Mi Multiverso [En Proceso]

7. La Feria

—Quedo perfecto. —comente bastante emocionada.

—Hicimos un gran trabajo.

Elizabeth me chocó los cinco mientras admirábamos nuestra creación.

—Ah, chicas me encanta, estoy segura de que todos los potterhead lo amarán, incluso yo lo amo y no soy tan fan. —habló Arianna a un lado de nosotras.

Le sonreí, —¿Quieres ser la primera en probar? Si ganas te llevas el premio que quieras.

—Uhh, ¿Que debo hacer?

Mi mejor amiga explicó. —Pues... tratar de derrotar al «Innombrable» con esta varita.

Arianna la tomó y empezó a jugar. Fue divertido verla equivocarse un par de veces, aunque al final ganó y eligió como premio un pequeño sombrero de hechicera que la hacia ver aún más guapa.

Mientras estábamos allí una sonriente Camila llegó hacia nosotras, le di una mirada extrañada, nunca la había visto sonreír y para ser sincera pensé que rechazaría mi invitación, sobretodo despues de la incómoda conversación que habíamos tenido con su madre. A pesar de todo me alegraba que se encontrara presente.

Ella nos saludo cálidamente y nos dió a cada una un pastelillo de limón. —Mi mamá me pidió traerles, lamento mi actitud del otro día chicas, es que a veces ella puede llegar a ser...

—¿Sofocante? —Elizabeth completó y Camila asintió bajando su mirada. —Te entiendo, aunque no lo creas me ha pasado igual.

Camila dudó un momento en responder, —¿Y cómo has.. aprendido a... manejarlo? —hizo una pausa y continúo, su vista fija en el suelo. —Es que realmente... parece no afectarte mucho.

—Hablando con mi madre.

Camila pareció haberse asustado un poco con la respuesta de Elizabeth, así que ella prosiguió de manera sutil. Arianna y yo compartimos una mirada.

—Al principio no fue nada fácil pero con el tiempo tuve que hacerlo, por el bien de ambas. —Una sonrisa adornó su dulce rostro mientras hablaba. —Tu también puedes hacerlo, verás que las cosas mejorarán mucho con ella.

Camila suspiró. —Gracias por el consejo, espero que los nervios... no me ataquen y ponerlo en práctica. 

Todas le dimos ánimos y le demostramos que estábamos para ella a pesar de no ser muy unidas. Sabia que con el tiempo ella y nosotras nos llevaríamos muy bien pues cada una de las chicas que allí estábamos tenia una historia diferente que contar y un gran corazón pero temeroso al igual que Camila.

Después de haber comido el pastelillo y charlado un rato mi teléfono empezó a vibrar y lo tomé.

Llamada de Derek...

Mi rostro se llenó de alegría y contesté con rapidez. —¿Aló?

—Te estoy esperando preciosa.

—Derek, ¿Si viniste? —pregunté en un chillido.

—Sip, estoy afuera, ven a buscarme.

Al colgar salí corriendo rápidamente hacia la entrada de la feria, habíamos escogido un lugar espacioso y natural. Me encantaba el hecho de que no muy lejos estaba una de las más hermosas bahías de San Francisco, mi padre solía llevarnos a Lily y a mí cuando estábamos recién llegados a este país.

Nuestro acuerdo con las autoridades y la profesora Candy había sido mantener este lugar limpio y en buen estado para no afectar en nada la biodiversidad de la comunidad y teníamos toda la intención de cumplir con ello.