020

46 7 6
                                    

—Descansa, amor— susurro, depositando un beso en la punta de su nariz para cerrar mis ojos también e intentar dormir.

[...]

El frío de madrugada acompañado del cuerpo de Jungkook aferrado al mío me despertaron, miro el cielo nublado con rayos solares iluminándolo un poco, sonrío viendo los labios de Jungkook murmurando cosas, aún dormido.

Miro mi reloj de mano, el cual marcaba con exactitud las 4:00AM, poso mis manos sobre la espalda de Jungkook y las froto dándole calor; con mis labios algo mojados, besó su mejilla izquierda, e intento volver a dormir fallando en el intento.

Paso las siguientes horas apreciando la belleza de Jungkook, está tan cerca de mi, que podría decir que realmente estoy enamorado ahora.

Estos días a su lado han sido los mejores de mi vida.

—Adoraría poder decir cuánto te amo— susurro, colocando mis manos calientes, ahora en su cuello. Beso su mejilla constante y delicadamente —Tienes un sueño bastante pesado, eh— le digo de nuevo en forma de susurro, el sonríe delicadamente y gruñendo, desliza sus manos por mi pecho hasta llegar a mi cuello, estaban frías.

—Buenos días, teté— sonríe de nuevo, con sus ojos entrecerrados.

—Buenos días, Jungkookie— le sonrío de vuelta, colocando mis manos sobre las suyas, para darles algo de calor.

—Moría de frío anoche— dice, mirándome.

—Lo noté— respondo.

Jungkook deja un fugaz beso sobre mis labios para luego levantarse y sentarse a mi lado.

—¿Tienes hambre?— pregunto, sentándome junto a él también.

Asiente con un puchero.

—Vamos al pueblo, allí podemos comprar algo— Propongo, levantándome.

—Me parece.

Le sonrío como respuesta y ambos comenzamos a doblar las mantas para meterlas en mi maleta, luego la pongo en mis hombros y Jungkook toma mi mano para comenzar a caminar rumbo al pueblo.

—¿Qué te parece si nos quedamos en aquella montaña unos días?— propongo, mirando al frente —No quiero llevarte de nuevo a esa casa, al menos no aún. Deberíamos intentar pasar el menor tiempo posible por fuera.

—¿Haremos una especie de campamento? ¿Cómo los que narran en la radio?

—Si.

—Me parece bien, ¿pero que diremos al llegar?

—Que fuimos a Seúl a resolver unos asuntos.

Jungkook asiente sonriente. 

Al llegar al pueblo, fuimos a comprar comida, mantas y ropa. También compramos una especie de tienda de campaña y otras cosas necesarias para pasar los días allí.

Luego de las compras, fuimos a comer algo para poder emprender camino de nuevo rumbo a la montaña donde nos habíamos quedado. Me gusta el lugar porque no hay muchos animales, hay bastantes árboles y piedras grandes que pueden ayudar a que tengamos una buena estadía allí.

Subimos de nuevo, una vez estando en el mismo punto donde pasamos la noche, colocamos todo en el suelo y comenzamos a desempacar.

—¿Sabes armar esta cosa?— pregunta Jungkook, con unas varillas en sus manos.

Río ante sus palabras —Claro que si.

—¿Pero que es esto?— ríe.

—Una tienda de campaña, tonto.

—No sé que es aún.

—Nuestro nuevo hogar— río, tomando las varillas para comenzar a armarla.

Tras un rato clavando, tendiendo y reubicando, por fin logro armar la tienda de campaña. Era espaciosa, tanto como para que Jungkook y yo entremos perfectamente y junto con nosotros, las demás cosas. Tomo luego unos faroles de vidrio, y a cada uno le pongo un velón para colocar dos adentro y dejar uno en la entrada por si acaso.

Mientras Jungkook organizaba las mantas y cosas en el suelo para acostarnos, yo comencé a armar una fogata con una leña que encontré cerca. Había mucha leña como para pasar los días que tenía presupuestado pasar allí.

—Terminé— dice Jungkook, saliendo desde el interior de la carpa.

—Yo igual— sonrío, sacudiendo mis manos en mi pantalón.

En los bolsillos de mi abrigo hurgo hasta encontrar una caja de fósforos, de la cual saco uno, lo enciendo y lo pongo sobre la maderera para que el fuego se fuese intensificando.

—Y ahora, ¿qué haremos?

—Vamos a dormir, muero del frío— río, tomando su mano para entrar con el a la carpa.

La cerramos y encendí una vela para que generara un poco de calor extra, luego, me acuesto junto a Jungkook.

—Perdón por esto...

—No es tu culpa, cariño. Yo te traje aquí, lo menos que puedo hacer— respondo, sonriendo.

𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐩𝐞𝐥𝐥 𝐨𝐟 𝟒𝟒𝟒  [𝐕𝐊𝐎𝐎𝐊] ; 𝐒.𝐋 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora