03. Break up with your girlfriend.

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—Y cuéntanos Levi ¿qué te hizo mudarte a esta pequeña ciudad? —preguntó Martha con un semblante curioso

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—Y cuéntanos Levi ¿qué te hizo mudarte a esta pequeña ciudad? —preguntó Martha con un semblante curioso.

—Pues... No tengo una razón exacta, pero creo que era para ampliar mis horizontes —mencionó mientras fijaba su vista en el peliazul. Su mirada ambarina no se podía apartar de los orbes turquesa, los cuales combinaban a la perfección con su cabello.

Skyler bajó un poco la cabeza, pues la mirada del más alto le incomodaba.

—Oh, que interesante —habló Martha, lo cual hizo a Levi sonreír un poco —. Y, disculpame por ser entrometida, pero ¿trabajas o estudias? Si no contestas no hay problema —indagó la mujer.

—No se preocupe. Y no, no estudio, pero soy dueño de un antro, se llama The hall —respondió dejando asombrados a Skyler y a su madre, tanto así que sus bocas se abrieron.

—¿E-eres el dueño de The hall? —preguntó en un susurro por primera vez el de mechas azules. Su susurrante voz caló en los huesos de Levi.

—Si, ¿ya fuiste? —preguntó con una sonrisa burlesca. Levi, obviamente, sabía que si.

Antes de que Skyler pudiera contestar, su madre interrumpió abruptamente.

—No, mi bebé nunca ha ido a ese lugar. Es muy peligroso y no lo aguanté nueve meses en mi panza para que luego le pase algo —expresó Martha algo preocupada. A pesar de ser joven, ella se preocupaba mucho por su hijo. Aunque pudo notar cierta burla en las palabras de su joven vecino.

Levi se sorprendió un poco, pero una sonrisa se formó en sus labios al ver a Skyler nervioso. El de mechas azules notó esto y se puso aún más nervioso. Con sus ojos le rogó a Levi que no dijera nada, pues estaba seguro de que sí el pelinegro abriera la boca, su madre lo castigaría de por vida.

—Oh, pero no se preocupe, The hall es muy seguro, tengo a guardias en cada esquina del local —Levi quería quedar bien con su próxima suegra, porque si, de algo que estaba cien por ciento seguro es que ese lindo chico de mechas azules sería su novio. Sky se relajó de sobremanera, agradecía a todas las entidades divinas que el pelinegro no lo delatara.

Y así continuaron charlando, hasta que, después de unas horas, el pelinegro anunció que ya tenía que irse. Madre e hijo lo acompañaron hacia la salida y lo despidieron.

—Que chico tan guapo —musitó su madre, una sonrisa se fue originando en sus comisuras.

—¡Mamá! Le llevas como catorce años —Skyler se asqueó ante lo que había dicho su madre.

—Tú siempre sacas de contexto todo. Yo dije que estaba guapo, no que me metería con él. Además, por lo que pude ver, ese chico sólo tenía ojos para ti, cariño —mencionó Martha con una sonrisa pícara.

El peliazul se sonrojó de sobremanera y su corazón empezó a latir más rápido, no se esperaba eso.

—Yo no soy gay, mamá —fue lo único que pudo decir. Se sentía avergonzado y a la vez extraño. No entendía que le pasaba.

The Demon's hallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora