Durante toda su vida, Jay nunca había sentido algo.
Había crecido con los constantes diálogos de sus padres en su cabeza. Sus enseñanzas y crianza, probablemente volvieron de él alguien metódico, un niño extraño. El "fantasma" como solían llamarlo durante el preescolar.
No hablaba mucho, de hecho, hasta que tuvo quince años se veía incapaz de responder otra cosa que no se tratara de "si" y "no" más aún, si solo fuese completamente necesario. Todo esto, debido a que en casa, él no tenía permitido hablar.
Comunicarse mediante las palabras, significaba que no te escucharían. Significaba recibir un "sh" brusco y frívolo. Hablar, para Jay, no servía de nada. Así que a medida que crecía, aprendió a dejar de hacerlo.
En su casa, en la escuela y después, cuando tuvo la edad suficiente, en su trabajo, él nunca fue capaz de abrirse totalmente. Veía con curiosidad a las personas que entraban y salían del restaurante donde trabaja, en su mayoría parejas. Cuando se besaban, abrazaban o acariciaban, parecía que era algo tan intimo. Creía que debía ser estupendo estar en sus lugares, portando en sus pechos corazones que si funcionaban, no uno como el suyo, que estaba descompuesto.
Él creyó eso. Se dijo a si mismo que iba a ser incapaz de arreglarse, porque no era como los demás.
Pero en este momento, su pecho no puede sostener todo lo que está sintiendo. No sabe como, no sabe que hizo, ni sabe porqué. Pero la cura de la enfermedad que él mismo se había diagnosticado, estaba allí. Era Sunoo, ahí, apoyado en su pupitre como de costumbre esperándolo como suele hacerlo, logrando empujar su corazón hasta el limite.
Sus ojos están hinchados, mientras mueve sus dedos con impaciencia. Parece tan agotado que no puede mantener sus ojos abiertos antes de que estos se cierren con rapidez. Cuando Jay entra al lugar, los dos se miran y aquella somnolencia que el menor parecía padecer, desaparece.
"¡Hyung!" Su sonrisa es leve, no llega a sus ojos, pero si parece sincero al querer otorgarsela. Ambos están tan felices de volver a verse, porque había sido un largo fin de semana sin comunicación entre ellos. Jay preocupado por lo que pudo haber sucedido con JungWon, y Sunoo, saliendo de una crisis para entrar en otra, incapaz de responder a los mensajes constantes que llegaban a su teléfono.
"Luces muy mal, ¿Que pasó?" Se ubicó a su lado, como si estuviesen en clase, moviendo el pupitre tan cerca como pudo del peli-rosa. Al final, esas cuatro paredes terminaban siendo el único lugar donde podían estar juntos. "Te extrañé..."
"Yo-uh- yo, " su hinchado rostro se enrojeció. Mientras el golpeteo en el pecho le impedía hablar con claridad. Sunoo tomó las mejillas de Jay entre sus dedos, acariciando su piel suavemente, quitando a su par unos cuantos cabellos del flequillo azabache y dorado que le impedían verlo con claridad. "También te extrañé."
La mano de Jay se dirigió hacia la del contrario que continuaba abarcando la zona de su rostro, quedándose de esa manera bastante tiempo antes de que volvieran a hablar.
"JungWon...hm, él ya no me habla." sus dedos no soportan más la cálida cercanía con la piel suave de Jay, necesita volver a besar su mejilla. Quiere volver a tomar su mano. El cosquilleo se extiende en necesidad, rogándole un poco más, algo más allá. "Pero eso- no es importante, no pasó nada más."
"Lloraste y lo hiciste mucho. Tus ojos apenas pueden abrirse." Frunció el ceño mientras se separaban del tacto ajeno. No estar cerca era algo que odiaban, tocarse o mimarse, eso era algo que no podían dejar de hacer sin volverse ansiosos.
"Eso es porque tuve muchas crisis, Hyung. Creo que- a penas podía respirar en la mañana. Me ahogaba, pero de todas formas quería venir a verte. Nadie más iba a traerte el almuerzo sino." suspiró, viendo como Jay no dejaba de parecer molesto y a su vez, hacía un acercamiento tímido hasta sus manos, parecía temer por la respuesta que recibiría. Sunoo pensó que era tierna aquella mueca de desagrado en su rostro bonito, por lo que debido a eso, no pudo evitar sonreír suavemente.
Cuando por fin sus manos estuvieron unidas, en un movimiento torpe, Jay depositó un beso en su mejilla. Después, lo hizo en su nariz. Marcó un recorrido de pequeños besos por toda su cara sin tocar sus labios, que parecían sumamente llamativos. Le punzaba el pecho no permitirse acercase a ellos.
Dios, ¿Así era sentir algo?
Todo era tan increíble, nuevo y asombroso para Jay. Su pequeño corazón parecía no poder soportar tantas emociones reunidas dentro.
"Luces tan lindo, Hyung." murmuró, acercando sus voluptuosos labios a su mejilla y dejando un dulce beso en ella, como muestra de que se sentía incapaz de no darle afecto al ver un tierno rostro como el suyo. "Te agradezco los mimos, sé que es tu forma de hacerme sentir mejor. "
Jay intentó ocultar su rostro con sus manos, en vergüenza. Pero Sunoo no se lo permitió, porque visualizó la sombra de ese algo que parecía haberse borrado repentinamente de su memoria. "Tu cara- el moretón-"
Los nervios de la culpabilidad por lo ocurrido no le dejaban espacio a su boca de juntar las palabras correctamente. Solo en ese momento, se percató que entre besos depositados en su rostro más la manera en la que había tocado su piel constantemente con sus manos, produjo que el maquillaje que portaba casi despareciera. Así que ahí estaba de nuevo, extendiéndose el color morado a lo largo de su mejilla adolorida. "No es nada. Tú lo pasaste peor, no tienes que preocuparte por mi. Suelo tener de estos a menudo."
"Uhm, JungWon no quiso contarme que pasó..." bajó a mirada unos momentos, recordando la situación como si fuese algo difícil de digerir. "Yo no sé- no entiendo que ocurre entre ustedes, pero no quiero que sigan peleando. No me gusta que se golpeen. No me agrada como suena eso de- que estás acostumbrado a recibir golpes."
Jay se sentía como un tonto. No sabía porqué sus labios querían sonreír repentinamente. Ni siquiera sabía si se debía a la cercanía que había entre ellos o en como la preocupación del contrario derretía su corazón.
¿En que momento esto había pasado?
¿Como había pasado?
"No frunzas así el ceño." la petición de la voz aguda, lo hace salir el trance. "Porque luces- tan, uh, adorable. Quiero llenar tu cara de besos."
"No voy a impedirte que lo hagas." cohibido porque sus piernas estaban tocándose y porque sus manos no querían alejarse de la otra, apoyó su rostro en el hombro del menor. "Eres un mocoso tonto, mi corazón se siente como si fuese a explotar cada vez que estamos tan cerca."
"Mi corazón- él se siente igual." Jay no pudo verla, pero la sonrisa pura de Sunoo estaba impresa en sus labios incluso cuando su apariencia deplorable le impedía soltar cualquier tipo de luz. Justo ahí, con los cabellos negros rozándole el sonrojado rostro, sus ojos achinándose, y su espacio personal siendo invadido, su pecho se hinchó de tanto amor que creyó que iba ser incapaz de soportarlo. "Creo que te quiero, Hyung."
Jay se removió con delicadeza. "Yo también lo hago. Mucho."
Ambos, tan ingenuos respecto a los sentimientos, ni siquiera asimilaban lo que ese te quiero significaba.
Solo sabían que estando juntos se sentía como si, el corazón de uno y la mente del otro, no estuviesen descompuestos.
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Autora original: /binnieblush ❤️✨ (gracias por crear esta maravilla 😭❤️)
Cualquier error con los nombres, pueden avisarme y yo lo corregiré de inmediato 👨🏻🍳
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💌 timid · jaynoo ✔️
Fanfic¸„.-•¹°"ˆ˜¨ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ ¨˜ˆ"°¹•-.„¸ ⸙⛜⫺ Sunoo es suave, confortable y tranquilo, el lugar perfecto donde Jay puede reposar su cabeza y desfruncir el ceño. ⸙❥AUTOR/A ➜ binnieblush ⸙❥COUPLE ORIGINAL ➜ yoonmin ゚+:;;: 𝐂𝐎𝐔𝐏𝐋𝐄 :;;:+゚ ᯽ Jaysun / Jay...