CAPÍTULO 2: Mal educado machista.

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Salgo del salón en busca de un baño, pero no tengo ni la más mínima idea de donde puede haber uno.

— ¿Eres la nueva? — escucho la voz aguda de una chica detrás mío.

— Sí. — respondo entre dientes aguantando las ganas de orinar. — ¿Sabes donde hay un baño? — cuestiono girando.

Cuando lo hago me encuentro con una chava morena, de ojos color miel, el cabello negro y ondulado, un cuerpo envidiable y unas piernas súper largas.

— Claro, es por acá. — indica con su dedo pulgar.

Luego se da la vuelta y comienza a caminar como una súper modelo.

Yo voy detrás de ella, parece que me han herido ya que voy encorvada y apretando las piernas.

— Aquí es. — dice frente a la puerta y yo entro corriendo, como si no hubiese un mañana.

Al salir me encuentro con ella frente al espejo, se está retocando el maquillaje.

— ¿Tenias muchas ganas de orinar? — cuestiona de la nada mientras me lavo las manos.

— Eh, sí, jeje. — respondo nerviosa.

— Mi nombre es Bella y tu eres Ela, ¿no? — dice mirándome.

— Sí, ¿quién te dijo mi nombre?

— Jajaja, por Dios... — dice si dejar de reír. — A veces deberías ver a tu alrededor.

— No entiendo.

— Estuve en dos de tus clases de hoy y en las dos te presentaste diciendo tu nombre y apellido. — explica y yo me siento como una tonta.

— Lo siento, no te vi. — me disculpo intentando sonreír.

— Es la primera vez que paso desapercibida para alguien. — dice poniendo una mano en su pecho. — Pero está bien, siempre hay una primera vez para todo. — añade y entrelaza su brazo con el mío.

— Creo que sí. — digo en voz baja.

— Por cierto, hoy seré yo quien te de el recorrido.

— ¿Tú? ¿No debía dármelo el mal educado?

— ¿El mal educado?

— Sí, ese Luis, Lois, Lin, como se llame.

— ¡Liam! — exclama soltandome. — Se llama Liam, pero hoy no puede, tiene entrenamiento.

— ¿Entrenamiento?

— Sí, sé está preparando para la competencia anual de natación.

— ¡¿TIENEN UN EQUIPO DE NATACIÓN?! — cuestiono sorprendida y levantando la voz.

— Tranquila... — dice mirando a todos lados. — Sí, te llevaré allá más al rato, pero por ahora iremos a conocer otras áreas.

— Está bien. — respondo sonriendo ampliamente. — Espera, ¿pero porque me llevarás tú? No me digas que te obligó solo por ser el presidente y...

— No, para nada. — me interrumpe sonriendo. — Soy su novia y suelo hacerle estos favores. — explica.

— ¿Su novia? ¿No crees que eres demasiado bonita y buena onda como para andar con él?

— No deberías juzgar sin conocer, de hecho creo que la de la suerte soy yo por tener de novio a Liam.

— ¿Suerte? Cualquiera querría estar contigo, en cambio, con ese mal educado... pff... — digo y ella niega.

MALDITO DESTINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora