04. Take me to home.

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—Hey, ¿quieres que te lleve? —la ronca voz de Levi hizo estragos en el interior de Skyler, además lo sacó de sus pensamientos

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—Hey, ¿quieres que te lleve? —la ronca voz de Levi hizo estragos en el interior de Skyler, además lo sacó de sus pensamientos.

—Eh... N-no te preocupes, yo puedo —declinó. Nervioso, se sentía nervioso y no sabía el porqué.

Levi soltó una risita. Por lo que podía darse cuenta, Skyler era alguien un poco orgulloso —. Insisto, yo te llevo. Anda, sube —inclinó su cabeza hacia el lado del copiloto —. No acepto un no como respuesta —y sonrió, en sus mejillas se formaban pequeños hoyuelos.

Sky, sin poder negarse, asintió ante la propuesta del azabache. Abrió la puerta del lujoso auto y entró en éste.

Un grandioso, embriagador y delicioso aroma a cereza llegó a sus fosas nasales, por lo que suspiró gustoso. El pelinegro soltó una risita, Skyler le parecía muy tierno.

—De verdad no tenías porqué hacer esto, yo podía irme solo. Además, estoy seguro de que tenías planes —murmuró algo apenado.

—No te preocupes. No tengo nada que hacer y justamente iba en dirección a mi casa, así que no pasa nada —le restó importancia mientras dirigía su vista, la cual estaba fija en los ojos de Skyler, hacia su mejilla. Lo que vio lo molestó de sobremanera —. ¿Qué te pasó en la mejilla? —intentaba contener su enojo, pero le era casi imposible, por lo que su voz sonó más ronca de lo usual. Sentía que poco a poco sus ojos de color ámbar iban cambiando a un rojo sangre. Respiró hondo, necesitaba calmarse o si no asustaría al peliazul.

Skyler se tensó en cuanto esa pregunta salió de los finos labios de Levi, su voz ronca no ayudaba en absoluto.

—Me caí al salir de clases, no te preocupes —mintió bajando su mirada. Levi, obviamente, se dió cuenta de esa mentira, pues una caída no podía causar eso, sin embargo no dijo ni hizo algo. Este hecho puso aún más nervioso a Sky y un silencio incómodo se instaló en el coche, sólo se escuchaba la suave melodía de una canción que se estaba reproduciendo en la radio.

Pasaron alrededor de cinco minutos cuando al fin llegaron a su destino. El azabache estacionó su auto al frente de su casa. Skyler, harto del silencio incómodo, carraspeó tratando de llamar la atención del mayor, lo cual logró en segundos.

—Gracias por traerme, Levi. No tenías porqué hacerlo, así que gracias —agradeció el peliazul mientras le sonreía al pelinegro.

Cualquier rastro de enojo fue erradicado del cuerpo de Levi cuando la bella sonrisa de Skyler se dirigió hacia él.

—Oh, no pasa nada. Aquí estoy para lo que quieras. Además, yo venía para acá, así que no hay problema —sonrió el pelinegro. El de mechas azules abrió la puerta y salió.

—Gracias, de nuevo. Adiós.

Movió su mano en señal de despedida mientras caminaba hasta la puerta de su casa y buscó sus llaves. Maldijo mentalmente cuando recordó que las había dejado en la mesa del comedor. Gruñó molesto, si antes se sentía estúpido, ahora podía afirmar que lo era.

The Demon's hallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora