End

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Tras una espera que parecía interminable, el doctor Seo salió de aquella sala, con una gota de sudor en su frente y con el ceño fruncido. Minho casi chocó con él de lo rápido que se le acercó.

—¿Cómo están mi Jisunggie y mis cachorros?

Changbin suspiró. Minho temía lo peor.

—Pues... — pasó saliva — Todo salió... "bien" — Minho suspiró también, aliviado — Pero aún no puedes...

Muy tarde, él ya había corrido hacia donde tenían a su familia. Su olor lo guió a un cuarto, era blanco y limpio, aunque no muy acogedor. En el centro había una cama donde Jisung dormía, a lo que Minho se acercó, intentando no hacer ruido.
Observó sus ojos cerrados, y su boca ligeramente entreabierta. Con sumo cuidado, subió a la cama, que afortunadamente era del tamaño justo para los dos.

—¿Hon...? ¿Honnie? — dijo Jisung, con su voz algo ronca, pues empezaba a despertar.

—Jisunggie — Minho se quebró al oír la voz de su pareja, aquella que temió no volver a oír — Oh, Sunggie, me preocupaste tanto.

Lo rodeó en un fuerte abrazo, mientras besaba castamente su rostro. Sentir su calidez entre sus dedos una vez más era reconfortante. Pero todo su ánimo se derrumbó al notar que Jisung sollozaba.
Volteó a verlo, y notó cómo las lágrimas empezaban a salir.

—¿Qué pasa, cariño? Anda, no llores.. —dijo. Vió cómo Jisung abrazaba su aún curvo abdomen, y preguntó, consternado — ¿Sunggie, y los cachorros? — él no contestó — ¿Dónde están? — Jisung sollozó más fuerte — ¡Jisung, dime ya donde están!

—¡Lo perdí! ¡Lo perdí, maldita sea! — Gritó, Minho se quedó atónito — Pe-Perdí a un cachorro...

Y volvió a llorar. Minho sentía que le faltaba el aire.

—¿Perdiste a uno? — murmuró.

—Perdí... — Se sorbió la nariz y continuó — Perdí al niño, a Hyunjin— callaron por un momento, en lo que Jisung encontraba la fuerza para continuar — Yeji está bien, pero... — las lágrimas volvieron a salir — ¡Soy un mal omega!

Jisung paró abruptamente al sentir a Minho limpiar sus lágrimas, y besar fugazmente sus labios.

—No fue tu culpa, no fue tu culpa — repetía. Sus ojos de cristalizaron. Jisung nunca lo había visto así.
¿A dónde había huido su fuerte e impasible faceta del alfa? — Yeji está bien, tu igual. Ambos están bien.

Jisung lloró por un largo rato, Minho también, pero odiaba admitirlo. Unas horas más tarde, alguien tocó la puerta de la habitación, y una voz bastante familiar para Minho, dijo:

—Pensé que necesitarían ver esto.

Felix entró al cuarto con un bulto de mantas entre los brazos. El omega colocó suavemente su carga en los brazos de Jisung, y descubrió su contenido: una preciosa y diminuta bebé. Tenía los ojos cerrados y los labios de corazón como una muñequita de porcelana. Ambos se quedaron embobados viéndola.

—Ella es su hija.

Como en automático, la bebé despertó levemente, movió una de sus manos, como queriendo encontrar algo, la cual paró sobre la mejilla de Jisung, que, aún si sus ojos ardían horrores, volvió a reanudar el llanto, solo que esta vez de felicidad.
Minho sonrió, algo que pensó que no haría en un largo tiempo. Rodeó con sus brazos a ambos, y besando las frentes de cada uno, susurró.

—Los amo.

—Y nosotros a ti.

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The end

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𝓟𝓻𝓮𝓰𝓷𝓪𝓷𝓽  || 𝓜𝓲𝓷𝓼𝓾𝓷𝓰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora