¡DOS POR UNO!

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DENNIS

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DENNIS

Me sentía terriblemente mareado. Posiblemente vomitaría en cualquier momento. Esto era un paso grande, un paso gigantesco.

No podía dejar de jugar con mis dedos, a este paso me quebraría los huesos. La mano de Patrick sobre la mía me calmó al instante, él sabe que esto me está matando y, ¿por qué a él no?

No entiendo cómo es capaz de guardar la calma, lucir tan centrado y serio en un momento como este. Lo conozco, sé que también está nervioso, pero bien, uno de los dos tiene que ser la voz de la razón, además, seguramente él sí esté escuchando todo lo que la doctora dice.

—Considero que ustedes deben tomarlo con calma, podemos revisar el catálogo y elegir a la persona correcta. Son muchachos jóvenes y hay trámites que se tienen que hacer.

La mujer ha mantenido el ceño fruncido desde la primera vez que consultamos una cita con ella. Tan seria con respecto a su trabajo, con el cabello rojizo bien peinado y gafas grandes que van perfectamente con su tipo de rostro.

Nos da confianza, pero presiento que ella no la tiene en nosotros.

Ambos miramos nuestros anillos de bodas. Sencillos, nada ostentosos, ni siquiera están grabados, son dos piezas delgadas bañadas en oro.

Sí, nos casamos hace poco, un mes exactamente. Era necesario para los trámites que necesitábamos hacer. Tampoco es que fuera obligado, es algo que llevamos hablando por años, aunque probablemente Layla y Greta no me perdonen por no avisarles antes.

Solo fuimos al registro civil, llenamos algunos papeles, firmamos otros y puf, casados.

—No somos tan jóvenes —dijo Patrick de inmediato. Siempre tan seguro de sí—, tenemos planeado esto desde hace mucho y queremos ser padres jóvenes. Dentro de los documentos que nos solicitó, pidió el estado crediticio, somos confiables y le aseguro que le daremos una buena vida a nuestro futuro hijo. Es lo que más deseamos.

Dinero.

Bueno, yo ganaba muy poco a comparación de él. Conseguí un empleo de mesero de medio tiempo que pudiera realizar a la par que mis estudios. Estaba por terminar la maestría en deportes, porque bueno... al final lo mío no fue estar en el campo de fútbol.

En cambio, Patrick acababa de firmar un contrato con el equipo de Burnaby para la selección 20 por los próximos 5 años. Lo cual deja buenas recompensas, además claro, de la herencia que recibió cuando su padre murió. Eso fue un episodio feo de hace un año.

La verdad me sentaba mal que él pusiera mucha de su parte para esto. Querer alquilar un vientre, por extraño que todavía me resulté, es muy costoso, sin embargo, cada vez que lo mencionó, Patrick insiste que esto es por ambos, y lo es.

Deseamos formar una familia.

Y, aunque todos nos vean como unos niños, la realidad es que hace mucho que maduramos, nuestro estilo de vida nos obligó a ello.

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