Bulletproof [IiDeku]

Capítulo 9

La mirada esmeralda de Izuku se encontraba completamente fija en los cuatro agentes de la policía que habían llegado a primera hora de la mañana, demasiado temprano para alguien como el propio Izuku que no había pegado un ojo en toda la noche y la madrugada, ni siquiera se había podido ir a casa por todo el trabajo que había llegado de repente a medianoche e incluso él había tenido que acercarse a ayudar a su gente mientras los doctores que no tenían turno llegaban al lugar; las ocho salas de cirugía habían tenido que prepararse junto a los cirujanos y enfermeros para recibir a los heridos gravemente mientras que la sala de urgencias y algunos consultorios se llenaban con el resto de las personas.

Todo había sido realmente caótico a ojos de Izuku quien había exigido saber qué rayos había sucedido, enterándose por una anciana que tenía sólo unos pocos golpes y rasguños que pudo atenderle sin necesitar tanto proceso profesional, que en el edificio mediano de apartamento donde vivían hubo una explosión de gas donde sólo algunos pudieron salvarse, notando que en algunas camillas al fondo habían cuerpos que ya tenían la etiqueta negra en el dedo pulgar del pie que le avisaba a todos que estaban muertos y realmente era una pena, y una tristeza para las familias de esas personas, si es que las tenían.

“Señor Moriuchi, parece que no tuvo buena noche” Pronunció el jefe de la policía que había estado el día anterior allí.

“¿Le parece que atender a los heridos y muertos de una explosión de gas es una situación donde se pueda pasar buena noche, oficial?” Cuestionó Izuku con total seriedad mientras negaba a su propia pregunta. “Lamento tener que recibirlos aquí en la recepción, pero justo ahora no me puedo ir muy lejos hasta que mi secretario llegue con todos mis papeles necesarios.”

“No, sé en carne propia que no lo es.” Confirmó el jefe con un asentamiento leve y una mueca sobre sus labios antes de negar levemente. “Está bien, no es necesario tanta formalidad para lo que venimos a decir.” Comentó seriamente antes de señalar hacia su compañero quien tenía una carpeta con pocas hojas en sus manos. “Introducimos ayer su nombre, señor Moriuchi Yamikumo, para ser japonés no tiene demasiada información suya aquí en el país, pero con ayuda de un contacto pudimos ver que tiene más información en dos países fuera de aquí que imagino, fue donde estuvo estudiando.”

“Sí, realmente no viví demasiado aquí en Japón luego de pisar mi adolescencia.” Contó Izuku la mentira perfectamente elaborada que ya se sabían todos de memoria para decir en caso de que se les fuese preguntado algo de él. “Mi madre prefirió que me fuese a estudiar a Estados Unidos para sacar todos mis estudios allá.”

“Vivió con un hombre llamado Toshinori Yagi.” Completó el jefe de la policía, viendo en la mirada del pecoso un sentimiento melancólico mientras asentía en confirmación.

“Mi tutor, fue como un padre para mí… Pero lleva diecisiete años muerto, hubo un asalto en el bus en el que iba viajando hacia el apartamento luego de su jornada de trabajo, terminó siendo una de las víctimas junto a diez personas más.” Contó Izuku sintiendo aun rencor por las personas que habían matado a Yagi, aquellos hombres fueron sus primeras víctimas, se encargó de torturarlos hasta casi la inconciencia mientras pedían clemencia y perdón, no tuvieron ninguno de los dos, se encargó de matarlos con sus propias manos luego. “Antes de graduarme de la universidad, me tomé unas vacaciones en Italia con unos amigos, siendo que estuve lejos cuando mi madre murió, aun así le había prometido que no volvería aquí a Japón sin antes graduarme y eso hice. ¿Es la información que tienen, no?”

“Lo del señor no sabíamos todos los detalles, pero al menos ya sabemos que fue un robo que salió mal, aunque no se sabe dónde se encuentran las personas que hicieron dicho robo.” Respondió el jefe de la policía sin dejar de ver al pecoso de manera directa, siéndole regresada dicha mirada, dándole a entender que el hombre no ocultaba nada o eso creía.