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Capítulo 10: #Me gusta Nat

Ah Feng

Rebobine hasta una época en la que estaba soltero, en la que había sucedido algo no tan bueno que, sin saberlo, me había plantado un nudo en mi corazón, aunque le dije a mi actual novio que hacía tiempo que lo había olvidado.

- ... Feng… Nunca imaginé que salir contigo sería tan aburrido. - Suspiró.

El novio que tenía en ese momento habló mientras estaba sentado en el coche, como si estuviera diciendo tonterías, pensé que lo decía por decir, pero ya sabía que no estaba bromeando, así que le pregunté.

- ¿Qué quieres decir? ¿He hecho algo mal? - Seguía conduciendo y mirando la carretera por delante, sin girar la cabeza para mirar a mi interlocutor.

- Pensaba que si salia con un chico guapo, me embriagaría mucho durante el sexo, pero cuando te miró más a menudo te vuelves aburrido como una persona fea. 

Mis ojos se dirigieron a él, y mi instinto me dijo que su tono era bastante extraño en ese momento, que no estaba hablando por diversión, sino que estaba en un estado extremadamente serio. 

- ¿Eso significa que estás cansado de mí? 

- Pensé que sería más fácil salir con un hombre rico, pero ¿cuál es la realidad? No he visto que me hayas dado nada, y todo lo que haces es trabajar o pasar tiempo con tu familia, así que no tienes mucho tiempo para mí. 

- Como sabes, mi hermana ha estado estresada por sus exámenes parciales, y los niños de esta época están tan ocupados estudiando, que no es fácil.

- ¡No me importan los asuntos de esa gente! Eso es suficiente. Rompamos. Encuentra a alguien mayor que sólo se preocupe por cosas tan molestas como tú.

Rompió conmigo por autocompasión , y me pasé todas las noches llorando durante la ruptura, pero ahora miro hacia atrás y pienso en ello, y no tengo tantos sentimientos encontrados, porque si le hubiera dado más tiempo a mi amante que a mi hermana, ¿qué habría pasado con el futuro de mi hermana? ¿Podría mi amante haber dado alguna garantía? Al fin y al cabo, él me dejó atrás sin ningún apego, sin ninguna atadura, mientras que Mei Mei necesitaba que su familia estuviera con ella, que la apoyara y cuidara, para que pudiera crecer de verdad.

Elegí hacerme cargo del negocio de mi padre para que pudiera jubilarse y tomarse un respiro. Mi padre era un adicto al trabajo más apasionado que yo, y se jubiló más tarde que nadie. Porque por casualidad, Mei Mei era una niña alborotada, e hizo que papá se preocupara aún más para no dejar de trabajar. 

No entiendo por qué la gente siempre piensa que nuestra familia es tan rica que podemos gastar dinero sin pestañear, pero si lo hacemos, aunque tengamos una montaña de dinero, tarde o temprano nos quedaremos sin él.

Pero incluso entonces, todos en la familia querían a Mei Mei como si fuera un regalo del cielo, y yo estaba dispuesto a trabajar duro por ella.

Afortunadamente, mi hermana nació en una época en la que yo era lo suficientemente mayor para cuidarla.

En su momento, cuando me gradué con mi maestría, trabajé en la industria del entretenimiento durante un tiempo, en parte porque me descubrieron por mi aspecto, y en parte porque tenía amigos que me llevaban con ellos, pero pronto me abordaron para pequeños trabajos esporádicos.

Pero las exigencias y expectativas en relaciones sexuales de las personas que tenía cerca siempre me resultaron extremadamente difíciles y vergonzosas.  

No me gustaba salir a las discotecas y beber.

No me gustaba que me manoseen extraños y que digan que estaban borrachos. No me interesaba en absoluto la persona de la mesa de al lado que intentaba invitarme a una copa.