Comenzamos a caminar rumbo a mi hogar.
Tener a Yeonjun tan cerca de mí y con su brazo alrededor de mi cuerpo parecía irreal. En ningún momento me habría imaginado que me fuese a encontrar con él, pero por lo que veía la suerte estaba de mi parte.
-¿Vives muy lejos?.- habló después de estar unos minutos callados.
-No demasiado, a unos veinte minutos.
-Creo que no vivimos demasiado lejos, pero igualmente vendré a verte en coche, que para eso tengo.
-¿Vas a saber venir?.- pregunté dudoso.
-Me apuntaré tu dirección y las primeras veces iré con el GPS hasta que me aprenda el camino.- aclaró mientras parábamos en un semáforo.
-También podría ir yo a verte, tengo coche.- informé.
-Te daré mi dirección cuando lleguemos a tu apartamento.
-No vivo en un apartamento.
-Bueno, en tu casa.
-Ajá.
¿Cómo se iba a tomar Yeonjun el hecho de que era rico? Aunque no lo parecía, porque ni un móvil me querían comprar mis padres. Debía de esperar todo un mes hasta que me diesen mi paga de nuevo.
Pero, cuando viese la mansión en la que vivía, entrase y se percatase de que tengo todo lo que cualquier persona querría y toda clase de lujos, no sabía si iba a sentirse incómodo e iba a cambiar su forma de verme.
Después de pasar por varias calles, entramos a una urbanización que claramente se notaba que era para personas con mucho dinero y que se podían permitir vivir en mansiones.
A mí personalmente no me gustaba vivir en una mansión. Me parecía algo demasiado grande y exagerado para tan solo vivir ahí mis padres y yo. Estaba muy bien cuando invitábamos a familia o amigos, pero cuando eso no ocurría, todo se sentía demasiado solo.
-¿Vives en una mansión?.- los ojos de mi amigo estaban muy abiertos mientras pasaba su vista por todas las mansiones que había.
Suspiré, no me gustaba nada hablar sobre estos temas. El dinero, los caprichos, lujos y demás no iban con mi persona. Este no era mi estilo de vida aunque haya sido así desde que nací. No me gustaba alardear sobre todo lo que tenía y el dinero que me sobraba, me parecía algo tan superficial que incluso el simple hecho de pensar en ser así me daba asco. Pero a pesar de ello, mucha gente creyó que yo era ese tipo de persona y por eso es que no tenía tantos amigos. Porque si no me buscaban para dinero y conveniencia, era porque tenían una imagen errónea de mí. Así que no, no todo era porque soy un chico asocial.
-Por desgracia, sí.- suspiré de nuevo. -Espero que esto no te haga cambiar tu manera de verme.- agaché mi mirada.
-Pero, ¿eres rico?.- seguía aún sin creérselo.
-Sí, ese es mi hogar.
Me paré de repente, haciendo parar también a Yeonjun. Él miró la mansión de abajo hacia arriba y abrió su boca asombrado.
-Y saber que yo vivo en un apartamento para dos personas...- rió irónico.
-Yo no he pedido esta vida.- comenté. -Así que no pienses mal de mí, por favor. Preferiría mil veces ser de clase media a ser de clase alta.
-¿Por qué?.- ahora sus ojos se dirigieron a mí.
-No me gustan los lujos y las riquezas, tampoco me gusta la mayoría de gente que está en la misma condición que yo o incluso con más nivel.
-Debe de ser estresante, pero al menos no debes de preocuparte por el dinero, nunca te va a faltar.- intentó mirar el lado bueno.
-Claro, como si el dinero fuese lo más importante.- rodé los ojos.
-No, pero te quita de muchos problemas y apuros.- se encogió de hombros.
Quité el brazo de Yeonjun de mi cuerpo y le miré de frente.
-¿Vendrás a verme?.
-Claro que sí.- asintió. -Solo dime el nombre de la urbanización y tu calle.
Hice lo que me pidió y él apuntó la dirección en su teléfono.
-¿Quieres entrar?.- señalé la puerta.
-No, debo irme a casa ya.- sonrió. -Pero si quieres mañana puedo venir a buscarte.
Esa respuesta por dentro me puso demasiado contento. Tenía muchas ganas de pasar más tiempo con él y conocerlo cada vez mejor.
-Ven a las seis o seis y media, merendarás en mi casa.
-En tu mansión.- corrigió.
-No me gusta mucho esa palabra, pero sí, en mi mansión. Qué dices, ¿aceptas o no?
-Por supuesto.- aceptó.
-¡Genial!.- dije entusiasmado. -Pues mañana nos vemos, ¡no se te vaya a olvidar! -le señalé a modo de advertencia.
-No se me olvidará.- aseguró.
-Bien, nos vemos.
Me di la vuelta para dirigirme hacia la puerta.
-¿No piensas despedirte de mí en condiciones?
Me giré al escuchar aquello y vi a mi hyung con sus brazos extendidos. Negué divertido y me acerqué a él para envolvernos en un cálido abrazo.
-Gracias por este día, Yeonjun.
-Gracias a ti. Estoy muy feliz de haberte conocido.- dijo con dulzura.
-Yo también lo estoy.
Nos separamos del abrazo y sonreímos.
-Ahora sí me puedo ir, ¿verdad?.- pregunté para cerciorarme.
-Uhm...no.
Se acercó a mí de nuevo y sin esperármelo me dio un pequeño beso en mi mejilla derecha. Cuando se separó le miré avergonzado y nervioso. ¡No creí que fuese a hacer algo así!
-Ahora sí, nos vemos.- movió su mano y empezó a caminar.
Le miré mientras se marchaba a paso tranquilo y aún asimilaba el beso que me había dado. Sabía que no había sido para tanto, solo fue un simple beso en la mejilla. Pero que hubiese sido de él lo hizo todo mucho más especial. Además, nos habíamos conocido este mismo día y nunca me habría esperado que fuese a hacer algo así, pero lo hizo.
Al notar que mi amigo ya estaba lo suficientemente lejos, me di la vuelta de nuevo y esta vez me adentré en mi hogar.
voten
♡
ESTÁS LEYENDO
LÍNEA ERÓTICA || YEONBIN
FanfictionSoobin, un chico rico que tiene de todo menos vida social y la mayoría de su tiempo lo pasa en su casa. Yeonjun, un chico que trabaja en una línea erótica y recibe muchas llamadas al día para satisfacer a sus clientes. 📞YEONBIN FAN-FICTION. ↛top...