𝐀.𝐃.𝐌 : "Vivo con la maldición de verte en todas partes. Aunque, al fin y al cabo, me hace falta verte más".
Soñar con ella se había vuelto costumbre, y no sabía si catalogar aquello como un premio o una tortura.
Doce años habían transcurrido de...
❛ Tengo un corazón que está perdiendo la cabeza, porque se dió cuenta que ha caído ante tus pies❜.
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Mikey no era una persona prudente, Draken era consciente de ello. Aún así, siempre trataba de contar con la paciencia suficiente para tolerar su actitud.
Sin embargo, toda paciencia tiene un límite. Y el de Ken estaba muy marcado.
—Ken-chin, ¿te gusta Emma, cierto?
Salía de la nada...
Draken casi se atora con su propia saliva.
—¡¿A qué viene esa pregunta?!
—Simple curiosidad.
—¡No me gusta!
Mikey le dirigió una mirada sarcástica. Él ya se había dado cuenta de lo que pasaba dentro de la cabeza de su mejor amigo, pero parece que este ni siquiera era conocedor de sus propios sentimientos.
—¿Ah, no? ¿Y entonces por qué reaccionaste tan exaltado en cuanto te lo pregunté?
Ryuguji no supo cómo responder.
—... Porque preguntaste sin previo aviso.
Mikey sólo soltó una risa estruendosa. Draken empezaba a cuestionarse el por qué se había vuelto amigo de ese cabeza hueca.
—¿Qué te da tanta risa? —interrogó, frunciendo el ceño.
—Ken-chin, no hay nada de malo en estar enamorado.
—¡No estoy enamorado! ¡Mucho menos de tu hermana! —no era del todo mentira. Conocía a Emma desde hace muchos años, y disfrutaba de pasar el rato con ella, pero jamás había surcado su mente la idea de que tal vez pudiera estar enamorado.
Mikey frunció el entrecejo, empezó a mirarlo a los ojos fijamente, como si tratara de leer su mente.
—¡¿Qué tanto me miras?!
—¿Intentas decir que mi hermana no es atractiva?
—¡¿Cuándo dije eso?!
—¡Entonces piensas lo contrario! —los ojos de Manjiro destellaron.
—Ésta conversación no tiene ningún sentido. —Draken le dió la espalda, alejándose de su amigo mientras este reía y le jalaba de su vestimenta.
