus amigos, el señor Nott y Goyle.

—Madre...

—¿si?

—yo... ¿puedo enamorarme?—pregunto

A Narcissa se le encogió el corazón, su pequeño dragón estaba preguntando si podía enamorarse, estaba pidiendo permiso para algo tan bonito y que en algún momento se daría.

—Claro que si dragón—respondió tomando asiento al borde de su cama de su hijo —¿algo que quieras contarme?—preguntó con una sonrisa

—yo...—Draco lo pensó— madre estoy enamorado

Y Narcissa sonrió enternecida

—de un chico

Aquello sí le sorprendió; sin embargo, su sonrisa no desapareció, a Draco le brillaban los ojos.

—esta bien—aclaró la mujer— uno no elige a quien amar muchas veces, además no está mal igual le darías un heredero a tu padre, con pociones y hechizos puedes formar una familia y así tu padre no enloquecerá por no tener un heredero tuyo—dijo divertida— pero Dragón... ¿Por qué crees que estás enamorado?

—yo... no sé, siempre creí que lo odiaba pero creo que estaba molesto porque no quiso ser mi amigo—dijo sincero— me gusta verlo, me gusta cuando sonríe, me preocupo por él, mi corazón se acelera cuando está cerca y cuando nos besamos...

—¿besar?—preguntó Narcissa divertida, su hijo estaba rojo— oh mi pequeño dragón

—si... oh madre, se siente como si estuviera bien, como si eso fuera lo que necesito, todo desaparece y solo puedo pensar en el, todo el día pienso en él y en sus ojos verdes, su cabello rebelde...—suspiro enamorado— su sonrisa de tonto... y esa impulsividad suya y sus ganas de querer hacer justicia, su sinceridad, no quedarse callado ante algo que no le parece, él... Harry es...

—¿Harry?—preguntó —¿Harry Potter?

Narcissa abrió los ojos más de lo que podía, su pequeño hijo se ha enamorado de Potter. ¿Por qué siempre conocía a alguien que tenía una debilidad con un Potter? Antes eran Regulus con James, ahora el hijo de James Potter con su hijo y ni que decir que ninguno de los dos tuvo un buen final, no quería que su hijo tuviera el mismo destino que su tío Regulus por enamorarse de un Potter.

Draco sabía que había metido la pata, se le había escapado el nombre de Harry pero había sido inevitable, el rostro de ese cuatro ojos apareció justo en ese momento y no pudo quedarse callado.

—¿madre?-

—escúchame Draco—pidió la mujer amable— está bien enamorarse ¿si? pero... Potter no es para ti, solo te traerá problemas.

Draco se quedó callado

—Tu padre no estará de acuerdo jamás, solo esperemos que sea un enamoramiento fugaz, eres adolescente. Quizá conozcas a más chicas y chicos en la escuela.

Draco también quería eso, porque enamorarse de Potter era un error pero fue inevitable; y estaba seguro que Potter ni siquiera había pensando en él por su casi expulsión de Hogwarts.

-0-

Regresar a Hogwarts iba a ser mejor para Harry pero encontrarse con Dolores Umbridge como una de las docentes, no era lo que esperaba.

Draco y Harry no se hablaban, ni siquiera para molestarse o insultarse como años atrás.

Potter ni siquiera le daba una mirada, estaba enfocado en otras cosas , en muchas otras cosas.

—¿Dragón?—preguntó Pansy entrando a la habitación de los chicos—no bajaste a cenar

—no tengo hambre... además —añadió—ver a Umbridge en la cena me da indigestión

Pansy río.

—agh si, que detestable es esa mujer. No nos enseña nada y ya me duele la mano de escribir páginas y páginas de tonterías . Quiero hacer hechizos...—soltó cansada— ¿seguro que no quieres comer? Puedo traerte algo para...

—no gracias Pans... así estoy bien—sonrió — voy a descansar

Pansy sonrió y le dio un beso en la frente para retirarse de la habitación.

No es nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora