°GENOSHA°

El Rey de Metal...

La puerta del consultorio se abrió. Dejando pasar a una mujer, Alfa. La doctora Smith, como se llamaba la mujer, lo había atendido con su urgencia. Esta se sentó en la silla y lo miro con pena.

-Buenas tardes, Señor Lehnsherr. Mi nombre es Summer Smith. La enfermera que lo registro me explico un poco su caso. Pero me gustaría que usted me lo explicara mejor. –

-Claro doctora. –

Erik observo sus manos antes de comenzar a hablar. Decirlo en voz alta hacía que todo se volviera real.

-Quería tener un bebé. Pero mi doctor me dijo que era estéril. Estuve en un accidente hace poco. Lo que me dejo en ese estado. Así que esperaba que pudiera comprar lo que vendí hace mucho tiempo. –

-Correcto. Le diré cómo funciona. Va a decirme el nombre de registro y número de folio. Si aún está en sistema, se le venderá de nuevo. ¿Tiene el nombre y número? –

-Si. Espere, como que "Si aún están". –

-Si, ya sabe, hay personas que venden u donan sus óvulos o esperma. Así como también hay quienes las compran. Dígame el nombre y número. –

Erik sintió las manos sudorosas. Ahora estaba asustado.

-Magnus. 214782. –

La doctora tecleo unos datos en la computadora. Comenzó a buscar hasta dar con el archivo. Lamentaba dar malas noticias.

-Lo siento mucho señor Lehnsherr. Aquí dice que las muestras con ese folio y registro, ya fueron vendidas. Hace dieciséis años. Fue comprado todo por un solo Omega. Pero no dice quien fue o si llego a concebir. Lo lamento señor Lehnsherr. –

Él y su maldita suerte.

***
***

-Queda muy poca comida. Que haremos Erik. –

-Buscar más comida. Diles a todos que en dos minutos los veo afuera de la tienda. Quiero hablar con ellos. –

Raven asintió saliendo de la enfermería. Dejando al Alfa solo con Peter. Ambos ordenaban un poco, mientras hacían un pequeño inventarío de lo que había.

-Que harás? –

Pregunto el Omega. Mientras contaba unos frascos. Erik dejo de acomodar su maletín. Prestándole atención al menor.

-Vamos a ir a explorar la selva. –

-Vamos? –

Erik sonrió al ver la sonrisa de Peter. Parecía querer reírse.

-Si. Vamos. Porque iras conmigo, verdad. –

Peter parecía emocionado esta vez. Como si alguna especie de sueño. Se le hubiera cumplido. El omega corrió hacia él abrazándolo.

-Enserio puedo ir? –

Pregunto el menor. Sin soltarlo. Él sonrió respondiendo el abrazo. Mientras asentía.

-Claro que puedes. Como el Líder del grupo te doy permiso. –

Peter hizo un puchero. Mientras no dejaba de asentir. El muchacho parecía querer llorar. Erik paso su mano por la espalda del menor. Intentando reconfortarlo.

-Escucha. Sé qué hace poco perdiste a tu padre. Y yo no voy a remplazarlo. Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites. Sin importar lo que desees, te apoyare. –

-Gracias Erik. –

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