Código 07.

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- ¡Que perfección de vestido!
- Sí, sí, ¡me habías asustado tontorrona!
- Lo siento Alfalia, ¡pero es que me he enamorado de este vestido! Es la ostia de las collejas. - Sí, lo es, lo es. Por cierto, ahí está el tío del bus.
Me quedé inmóvil, se supone que lo he disimulado bien con mi enamoramiento por el vestido.
- Pasa de él, a cuervos como ese mejor ni mirarlos.
- Pues viene acompañado por una buenorra, la muy zorra.
¿Alfalia insultando a alguien por su buen físico? Peligro. Levanté la vista y los vi, la chica era guapa, sin duda, pelo negro, uno sesenta y ocho, rellenita y cuerpo moldeado. Era perfecta para Roberto, que media uno setenta, ojos azul mar, no tenía musculitos pero tampoco era un palo, su pelo era una maraña castaña revuelta.
- No está mal.
- ¿Quién, la chica o ...?
- Paulo Roberto, preferiblemente Roberto. Y me refiero a la chica. Y nos vamos, que Tory nos espera.
Mierda, veo que Roberto nos está mirando, a la mierda, salgo de la tienda y me llevo a rastras a Alfalia.
- ¿Qué haremos en casa de Tory?
- Lo de siempre, me ha llamado para decirme que es un código 07.
- ¿Otra vez?
- Sí.
¿Que qué era un código 07? Veréis, Tory está encaprichada con un tío mayor que ella, el cual pasa de su cara, es un pica flor. Bueno, pues, cuando él la saluda por la calle o hablan por whatsapp o algo por el estilo, Tory nos llama diciendo que necesita un cubo de agua fría, que seríamos nosotras, es decir, le recordamos lo hijo de su buena madre que es. Un cuarto de hora después llegamos a su casa y encontramos la puerta abierta, otra costumbre.
- ¡Chicas! Hasta que os dignais a aparecer, eh, cacho perras.
- Lo sentimos es que habían tiendas por el camino.
- Me lo imaginaba, tranquilas. Tenemos un 07, hoy me ha pedido quedar.
- ¡¿Qué?!
- Yo también reaccioné igual, Michael. Necesitamos un conjunto que sea menos hardcore. Lo que es complicadito
- Para eso estamos yo y mi súper bolso.
- Genial chicas, gracias por venir.
- Tranquilidad, bueno, ¿por donde empezamos?
Alfalia me responde con la mirada, por el pelo.
- Por el pelo, lo tienes echo un asco, ¿a que sí, Michael?
- Evidentemente.
- De acuerdo, ¡empezad ya!
Cuarenta minutos después, pelo listo, le hicimos mechas y se lo alisamos. Justo cuando iba a decir lo perfecto que ha quedado siento vibrar mi móvil, es Luis, el hermano de Alex.
- ¡Hola boy!
- Lo siento, no estoy para apodos, te llamaba para decirte que mi hermano Alex a sufrido un accidenteen su moto.
- ¿Qué me dices? Joder, lo siento.
- Avisa a Tory y a Alfalia.
- De acuerdo, ¿a qué hospital os lo llevais, al privado?
- Sí, nos vemos, adiós.
Joder, ¿ahora cómo coño le digo a Tory esto? Tranquilidad, tranquilidad, de acuerdo, enfúndate de valor Michael.
- Chicas, tenemos un problema, me ha llamado Luis y me ha dicho...
-¿Qué te ha dicho mi futuro cuñado?
- Alex ha sufrido un accidente.
- ¡¿Qué?!
- Mirad, haremos lo siguiente, Tory vístete, Alfalia llama a tu padre Alfonso para que venga a buscarnos.
- De acuerdo, Tory, muévete.
Después de diez minutos ya estábamos en el coche del padre de Alfalia.
- Tory tranquilidad, ya estamos llegando al hospital.
- Tranquilidad, tranquilidad, ¡no puedo tranquilizarme!
- Papá para el coche, es aquí.
Tory es la primera en salir del coche. Yo fui la última en bajar.
- ¡Esperadme! ¡Chicas! Joder.
Ya dentro del hospital preguntamos por la habitación de Alex y nos dijeron que estaba en terápia intensiva.
- Joder, soy gafe, por mi culpa ha pasado toda esta mierda. Mientras yo me ponía guapa el sufría un puto accidente.
- Tory, tranquilidad cojones.
- Mirad ahí está Luis, vamos.
Tory corrió a brazos de Luis, y no es por nada, pero tampoco es para tanto. Tengo un secretito que no os he contado, me gusta Luis, es mi amor imposible desde sexto de primaria. Lo sé, lo sé, soy un poco patética, pero no sé si le gusto o no, y prefiero no arriesgarme. Nadie sabe si él tiene un amor imposible al igual que yo.
- Hola Luis.
- Hola Alfalia.
Yo fui más original y le di un buen abrazo de consuelo.
- Hola Luis.
¡Qué bien me sentía en sus brazos!
- Hola Michael.
Alfalia y Tory fueron a sentarse en las sillas de espera. Luis y yo nos separamos.
- ¿Qué te han dicho los médicos?
- Bueno, se ha dado un fuerte golpe en la cabeza, para colmo iba sin casco, aparte de estar casi en coma tiene un puta multa.
- Vaya, que reverenda mierda.
- Lo sé. Gracias por venir Michael, momentos así son los que uno valora.
- De nada, sabes que estoy para las buenas, pero sobretodo para las malas.
Llamadme aprovecha, pero me volví a lanzar a sus brazos. Y no, no fue un momento cliché porque justo en ese momento llegó el jodido médico a cagarlo todo. Luis se separó de mi y acudió a su llamado. Al igual que Tory.
- ¿Cómo está mi hermano?
- Empeorando, la verdad es que eso de no llevar casco fue un grave error. Pero le damos veinticuatro horas para definir su situación.
- De acuerdo.
El médico se largó por donde vino.
- Chicos ya me tengo que ir, pero Tory se queda, ¿te vienes Michael?
Me lo planteo por un segundo, ni de coña, ¿dejar sola a Tory con Luis? Jamás.
- No, yo también me quedo.
- Vale, adiós.
- Chao.
Ya habían pasado cuatro horas desde que decidí quedarme. Tory se había quedado dormida en mis hombros, al igual que Luis. Yo no tenía nada de sueño, no podía, aunque lo intenté muchas veces.
De repente me vienen los recuerdos de mi sueño cuando estaba besando a Roberto. ¡Qué desagradable! La verdad es que sólo tenía ojos para Luis, por ahora. Los chicos merecen conocerme.
- Michael.
- Dime Tory.
- Voy a llamar a mi madre.
- Vale, no tardes.
Tory se va a un lugar apartado. Dejándome a mi y a Luis solos, algo bueno hoy.
- Michael, no lo hagas, ¡no!
- ¿Luis? ¿Estás cuerdo?
- ¿Eh? Sí, sí.
- ¿Qué has soñado?
- No me creerías.
- Haz la prueba de que sí.
- Verás, estábamos tú y yo...

¡Buenas! Sé que muy pocas personas han leído este que es mi primer "libro", también sé que los capítulos son muy cortos. Por eso he decidido subirlos cada tres días, para hacerlos igual de largos que este o más. ¿Qué habrá soñado Luis con Michael?

Yo mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora