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Jeno había comenzado a besar a su omega, cortos besos en las mejillas que terminaron en largos y apasionados besos entre la pareja.

No supieron en qué momento terminaron en la habitación del mayor, ambos recostados en la cama, alfa sobre omega besando ahora su cuello y colando sus manos bajo la camisa de Jaemin.

Los suspiros y leves jadeos no tardaron en escucharse y cuando Jeno quiso quitar la prenda superior del omega, éste negó y comenzó a reír tiernamente.

Jeno al notar que su pareja claramente no quería acabar de aquella manera, decidió besar su abdomen sobre la tela de su camisa y volvió su cuerpo hacia arriba, sonriendo cuando estuvo frente al rostro del omega.

—Lo siento —El mayor susurró —¿Voy muy rápido? ¿Te incomodé?

Jaemin besó rápidamente los regordetes labios del alfa y luego sonrió.

—En realidad antes de dar ese paso yo quisiera pedirte algo.

Jeno asintió y sonrió tímidamente.

—Pídeme lo que quieras, Nana.

Jaemin sonrió ante el apodo. Con timidez llevó sus dedos al cabello del hombre arriba suyo y comenzó a jugar con ellos.

—Quisiera que antes de que podamos concretar, tú conozcas a mis cachorros.

Jeno se tensó y Jaemin al notarlo hizo un puchero involuntario.

—Yo...

—¿No quieres?

Jeno negó y cuando vio que los ojitos del chico debajo suyo se cristalizaron rápidamente se adelantó a aclarar su negación

—No, Jae no digo que no quiera, sólo, ya sabes, me tomaste por sorpresa y no supe cómo reaccionar, lo siento si te hice pensar que no quiero conocerlos, en realidad me encantaría por fin ver a esos cinco cachorros de los que tanto me hablas.

—¿En serio?

—Sí, quiero conocerlos y no te voy a negar que estoy nervioso y quizás tenga un poco de miedo pero sí, quiero conocerlos.

—¿Miedo? —Jaemin rió —Ellos no muerden, Jeno.

—Son alfas —Susurró mientras escondía su rostro en el cuello del omega y aspiraba el exquisito olor a fresas, café y un toque a chocolate que Jeno ama —Los alfas somos muy celosos y territoriales.

Jaemin apretó el agarre en el cabello del alfa y corrió su cabeza a un lado dándole más acceso.

—No soy un territorio —Murmuró.

—Pero eres su omega.

Jaemin soltó un inevitable gemido al sentir como su alfa mordió levemente aquella zona tan sensible.

—Jeno—Advirtió.

El nombrado salió de su escondite y le sonrió apenado al omega.

—Lo siento —Suspiró —¿Tienes hambre?, puedo cocinar algo.

Jaemin asintió y el alfa besó por última vez sus finos labios y sin dar más vuelta se puso de pie y caminó hacia la cocina.

Bien, Jeno iba a conocer a los cachorros de su omega, no sabía cuando pero los conocería, eso no podría ser tan malo, ¿verdad?

Bien, Jeno iba a conocer a los cachorros de su omega, no sabía cuando pero los conocería, eso no podría ser tan malo, ¿verdad?

papá alfa / NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora