Del odio al amor (Legolas)

Especial !!!!!

Narra Lyn:

4 años después.

Estaban ajustándome el vestido para que me quedara perfecto. Me miré al espejo y me recorrí con la mirada. Una joven me sonreía. Su lacio pelo negro sostenía una corona plateada y sus ojos, azules como el mar, reflejaban alegría y nervios. Calzaba un hermoso vestido blanco, bordeado con flores. Una figura detrás de ella surgió. Una chica muy parecida a ella. Solo que, el pelo de la otra contenía rulos. La figura habló:

-Estas bellísima- comentó Arwen- Legolas babeará al verte.

 -Siempre tan sutil, hermana- sonreí. Recuerdo el día en que la conocí.

“Flashback:

Llevábamos cabalgando 6 meses sin parar, cuando vimos el castillo de Rivendel alzarse frente a nuestros ojos. Sorprendida, bajé del caballo. Entré en la ciudad y contemplé mejor las maravillas de ese lugar. Había cascadas por todos lados y pequeñas cabañas hacían de la vista, un lugar más agradable.

-¿Puedo saber quién eres y con qué propósito has venido?- me distrajo una voz femenina. Me volteé y la vi. Una elfa, parecida a mí me analizaba de pies a cabeza. ¿Parecida? Era yo, nada más que tenía el pelo cubierto de rulos.

- Aquí estas Lyn- habló Legolas, llegando a mi lado. Me miró y luego observó a la otra elfa- ¡vaya! Creo que has conocido a Arwen.

- Legolas- contestó la supuesta Arwen- andas con elfas que no te corresponden. Tú estabas comprometido con mi hermana. 

Legolas empezó a reír.

-¿De qué te ríes?- preguntamos al unísono Arwen y yo.

- Ay, Eru, diles a estas elfas que se observen bien- contestó. Levanté una ceja y observé mejor a Arwen, y fue cuando lo noté. Arwen era mi hermana. Legolas pareció leer mis pensamientos porque me sonrió y asintió.

- ¿Elrond es tu padre?- pregunté emocionada.

- Si, ¿Puedo saber por qué te interesa?- preguntó.

- Porque soy Ellelyn- respondí y acto seguido, me vi rodeada por los brazos de Arwen.

-Has vuelto, has vuelto, has vuelto- gritó y me tomó de la mano- vamos, iremos a ver a papá. Legolas, sabes dónde dejar el caballo. Cuando lo hayas dejado, ven al castillo.

Arwen corrió y yo la seguí. Parecíamos niñas pequeñas, que perseguían a una mariposa. Entramos al castillo y me llevó por unos pasillos. Cuando llegamos a una gran puerta de madera, Arwen paró, se acomodó el vestido y abrió la puerta. Dentro había un señor de unos 500 años, pero aparentaba ser tan joven como Thranduil. Llevaba el pelo largo y negro y sus ojos eran negros. Nos miró sorprendido:

-Arwen, cuantas veces te he dicho que no entres sin tocar- contestó con parsimonia.

- No hay tiempo para regaños, papá, sino tiempo para festejar, ya que ha vuelto nuestra querida Ellelyn- respondió Arwen. Inmediatamente, Elrond, o mejor dicho, mi padre, se paró y corrió a abrazarme. Caímos de rodillas al suelo, y no pude contener las lágrimas, esta era mi familia, la que tanto quería conocer. Arwen se unió a nosotros sollozando y no pude evitar reír. Llorábamos igual. Pareció notarlo, porque también comenzó a reír. Un golpe nos hiso parar.

-Pase- gritó mi papá. Era Legolas, quién nos miró sonrientes.

- Señor Elrond- se paró sobre una de sus rodillas- que gusto verlo.