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Capítulo 3: Invitar a una cita.

- Bien, el número de teléfono es 0... 9… 1… 8… 3… 9… x… x… x… x.

Mis manos me temblaban mientras presionaba los números del teléfono, inhalando profundamente y soltando la respiración lentamente para centrar mi mente. 

- Marcaré la llamada. 

Tenía que pulsar el botón verde, pero no me atreví a presionarlo. 

- Si llamó, ¿cuál es la mejor manera de iniciar una conversación? Hola Sr. Feng, no, hola ¿es Ah Feng? Es mejor, ¿no le resultará demasiado familiar? No, es mejor ser más formal. Hola. Sr. Athiphat, soy Nat de la tienda de postres House Yoshida. ¿Es esta una buena forma de coincidir con su personalidad? 

Volví a encender la pantalla del teléfono, dispuesto a pulsar el botón de llamada, pero seguía sin poder… ¿por qué era tan difícil? 

- Eh… ¿Y si estaba ocupado cuando llamó? ¿Y si está en una reunión? ¿se enfadará conmigo si recibe un sermón del jefe? Oh, ¿por qué no le pregunté a qué hora era conveniente contactar con él? Soy tan estúpido. 

¡Golpe!

Khun Wa empujó la puerta con fuerza y entró violentamente.

- ¡Oh! He estado escuchando por mucho tiempo. ¿Por qué no marcó él el teléfono? Si realmente quiere comer algo, podría haberme llamado y decírmelo. Podría haber buscado el número de teléfono de la tienda, ¿no? Está tratando de hablar contigo, es muy obvio, ¿no lo ves? Así que realmente eres el chico atractivo de la universidad, ¿eh? ¿Por qué eres tan estúpido?

- Oh, eso lo llaman tonto, Khun. Cuando estamos enamorados, todos somos estúpidos. Si no eres yo, no entenderás. Me temo que no le gustará cuando no sé cómo es.

Khun Wa se apretó las sienes con el pulgar y el índice, con aspecto de tener migraña.

- Es evidente que te está coqueteando contigo, y tus palabras son tan poco sofisticadas, tus emociones están en toda tu cara. Si los corazones son iguales, apurate y amaros uno al otro para que la historia terminé rápidamente sin ningún caos. 

- Este asunto es el más útil para mí. ¿No es bonito que siga viniendo a la tienda a comprar postres?

- Bueno, eso es cierto, así que tendré que darte una orden para que no se escape. Sé un poco más reservado y deja que te persiga un poco más.

- Espera un minuto. - me levanté y me crucé de brazos. - Yo fui quien coqueteó con el Sr. Feng. 

Khun Wa puso los ojos en blanco.

- Él fue quien coqueteó contigo. Todavía no has hecho nada. Así que pulsa el botón de marcar. Sé todo puchero y llorón para que haga un gran pedido, y lo que quiera, lo cogerás, ¡y luego se lo venderé todo!

- Oh, estás poniendo el pedido por encima de mí.

Khun Wa fingió estar molesto antes de salir y cerrar la puerta detrás de él con mucho ruido. 

- Ugh… - dejé escapar un profundo suspiro. Cuando la habitación volvió a quedar en silencio, empecé a tensarme de nuevo, diciéndome que respirara hondo y me relajara, pero entonces me tembló la mano y pulsé el botón del teléfono antes de estar preparado. Con un sobresalto, el teléfono rebotó y rodó hasta el otro lado de la mesa, donde estiré la mano para cogerlo y vi que el número que había marcado había sido contestado.

- Uh, hola Sr. Athiphat, soy Nat de la tienda de postres de House Yoshida, con quien concertó una cita.  

- Oh, ¿Nat? Estaba esperando tu llamada, hacía unos días que no sabía nada de ti y pensé que no llamarías.