Pʟᴜᴠɪᴏғɪʟɪᴀ || Sano Manjiro [Bonten]

•5•

Pov's Ame

Un toque en la puerta de mi habitación me sacó de mis pensamientos.

Era de madrugada, la falta de melatonina en mi organismo no dejaba descansar a mi cuerpo descansar por completo, por lo cual había decidido salir al balcón a sentir como la lluvia me empapaba.

Me adentré en la habitación sin importarme mucho mojar el piso, y caminé hacia la puerta para abrirla, allí se encontraba el peli blanco.
Su mirada estaba perdida, y su respiración estaba levemente alterada, noté que la estaba intentando regular.

— ¿Puedo estar aquí? — me preguntó, más no me miró.

— Si así lo deseas — terminé por decir para moverme hacia un lado para dejarle pasar y seguido de que entrara, cerrar la puerta.

No me importaba realmente lo que hiciera, hacía mucho que me dejaron de importar muchas cosas.

Me acerqué de nuevo al balcón, miré como Mikey se había sentado en el borde de la cama.

— ¿Te gustaría acompañarme afuera? — le ofrecí.

Muchas veces había sentido el estar perdida, era un momento en el que se te nubla la mente y ni tu mismo te reconoces. A pesar de tenerle tanto odio a los seres humanos, Manjiro me parecía una persona que sólo había cometido errores en el pasado, y que el hecho de haber perdido tantos seres queridos, hizo que se hundiera en la oscuridad, para así no perjudicar a nadie más.

En el fondo Manjiro sólo era un crio que había sufrido demasiado a tan corta edad y necesitaba amor.

El peli blanco me miró, pareció pensarlo y poco después se levantó de la cama para salir a balcón junto a mí y tendernos en el suelo, uno al lado del otro.

— ¿Qué ocurrió? — le pregunté mientras mí mirada se posaba en su rostro.

— Tuve una pesadilla — me contó mientras me miraba.

— Entiendo. Siempre que quieras eres bienvenido en mi habitación para acompañarme, las pesadillas son horribles, y más cuando están relacionadas con cosas del pasado —

El oji ónix no dijo nada, sólo volvió su vista al cielo, del cual seguían cayendo pequeñas gotas de lluvia.

— ¿Te sigue desagradando la lluvia? —

— Si — me respondió.

— Haré que mi cosa favorita en el día también te agrade y así cuando me acompañes, la apreciarás mejor — le mostré una leve sonrisa.

Me levanté del piso y el peli blanco imitó mi acción.

— Volvamos adentro, hace frío y probablemente no estés acostumbrado a estar bajo estas temperaturas mucho rato — le dije mientras volvía a la habitación totalmente empapada.