𝖢𝖺𝗉𝗂̀𝗍𝗎𝗅𝗈 20

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Mis piernas no daban para más ya que no había hecho calentamiento antes de salir como rayo de la casa de los Diaz, pero prefería ver qué me repararía mi poca responsabilidad en el deporte a detenerme y ver lo que un enfurecido Guillermo en pijama de tortugas podría hacerme.

Su respiración era entrecortada y podía escucharla muy de cerca,cosa que me sorprendía ya que en lo que menos se caracterizaba era en los deportes.Si caminar le agotaba.

Parece que los calambres,torceduras de tobillo y un posible desmayo en medio de la calle tampoco le importan mucho ahora—volteo a verle—si en efecto,lo único que me dicen sus ojos o lo que veo de ellos es "te voy a hacer más daño que tu ex",osea no tengo ex pero ustedes entienden la referencia.

Visualizo mi casa ya que estamos a pocos metros de ella y mi alegría aumenta al ver a mi abu regando las plantas.

Aumento la velocidad y le gritó:

—¡Deme la manguera!.

Ella levanta su mirada y me ve.

—¿Para qué?—pregunta ya cuando estoy a pasos de ella.

—Es para cal- —no me da tiempo  terminar ya que siento el peso de alguien encima mi espalda y caigo al suelo.

Mi cara o bueno la parte derecha de esta pasa raspando la banqueta de enfrente mi casa y con el ojo izquierdo logro ver a mi celular siendo estampado a un lado de mí.

Willy se levanta de mi ahora más descompuesta espalda y yo hago lo mismo con algo de dificultad.

Levanto mi celular del suelo y doy un suspiro de alivio al ver que solo se ha estrellado el protector de pantalla,fue muy generoso por no arrojarlo a la mascota de los Vázquez.

Da un paso adelante y gira a verme.

—Pasas por mi—avisa serio antes de irse ahora caminando.

Mi abuela no duce nada hasta que gira a ver a Willy y le grita.

—¡¿Gustas pasar a comer galletas?!.

El se detiene y regresa con la misma mirada de pocos amigos hasta que se dirige a mi abu.

—Por supuesto que sí señora De Luque.

Los dos caminan hacia la entrada como si yo y mi ahora rojiza mitad de cara no existieramos.

Hago lo mismo detrás de ellos y me dirijo a mi habitación mientras ellos hablan amenamente en la cocina.

Lavo mi cara,desinfectó la parte dañada de esta y coloco un parche en mi mejilla que fue la que más sufrió  en todo esto.

Me cambio de ropa y bajo al cuarto de lavado para lavar ahora sí mis prendas de hace una semana.

Mientras agrego mi suavizante favorito a la lavadora logro escuchar las carcajadas de mi abue y Willy,comienzo a sentirme tan solo que mejor optó por ver mi celular mientras espero.

Me sorprendo al ver quince llamadas perdidas de Rubius de hace menos cinco minutos así que optó por regresarle las llamada.

No tarda nada en contestar y se escucha agitado.

—Hola—saludo.

—¿Te golpearon?.

—Podría decirse que si aunque–

Me interrumpe.

—Videollamada ¡Ya!.

Cuelga y en tan solo segundos la aplicación de internet friends me notifica de una videollamada.

𝕀𝕟𝕥𝕖𝕣𝕟𝕖𝕥 𝔽𝕣𝕚𝕖𝕟𝕕𝕤? 𝕎𝕙𝕒𝕥 𝔽𝕠𝕣? (ℝ𝕦𝕓𝕖𝕘𝕖𝕥𝕥𝕒)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora