❛ Que para mí
tú siempre vas
primero. Yo
soy discreto,
pero igual
te quiero ❜.
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La noche del 14 de febrero había arribado. El reloj estaba a unas pocas campanadas de indicar su final y, con ello, el final de la esperanza de Emma.
Tal vez, se había ilusionado de más. Desde el año pasado había estado soñando con salir en un paseo tranquilo con aquél a quien podría llamar el ladrón que se ha quedado con su corazón. Sin embargo, no vió, ni supo nada de Draken en todo el día.
La puerta principal de la residencia Sano emitió un ligero rechinido. Aún con una pizca de esperanza, Emma se asomó a la entrada de la casa, encontrándose con la sola presencia de su hermano mayor.
—¿Se puede saber qué son estas horas de llegar? —le regañó Emma, cual madre preocupada por su pequeño travieso. Notó ligeros moretones en los brazos y rostro de Mikey, y de inmediato frunció el ceño, inquieta— Oh, esos golpes...
—Esto no es nada—exclamó Mikey, dándole una sonrisa tranquila a su hermana—. Tuvimos una pelea con otra pandilla que se creía superior, pero les ganamos aún siendo menos que ellos.
—Oh, eso es... ¡Increíble! —trataba de sonar tranquila, a pesar que cualquier interacción peligrosa que Mikey pudiera tener le pusiera en estado de alerta— ¿Cómo están los demás de la ToMan? ¿Están heridos?
—Emma, si te interesa la salud de Draken, sólo dilo—le leyó la mente aún en el umbral del hogar, liberando sus pies cansados de sus botas—. Él está bien. Se fué a su casa justo después de que todo terminó.
—Me interesa la salud de todos. —dijo, queriendo ocultar el rubor que recorría el puente de su nariz desviando la mirada.
Mikey colocó una mano en la cabellera rubia de la menor, despeinándola.
—Sí, claro. —rió. Y sin decir algo más, caminó rumbo a su habitación.
Emma lo siguió con la mirada, frunciendo el ceño. Qué horrible era que Mikey la conociera tan bien.
Con un resoplido, ella imitó la acción de su hermano. Caminó hasta su habitación, cerrando la puerta y apagando la luz apenas entró. Sintió que le haría mejor olvidarse de todo con relación a Draken mientras dormía.
Por curiosidad, dirigió una última mirada al reloj posicionado en su mesa de noche. Marcaba las 11:49 pm. Para ella, el día ya había acabado.
Y no había hablado con Draken en todo el día.
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Despertó con un sobresalto al escuchar el sonido de un cristal romperse. Emma encendió rápidamente la lámpara a un lado de su cama, buscando a un posible ladrón.
Sin embargo, sólo encontró un ladrillo tirado en una esquina de su cuarto. Curiosa, se acercó al objeto, percatándose de un pequeño trozo de papel bajo este.
Lo leyó, y no pudo evitar sentir a su corazón brincar de alegría.
“No sé por qué te gusta tanto el 14 de febrero. Igual, feliz día”.
—Draken.
La nota estaba acompañada de una pequeña flor maltratada, color naranja.
No era la forma más romántica de decir algo como eso, pero estaba satisfecha con saber que Ken se había acordado de ella, a pesar de no ser más que su amiga.
—¡Emma! ¡¿Está todo bien allá adentro?!
Ahora sólo tenía que pensar en cómo le explicaría a su abuelo sobre el vidrio roto.
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—¡¿No es esto peligroso?! —Takemichi gritó, tratando de detener a Draken.
—Nah, ella estará bien. —lanzó el ladrillo a la ventana del cuarto de la Sano, y de inmediato, ambos echaron a correr.
—¡¿Y qué pasa si Emma-chan sale herida?!
—No lo hará, su cama queda alejada de la ventana.
Hanagaki le dirigió una mirada confundida. Necesitaba saber si era cierta o no la posibilidad que había surcado su mente.
—... Draken-kun, ¿Cómo sabes de qué forma ubicadas las cosas en el cuarto de Emma-chan?
Una vena brincó en su frente.
—¡No es lo que piensas!
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N/A: NECESITABA SACAR ESTE HEADCANON DE MI CABEZA, PERDÓN AKJLSJ.
No sé qué hago, gente. Hasta ahora me sigo replanteando si es correcto dejar el escrito así o modificarlo (porque originalmente pensaba subirlo el 14 de febrero, aunque no me aguanté), pero como me gustó cómo quedó, de una así lo publico, eaa.
Dato innecesariamente necesario: Todo lo que estoy escribiendo aquí son solo recuerdos que Draken tiene de Emma. Así es, lloren, mUAJaJajAJ.
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𝐀𝐂𝐔𝐄𝐑𝐃𝐀𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐌𝐈 | 𝖽𝗋𝖺𝗄𝗲𝗺𝗺𝗮
Fanfiction𝐀.𝐃.𝐌 : "Vivo con la maldición de verte en todas partes. Aunque, al fin y al cabo, me hace falta verte más". Soñar con ella se había vuelto costumbre, y no sabía si catalogar aquello como un premio o una tortura. Doce años habían transcurrido de...