Electricity [Bakukami]

Viernes

En opinión de Denki los días malos deberían llegar con un aviso. Un letrero luminiscente en letras grandes, negritas y subrayado. Un letrero que anuncie con claridad: "Este será un día de mierda". Un día en el que todo lo que toques se convertirá en cenizas y no habrá felicidad. Pero los días malos son unos bastardos que se deslizan como serpientes en la hierba, imperceptibles y maliciosos. Los días malos inician como cualquier otro, se disfrazan como días normales y te sonríen con calma hasta el momento en que te apuñalan por la espalda. Denki nunca ha conseguido prepararse.

Su día empieza mal apenas despierta pues ha soñado con cosas que preferiría olvidar, eventos y recuerdos que lo llenan de miseria emponzoñándolo todo. Es tan solo el principio, por supuesto, apenas recupera la conciencia percibe la vibración de su celular y cuando desbloquea el aparato a tientas descubre que tiene un mensaje de texto.

["Dee-chan! ¿qué novedades tienes"]

Entrecierra los ojos para combatir el estallido de luz y le basta leer el mote para que todo rastro de sueño se difumine como si acabaran de bañarlo en agua fría. Su reacción inmediata es sentarse en la cama con el celular en la mano, frotando convulsivamente la mejilla con los ojos fijos en la pantalla brillante. Teclea una respuesta, la borra, lo intenta de nuevo, vuelve a borrar. Suspira y se limpia las manos sudorosas en su cobertor.

Los oídos no dejan de zumbarle.

["Buenos días"], escribe al final. Añade más cosas. Borra. Deja el breve saludo y lo envía. En lugar de apartar el celular y levantarse, se queda en la cama a pellizcarse la mejilla mientras espera la respuesta. No importa si son diez minutos o quince, sabe que tendrá una respuesta y debe esperar para recibirla.

["Pero que saludo más seco"], es la contestación que parpadea en la pantalla y el estómago de Denki se desploma. Teclea ["No"], aprieta la tecla de enviar al tiempo que otro mensaje aparece debajo.

["No contestes si no quieres"]

["No es eso"] escribe de vuelta. Y casi de inmediato añade: ["Solo no tengo nada interesante que contar"]. Espera. No hay respuesta. Espera. No hay respuesta. Se obliga a añadir, ["Tengo turno hasta las once. Es la última semana de mi contrato y hoy me entregan mi revisión laboral"]. Se rasca la mejilla sin dejar de mirar la pantalla hasta que finalmente recibe una respuesta. No es la contestación que espera, por supuesto. El celular vibra con el símbolo de llamada entrante y él no hace nada más que abrir y cerrar su mano libre antes de animarse a colocar el dedo sobre el círculo de color verde brillante. Una ansiedad asfixiante se desliza por su garganta mientras desliza hacia arriba.

—Bueno.

—Si no quieres contestar tan solo rechaza la llamada, mejor que dejarme esperando.

—Lo siento, fue... estoy en la cama y el celular se cayó-

Un chasquido fastidiado y el estómago de Denki se retuerce.

—Mientes tan mal, Dee-chan, ¿cómo es que nadie se da cuenta? ¿o es que solo me mientes a mí?

—No-

—Oh, entonces es algo que haces regularmente. Vaya. ¿Tus amigos se dan cuenta cuando mientes? Si no lo hacen es que son estúpidos, eso o ni siquiera te prestan atención para notar la diferencia.

—No hables de mis amigos.

—¿Crees que tu antigua escuela de héroes se avergüence de tener alumnos mentirosos?

—¿Qué quieres Seiki?

—Wow, vaya, ¿por qué ese tono? ¿te molesta que te llame?

—No, pero-