LÍNEA ERÓTICA || YEONBIN

23

Estaba dando vueltas por toda la mansión mientras mi cabeza solo estaba llena de Yeonjun. Y es que estaba muy impaciente por saber qué tal le había ido con mi padre y si había logrado conseguir un buen trabajo.

Uno donde él pudiese por fin explotar toda su creatividad y talento como diseñador. Porque él me había enseñado varios diseños que hizo y la verdad es que era muy profesional. Se merecía trabajar en lo que más le apasionaba y no en una estúpida línea erótica en la que obviamente solo llamaban personas desesperadas. Menos yo, que solo llamé por un engaño de mi mejor amigo. Nunca iba a superar la vergüenza que pasé ese día.

Al final opté por tirarme en el sofá a esperar mientras veía la tele. Ya me dolían las piernas de haberme recorrido tantas veces la mansión.

-Soobin, levanta.

Sentí como me sacudían levemente y me daban besitos en la cara. Fruncí un poco el ceño y con un quejido abrí mis ojos, me había quedado dormido. Visualicé a la persona que estuvo toda la santa mañana taladrando mis pensamientos y me incorporé para mirarlo con atención.

-¡Ya estás aquí!.- solté feliz de verlo.

Él asintió con una sonrisa y sin duda lo abracé, lo había echado mucho de menos aunque solo se hubiese ido durante la mañana.

-¿Cómo te ha ido?

Di varios golpecitos en el lado izquierdo del sofá y él se sentó.

-Bastante bien.- contestó animado.

-¿En serio?.- dije sorprendido. -¿Y cómo ha sido todo?

-Tu padre me llevó hacia su oficina y hablamos sobre mis estudios, los trabajos que tuve anteriormente y le enseñé varios de mis diseños.

-¿Le dijiste que trabajaste en una línea erótica?.- pregunté alarmado.

-¡No, no!.- agitó sus manos mientras negaba. -Pero sí dije que fui teleoperador, porque era lo que sonaba más cercano a mi trabajo.

Asentí más relajado y de acuerdo con su respuesta.

-Le agradé mucho más que ayer y me ha visto como un chico maduro y serio para trabajar en su empresa. Además, creo que ser tu amigo y casi novio lo convenció más. Así que me ha contratado.- finalizó con una radiante sonrisa.

-¡Eso es maravilloso, Yeonjun!.- di palmadas bastante alegre. -Estoy muy feliz de que vayas a poder trabajar de lo que te gusta. ¿Cuáles serán tus horarios?

-Si no me equivoco de ocho a tres de la tarde. Son siete horas y luego tendré toda la tarde libre para estar contigo y ver de vez en cuando a mis amigos.

-¡Eso es mucho más maravilloso!.- medio grité.

-Sí, y todo gracias a ti.

Se acercó a mi rostro y me robó un pequeño beso, hice lo mismo a los pocos segundos. -Gracias Soobin...

-¿A mí por qué?

-Porque si no se te hubiese ocurrido esta idea y no le hubieses hablado a tu padre de mí y de lo que hago, yo todavía seguiría trabajando en ese estúpido trabajo. Así que, muchísimas gracias por todo.

Volvió a besar mis labios, pero esta vez por un tiempo un poco más largo. Al separarse lo miré, parecía que él me hechizaba cuando se ponía tan cariñoso.

Me encantaba la magia que Yeonjun transmitía.

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-Entonces están viviendo juntos por un mes y él va a trabajar en la empresa de su suegro. Luego él,- señaló a Yeonjun. -te pedirá matrimonio y tú aceptarás sin ninguna duda, y después se irán a vivir a otro apartamento los dos juntos para así seguir con su amor, el cual empezó gracias a mí porque soy genial.- terminó de inventarse los planes que ni siquiera teníamos pensados.

-Ibas bien hasta que dijiste suegro y luego empezaste a soltar tonterías.- le di un bocado al cupcake que había preparado.

Nos encontrábamos mi hyung y yo en casa de Beomgyu junto a Taehyun también. Había preparado muchos cupcakes y decidí ir a llevarle algunos a mis mejores amigos, ya que ellos amaban todo lo que preparaba.

-Pues a mí no me parecen tonterías.- opinó Yeonjun. -No es mala idea eso de en un futuro casarnos y vivir juntos.

De milagro no me atraganté con el batido que en estos momentos estaba tomando. ¿Casarnos? ¿Vivir juntos? ¡Eso era una locura!

-No pongas esa cara Soobin.- intervino Taehyun. -Tú mismo dices que en un futuro te gustaría vivir en un apartamento humilde y no en esa mansión tan solitaria.

-Claro, ¡pero me refería a vivir solo! -aclaré.

-Bueno, pero eso puede cambiar un poco.- añadió Beomgyu. -Y a lo mejor no se casan porque aquí no está permitido, pero sí pueden estar prometidos.

-Estás loco. -solté en desacuerdo.

-¿Por qué? ¡Es buena idea!

Miré a mi hyung incrédulo y él frunció el ceño un poco molesto. ¿De verdad veía una buena idea todo eso? A mí me parecía una locura y más cuando todavía no éramos nada serio. Aunque si algún día llegaba a pedirme salir, entonces tal vez no lo vería tan mal.

-Yeonjun, ¿por qué no invitas a tus amigos para que vengan?

Agradecía que Beomgyu hubiese cambiado de tema, porque no quería hacerlo enfadar más a mi hyung.

-¿Te refieres a Sunoo, Jay y Kai?.

-Sí, ellos. Me ha dicho Sunoo que Kai está demasiado bueno. Es el único que no conozco, así que...

Taehyun le dio un golpe en el brazo a Beomgyu y lo miró con desaprobación.

-¿Qué he hecho para que me pegues así?.- dijo con el ceño fruncido y un pequeño puchero.

-No seas pervertido, si invitamos a sus amigos es para pasar un buen rato y ser todos más unidos, nada más.- dijo algo celoso y molesto.

-Es mi casa, así que yo hago lo que quiera y más si el chico está que arde.

Taehyun volvió a levantar su mano para propinarle otro golpe, pero Beomgyu fue más rápido y se posicionó detrás de mí.

-¡Okay, okay! ¡Es broma!.

Y después de toda esta tonta situación, Yeonjun agarró su teléfono y se dispuso a llamar a sus amigos.

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