♕Danna♕

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La familia es familia

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La familia es familia. Y la familia jamás se abandona. Eso decía mi padre.

La familia no se traiciona.      

La familia se quiere.

La familia se apoya.

Pero todo eso era mentira.

Siempre soñe con ir a la guerra ¿Porque? No lo sé, siempre me llamo la atención. Y siempre supe que tenía la fuerza, siempre supe que era valiente y podía hacerlo.

Crecí en una familia de hechiceros, siempre nos dedicamos a los hechizos. Ninguno dijo "quiero hacer otra cosa aparte de los hechizos" Siempre fui buena con los hechizos, papá decía que si me dedicaba aún más a eso, sería muy exitosa. Pero hacer hechizos no me gustaba, no dije nada porque a todos le gustaba. Era el orgullo de mi familia, y eso se sentía bien.

Pero el orgullo que sentían hacia mi se fue cuando les dije que no quería seguir haciendo hechizos. Nunca creí que se lo tomarán tal mal, sobretodo mi papá.

— ¿Eres estúpida acaso? —Pregunta furioso— Tu eres una niña ¡Jamás podrás ir a una guerra!

— Quiero intentarlo — murmuró.

— Danna —Me llama mi madre con una expresión de decepción—Tu jamás podrías hacer algo como eso, ¡No puedes!

— ¡Pero quiero intentar! Solo nos dedicamos a hechizos —Miro a los demás de mi familia— ¿Alguien de esta familia no puede intentar algo nuevo? ¿Algo que en verdad le guste?

Todos mis familiares apartaron la mirada y yo sentí como si me hubieran dado una patada en el estómago.

— La familia es familia. Y la familia jamás se abandona — murmuro.

— Entonces no somos familia — suelta mi padre de mala gana haciendo que yo parpadeé confusa— ¿Sigues con esa tonta idea?

— No es una tonta idea, solo quiero hacer lo que me gusta.

— ¡Pues entonces lárgate! — Grita— ¡No eres nuestra familia! ¡No te queremos aquí! ¡Vas a terminar muerta! ¡Vas a terminar en la ruina!

Mis ojos se cristalizan, nunca me iba gritado de esa forma y creo que tampoco lo iba visto tan furioso. Mi corazón se parte en mil pedazos cuando veo a mis hermanos acercarse a mi, por un momento creí que me defenderían y me ayudarían. Pero lo único que hicieron fue agarrar mis brazos de mala gana y empezar a empujarme hacia afuera de la casa. No les importa si me hacían daño, simplemente al estar en la puerta me empujaron y cai en un charco de lodo, haciendo que mi ropa quedará completamente llena de lodo al igual que mi cara y cabello. 

Les grité que me dejaran entrar. Suplique, llore y pedí perdón. Pero nadie me abrió, nadie se asomó a la ventana aver si estaba bien o a decir algo. Nunca iba experimentado algo así, me sentía sola, demasiado sola. Ya nadie estaba para mí y yo era solo alguien de catorce años.

Nunca dejare nunca de agradecerle a Leviathan. El confío en mi cuando nadie más lo hizo, el sabía lo que era capaz de hacer y lograr.

— Hola —Al levantar la cabeza lo primero que ví fue unos ojos oscuros y un cabello negro— ¿Porque estas aquí como una vagabunda?

— ¿Porque ahora soy una? — suelto de mala gana y el sonrie divertido. Mis ojos se abren como platos al notar que es el príncipe Leviathan— ¡Majestad!

— Déjalo así —Se encoge de hombros y me sonríe con burla— Me gustaría saber cómo está dama, llegó a ser vagabunda.

— Eso es grosero — replicó.

— Recuerda a quien le estás dirigiendo la palabra — musitó.

Se sienta a mi lado, debajo del árbol y hace una mueca de asco al verse las manos llenas de barro. El me mira fijamente y eso me pone nerviosa.

— Habla —Ordena sin quitar su cara de asco y yo frunzo el ceño—  Habla ahora, me estoy aguantando las ganas que tengo de cortar tu estúpido cabello rosado.

Abro la boca ofendida y el sonrie con burla.

Y así fue como conocí a Leviathan, como conocí a mi mejor amigo. Le conté mi historia, desde el inicio.

El me ayudó, me saco de la grieta en la que estaba. Me dió comida, me dió concejos, y me dió su cariño. Creo que soy afortunada de poder decir que Leviathan, alguien temido y respetado, que no deja que nadie le gane... Es mi mejor amigo.

Nunca podré pagar todo lo que hizo por mi, jamás. No puedo explicar cuando lo quiero aunque aveces sea un idiota, tampoco puedo decir cuánto amo a Luc, que también es una de las personas que me a ayudado mucho.

Desde ese día jamás volví a ver a mis padres, jamás volví a ver a mi familia. Y desde ese día supe que la frase "La familia es familia. Y la familia jamás se abandona" Es una farsa, desde ese día entendí que cualquiera puede traicionar a otro, no importa quien sea.

Tienes que elegir bien en quien confiar...

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