٬ 🤺 ․⠀War. ˚ . ✦ (Minsung)

11

Horas manejando hasta que llegaron a una pequeña isla, aislada de todo tipo de guerra o problema, un lugar tranquilo.

Ahí vivieron ambos chicos por años, era una población realmente minúscula, por lo qué no tuvieron problema en incorporarlos.

Después de unos meses se acostumbraron a la compañía del otro, Jisung se curó de la herida de bala y Minho estaba cada día más enamorado de su menor, por qué así es, Minho tenía diecinueve años cuando la guerra comenzó, por lo tanto, un año más que su amado.

La mentalidad de Minho cambió muchísimo gracias a Jisung, estaba aprendiendo a respetar a los demás y a dejar la misoginia a un lado, lo qué antes le resultaba repulsivo ahora le fascinaba, la forma de pensar de Jisung ahora se le hacía hermosa, todo él era hermoso.

—Te amo.

—Qué.

—Estos años contigo me he dado cuenta de qué te amo, Jisungie, y yo nunca había amado a nadie.

El menor se avergonzó un poco y pasó su mano peinando su cabello.

—Yo tampoco nunca había amado a nadie, solo estuve en un matrimonio arreglado antes de la guerra.

—¿Me amas?

Jisung suspiró ante la pregunta de Minho, y es qué, ni él lo sabía.
Desde el primer momento que se vieron Jisung supo de Minho no sería un chico más, por más que haya pasado todo lo malo que ocurrió, siempre le guardó un cariño especial.

¿Lo amaba?
Amaba su manera de demostrarle cariño para después concluir con un "Pero yo no soy gay", amaba su timidez al darle detalles, amaba su gran belleza y su hermosa sonrisa.
Sí, lo amaba.

—Te amo, Minho.

Los dos sonrieron y continuaron su cena, sin emitir palabra alguna, pero con miles de sentimientos mutuamente enredados.

-

La segunda guerra mundial por parte de Japón ya había finalizado, estaban en 1947 y según les habían informado ya hacían dos años de qué todo se había terminado.

Viajaron de nuevo a Japón, bueno, ahora aquel territorio se llamaba Corea del Sur.
Minho y Jisung no eran oficialmente una pareja, pero sí se comportaban cómo una.
Habían pocas parejas que realmente se amaban en la época, y ellos eran una de esas mínimas partes.

Llegaron a la qué hace años era la casa de Jisung, el chico se sentía muy mal de no haberse podido comunicar con Sana todos estos años, solo deseaba que todavía estuviera en aquel hogar.

Tocó la puerta un par de veces muy suavemente y esperó con paciencia.
Una chica de cabello largo azabache abrió la entrada, desilusionando un poco al jóven, al parecer Sana se había mudado.

—Hola ¿Que necesita?

—Estoy buscando a Sana Minatozaki ¿Vive aquí?

La chica asintió e hizo una seña hacía adentro de la casa, retirándose de la entrada para dejar ver a la ex esposa de Jisung.

Sana cubrió su boca con ambas manos al visualizar a Jisung, no se lo podía creer.
Corrió a abrazarlo con una gran sonrisa en su rostro y lágrimas descendiendo por sus mejillas.

—¡Ji! Creí que habías muerto..— Sollozó de felicidad la mujer.

—Aquí estoy, Sannie, lamento haber tardado tanto.

El chico limpió las lágrimas de la menor y dejó un casto beso en su frente, acariciando sus mejillas.

—¿Ella es Dahyun, verdad?— Sana asintió.

—Somos pareja.

Ambos sonrieron y Jisung aplaudió levemente, demostrando felicidad al respecto.

—Me alegra demasiado que seas libre y feliz, pequeña.— Ella lo abrazó con más fuerza.

—¿Que hay de tí?

—Bueno, eh..— Señaló a Minho dentro de la camioneta.

—Oh, lo entiendo, igualmente me alegra mucho que hayas podido encontrar a alguien, Jisungie, te extrañé como no tienes una idea!

—Yo también te extrañé, Sana.