𝕀𝕏~𝕃𝕠𝕤 𝕛𝕦𝕖𝕘𝕠𝕤 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕟

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Sin previo aviso, el hombre de máscara cuadrada entró a la habitación acompañado de más guardias, pero estos con máscaras de triángulo

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Sin previo aviso, el hombre de máscara cuadrada entró a la habitación acompañado de más guardias, pero estos con máscaras de triángulo. Las luces del lugar se encendieron y los jóvenes se levantaron de inmediato, mientras que los miembros de traje rojo se detenían frente a los menores los cuales estaban petrificados.

­­­­­­­­­­­­—Todos ustedes han logrado ganar el primer juego —comenzó a hablar el guardia con el cuadrado blanco—. ¡Muchas felicidades!, es hora de mostrar los resultados.

Terminó de decir y la enorme pantalla que contabilizaba a los jugadores bajó sus cifras: pasando de 456 a 201 participantes. Sin duda alguna, era una cantidad sorprendente de muertes; ahora, sumar esa cifra con la cantidad de jugadores que murieron en la categoría de adultos. Era horrible pensar en aquello, mucha gente se fue de este mundo siendo inocente. Solo gente que llegó ahí por los problemas económicos que los acechaban día tras día, sin imaginar que en cuanto aceptaron participar en los juegos su destino era la muerte.

Pero… ¿Qué clase de persona planearía una monstruosidad así? Matar a gente aprovechando que necesitaba dinero es algo mucho más que cruel. A aquella persona  no se le podía llamar “humano”, si no, asesino.

 El asombro que invadía a los jóvenes no les permitía que de su boca saliera alguna palabra. Era la sorpresa lo que les impedía acomodar sus pensamientos y tenerlos claros para poder hablar. Solo el guardia pudo romper con aquel silencio que abundaba en el sitio:

—De 456 jugadores murieron 255 y 201 han completado la primera ronda.

—¡Señor! Perdóneme ¡por favor! —suplicó Mi-nyeo casi en lágrimas mientras salía de entre la multitud de estudiantes, llamando así, la atención de todos a su alrededor—. Mis padres pagarán sus deudas, pero por favor déjeme ir —añadió la chica mientras se hincaba en el suelo con las manos entrelazadas.

—¡A mí también, perdóneme la vida señor! —imploró otra chica llorando mientras imitaba la acción de Mi-nyeo.

Como no hubo más remedio, otros jugadores tuvieron que hacer lo mismo que las dos chicas pero sus súplicas fueron calladas cuando el guardia se dispuso a hablar:

—Esperen, creo que aquí hay un malentendido… Nuestra intención no es lastimarlos, ni tratamos de cobrar las deudas que tienen sus familias, simplemente queremos darles una oportunidad a ustedes que todavía son jóvenes.

—¿Matando a gente? Esa no es una oportunidad. Ni siquiera nos explicaron que nos matarían por perder en juegos de niños —protestó el jugador 119.

—Tal vez nuestras familias tengan deudas, pero nosotros no merecemos morir —expresó el jugador 271.

—Esto solo es un juego —se excusó el guardia.

Heathens~El Juego del CalamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora