Las camionetas blindadas iban por buen camino hacia la casa de Enji, habían decidido ir por caminos separados para no levantar sospechas y para abordar todas las entradas de aquel terreno que pronto sería de la mafia verde, perteneciente a Izuku, todos los que estaban y trabajaban para el pecoso estaban emocionados por conseguir ganar aquella suicida misión, puesto que de matar a Enji, sus terrenos pasarían a ser suyos y el hombre tenía un enorme viñedo del cual podrían sacarle mucho beneficio, Dabi era el más emocionado con esa idea, pero en esos momentos no se hallaba en ninguna de las camionetas puesto que había decidido quedarse a esperar a Himiko e Izuku se lo permitió.
Admitía sentir nervios, no quería descubrir que esos dos se habían quedado atrás para planear traicionarlo, les había tomado cariño como a todos los que trabajaban con él y sinceramente no quería un sermón de parte de Tenya, si es que lograba sobrevivir y éste se enteraba de lo sucedido, iba a ser fatal, aunque posiblemente igual se ganaría uno para después de que regresaran porque de alguna manera Tenya siempre averiguaba los detalles más pequeños de las cosas que él mismo le quería ocultar y se frustraba cuando no era posible.
“Veo la cabaña.” Anunció Jin quien iba en la camioneta de al frente. “Estaremos allí en cinco minutos.”
“Perfecto, vigilen que no haya nadie cerca de la cabaña y si hay gente, encárguense de ellos de manera silenciosa.” Ordenó Izuku seriamente mientras acomodaba su revólver especial que le heredó su madre, una de las tantas cosas y la guardó para cuando se encontrara con Enji, luego acomodó su desert eagle 12,7. “¿Alguien sabe si Dabi y Himiko ya salieron del hospital?”
“Vienen en camino, Himiko avisó hace dos minutos.” Respondió uno de los hombres de Izuku a través del micrófono, todos tenían uno y auriculares para mantenerse en contacto con el resto para estar pendientes de a quién o quiénes perdían.
“Perfecto, estén pendientes de su llegada.” Ordenó Izuku con seriedad.
“A la orden jefe.”
El silencio se formó luego de esa orden y unos minutos después la camioneta se detuvo y el motor se apagó, la puerta trasera fue abierta por el mismísimo Jin quien se había asegurado antes de que no hubiera nadie antes de sacar al jefe e Izuku no tardó en caminar rápido al interior de la cabaña para notar una mesa enorme con varias armas y sonrió ladino mientras negaba, Tomura había pensado en todo, al parecer y le agradaba que fuera de esa manera a pesar de que el hombre se negara a pertenecer por completo a su mafia, respetaba su decisión mientras lo siguiera ayudando de vez en cuando como justo en esos momentos hacía.
“Quiero un reporte completo de lo que está sucedido en la casa y el resto del terreno, sean sigilosos.” Pidió mientras se acercaba a la mesa para revisar las municiones y las armas para asegurarse que ninguna estuviera dañada o trucada. “Cada uno va a tomar una y ponerse en sus posiciones, los francotiradores consigan un lugar donde puedan esconderse y protegerse al mismo tiempo, no dejen que nadie de la otra mafia salga con vida y no pierdan ustedes la suya.” Ordenó seriamente.
“¿Quiénes irán con usted?” Cuestionó uno de los hombres con curiosidad.
“El equipo siete, el resto sepárense en grupos de dos para abarcar todos los pasillos y habitaciones posibles.” Respondió Izuku y ordenó al mismo tiempo en el que veía su celular. “Sé que Jin y su gente sacaron a casi todos de la casa, pero no se olviden de revisar las habitaciones por si acaso olvidamos a alguien que esté obligado a estar allí.”
“Tengo otra petición, Izuku.” Comentó Dabi llegando recién a la cabaña.
“Dabi ¿qué es?” Cuestionó Izuku mientras veía a Himiko ponerse el chaleco antibalas en completa seriedad y en completo silencio, al parecer había cumplido con la misión, así que la dejó pasar su luto si es que tenía alguno.
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Bulletproof [IiDeku]
FanfictionPublicado: 06 - 01 - 22 Terminado: Iida había estado guardando sus sentimientos hacia Izuku en secreto por muchos tiempo, hasta que los dejó escapar en una discusión con el pecoso y terminó huyendo del lugar por la vergüenza. Izuku también guarda u...