Capítulo 1

614 85 59
                                    

Si bien Tenya estaba acostumbrado a ver al pequeño pecoso ser un jefe que no tenía piedad ante los demás, matando y lastimando personas hasta el punto de llegar a torturar a otros sin llevar ni una expresión en su rostro, él mismo conocía y veía l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si bien Tenya estaba acostumbrado a ver al pequeño pecoso ser un jefe que no tenía piedad ante los demás, matando y lastimando personas hasta el punto de llegar a torturar a otros sin llevar ni una expresión en su rostro, él mismo conocía y veía la otra cara de esa moneda cuando estaban los dos solos.

Se había ganado la confianza del pequeño jefe de la mafia verde, al principio no podía creer que la mafia en verdad se llamara de esa manera, pero cuando varias personas se lo confirmaron, no pudo evitar dejar salir la risa, borrando todo rastro de seriedad que usualmente portaba y sorprendiendo a todos, incluyendo a Izuku quien terminó sonriendo y dejándole pasar la burla, por alguna extraña razón que desconocía.

El pequeño jefe había decidido confiarle las cosas importantes del trabajo y de su vida personal, así que Tenya lo conocía lo suficiente como para formar una amistad con él, pero con el tiempo, esa amistad terminó desarrollando sentimientos diferentes y prohibidos, al menos él mismo pensaba que lo eran, por eso decidió callar, decidió mantener guardados aquellos sentimientos que no debió haber sentido en un principio y hacer como si nada, debía seguir su trabajo como mano derecha y confidente personal del jefe sin darle paso a que su corazón se metiera en donde no lo habían llamado y donde creía, no lo necesitaban.

Pero los años pasan y Tenya, por más serio que sea, no era de piedra. Veía a Izuku pasar su noches con otra persona, un cenizo mal hablado que no le terminaba de caer bien y que estaba casi seguro que algo se traía entre manos. Lo había visto un par de veces salir en las madrugadas luego de que al parecer, Izuku se quedaba dormido, yendo hacia la oficina principal del pecoso, queriendo entrar de manera obligada, pero siempre terminaba apareciendo detrás de él e interrumpiendo lo que sea que tuviera en mente, incluso, para sacarlo aún más de sus casillas, sacaba de su bolsillo una copia de la llave de la oficina y entraba al interior de esta, permitiendo que viera sólo un poco de lo que había adentro antes de cerrarle la puerta en el rostro, a tiempo para evitar que metiera aún más la cabeza en el interior de la habitación.

Cerraba con llave y se acomodaba en la silla que había detrás del escritorio, colocándose frente a la ventana a vigilar de brazos cruzados, esperando a que fuera la hora para que el hombre se fuera y como siempre, no pegaba ojo con tal de estar atento a cualquier movimiento sospechoso. Para cuando veía al hombre marcharse, sus hombros se destensaban un poco y dejaba caer la cabeza en la silla misma, cerrando por fin los ojos antes de darle la espalda a la ventana para descansar un poco.

Contaba los pasos que daba Izuku de la puerta principal hasta la oficina y cuando llegaba a los ciento diez pasos, el seguro de la puerta se quitaba y el peculiar rechinido bajo se escuchaba, seguido de un grito de espanto de parte de Izuku quien terminaba de despertar por completo.

"¿Por qué demonios sigues metiéndote aquí? ¿Buscas matarme o qué?"

La queja de Izuku provocaba que Tenya abriera los ojos y lo viera de manera directa sin decir nada, debía calmarse primero para evitar que al abrir la boca, su voz delatara los celos que sentía al ver las marcas rojizas casi moradas en el cuello y la clavícula ajena, él mismo es el que debería dejar esas marcas en la piel llenas de pecas, no otro, pero seguía sin ser lo suficientemente valiente para declarársele.

Bulletproof [IiDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora