❀*̥˚Díɑ 1.- Tσɱɑ́ƞɗσse ɗe lɑs ɱɑƞσs.❀*̥˚

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Miro su alrededor nervioso tratando de divisar entre toda la multitud la figura de su novio

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Miro su alrededor nervioso tratando de divisar entre toda la multitud la figura de su novio. Este día no estaba con su fiel compañero Karl para darle ánimos ya que se quedó en casa tomando una siesta y el escritor no tuvo el valor para interrumpir su sueño. Edgar solía llamarse así mismo el rival de su actual pareja Edogawa Ranpo. Todo comenzó hace más de seis años cuando fue derrotado por el joven detective en un enfrentamiento por demostrar cuál de los dos era mejor resolviendo casos, luego de eso pasaron los años y terminó uniéndose a la organización de Guild con la idea de poder tomar revancha para derrotar al azabache. Pero las cosas terminaron tornándose en su contra y fue derrotado por su rival nuevamente.

Pero las palabras de quien en su momento consideraba su enemigo, la palabras "tú eres el único que me había hecho dar todo mi esfuerzo para resolver un caso, y te respeto por eso"; elevaron su espíritu y determinación para seguir esforzándose con el fin de demostrar lo buen detective que era. Con el tiempo su rivalidad fue transformándose en una amistad un tanto curiosa, el tiempo paso y comenzó a ver al detective con otros ojos. Ranpo fue el primero de los dos en confesarse acerca de los sentimientos románticos y platónicos que ambos percibían en el otro, Edgar sin dudarlo correspondió sus sentimientos para tiempo después comenzar una relación formal.

Suspiró pesado, colocó su diestra en la reja metálica del parque que evitaba el ingreso a la laguna de nenúfares mientras con su otra mano sostenía un sobre largo de color amarillo donde contenía su nueva historia, hecha especialmente para su pareja quien adoraba resolver sus novelas de misterio en sus horas libres cuando no trabajaba en la agencia. Siendo convocado así para reunirse con su novio en el parque de Yokohama, pero el detective iba retrasado 20 minutos. El novelista estaba preocupado de que por su mala orientación haya terminado extraviándose en vaya a saber cualquier parte de la extensa ciudad, ni el mismo conocía muchas zonas ya que no era propio de él abandonar su hogar de no ser necesario.

Estaba impacientándose provocando que sus nervios se elevaran hasta convertirse en genuina preocupación, con el temor de que su teoría acerca de que el menor se fuera perdido era afirmativa. Estaba a punto de salir corriendo para ir en su búsqueda, pero un tirón de su manga lo hizo voltear sintiendo un balde de alivio al ver aquella sonrisa coqueta saludándole.

—❝Ranpo, me alegra verte❞—. Admitió ahora un más calmado escritor.

El detective asintió saludándolo cordialmente. —❝Igualmente Edgar, siento llegar tarde, tenía que convencer al novato de traerme para no extraviarme❞—.

Dicho esto levantó su brazo a modo de despedida para un joven albino que parecía agotado, lo más probable es que lo hubiera cargado en su espalda conociendo la personalidad infantil de Ranpo. A su lado estaba un hombre de cabello castaño con vendajes cubriendo casi todo su cuerpo. Edgar decidió no molestarlos más arrastrando a su pareja antes de que quisiera volver usar a su pobre compañero como caballo de carreras.

Los dos estaban solos envuelto en un tranquilo silencio, pero no estaban incomodos, el silencio entre ellos era poco común pero era agradable a su manera. Edgar revisaba que las hojas no se hayan desordenado o arrugado durante la escapada de hace un rato, en eso sintió un cosquilleo en el dorso de su mano volteando al instante para observar los dígitos del azabache un tanto temblorosos contra su palma, subió su rostro tratando de ver porque la actitud repentina del detective. No pudo evitar sonrojarse al ver como Ranpo tenía los labios apretados y desviaba la mirada con un claro rubor tintando sus mejillas.

Edgar sonrió y lentamente volteó su diestra para tomar levemente la mano ajena, acariciando sutilmente con el pulgar los nudillos de Ranpo. Deslizó su índice por debajo de los dedos hasta tocar la palma seguidos del medio y el anular, bajo sus dígitos hasta que se tocaran contra los ajenos, lentamente separándolos para poder entrelazar sus propios dedos con los de su pareja. Ambos estaban tomados de las manos, el detective tenía la mirada baja en un intento de ocultar su clara vergüenza, algo muy adorable de ver para el escritor, luego simplemente levanto el rostro con su gesto habitual, pero esta vez con una sonrisa tierna.

La pareja de detectives dio un paseo largo, olvidando por completo la razón principal por la que se habían reunido, pero eso no era importante ahora. La compañía dulce y el pequeño pero cálido gesto afectuoso eran suficiente para que haya sido un gran día.

 La compañía dulce y el pequeño pero cálido gesto afectuoso eran suficiente para que haya sido un gran día

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『✩。30 Days of Ranpoe。✩』【Bungo Stray Dogs】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora