Cap.2

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Daila Baker

En el tiempo que pase con Dante conocimos a dos chicos más del concurso, el primero, un chico muy alto, su cabello café muy claro tirando a un rubio era largo y lo tenía peinado como si apenas había pasado un peine ahí, aunque se le veía muy bien, sus ojos eran de un verde con destellos pequeños de azul y su mirada era muy inocente como si de un niño fuera. Ni aún con el espantoso uniforme azul del colegio opacaba su belleza, es más, el color del uniforme hacia un contraste con sus ojos resaltándolos más. Su nombre era Mael Howard.

La chica también era alta, su cabello era largo y color chocolate con unas mechas color carmesí, le hacía juego al maquillaje de unos tonos rojos muy bajos y sus labios. Sus ojos eran de color miel muy claro, que se podía confundir mucho con un verde, sus facciones le hacían ver fuerte e intimidante. Su nombre era Dakota.

Dante, era también alto, pero no era del mismo tamaño que Mael, tal vez los diferenciaban unos centímetros, su cabello era un negro que contrastaba de su piel blanca. Sus ojos negros daban una mirada que podía intimidar a cualquiera.

Nuestras clases comenzaban al mismo tiempo que Mael y Dakota, por coincidencia nos pusieron en el mismo curso junto a otros 2 estudiantes más, pero decidimos usar la ventaja de que somos nuevos para ir tarde.

Pasábamos el rato para conocernos más, fuimos a unas mesas lejos de los grandes edificios del lugar en una zona no transitada. Hablábamos de cómo fue nuestra reacción al tener el "privilegio" de venir acá, a Mael le costó mucho obtener la beca, aunque venía de un colegio privado de su ciudad y tenía buenas notas no pudo ser aceptado por 3 veces hasta que ganó el concurso. A Dakota fue por total coincidencia, una amiga se había equivocado con su apellido y puso el de Dakota por error, aunque no quería venir al colegio por que faltaba dos años para graduarse aceptó ya que tendría más reconocimiento y más oportunidades de ser aceptada en una universidad mejor. A Dante sus padres le obligaron a concursar, y yo , pues solo me inscribí porque una amiga me molestaba a que jamás iba a entrar a este instituto porque no soy del tipo de persona que convivía con gente millonaria , aunque lo admito, cuando entré no sabía nada del lugar ni ahora y el uniforme es un asco, no me queda el color azul.

- Y, a ustedes chicos ¿no les parecen un poco raro cómo se comportan aquí? - pregunté muy curiosa por saber si alguien más siente esas raras vibras del lugar.

- Yo que vengo de un colegio parecido, pues, si se me hace un poco raro , tal vez por lo que es muy estricto y ya sabes el miedo a tener algún castigo- dijo Mael.

- Pero, ¿Creen que fue así desde antes? Por qué cuando investigué de este lugar no encontré nada relacionado, solo a una familia que se supone que es dueño original del lugar. - informa Dakota. - Bueno, creo que iré al tocador, mi cabello me está molestando demasiado con el viento, regreso en un rato.

Dakota se va y nosotros seguíamos hablando sobre muestras antiguas amistades o profesores, hasta que vimos pasar al que creo que era el director, un señor alto y delgado, sus cabellos blancos y negros estaban impecables y vestía de un traje blanco y negro, me recordaba mucho a un pingüino, se veía pálido, y caminaba a pasos largos , creo que no se percató que estábamos ahí, al desaparecer de mi vista me llegó la brisa de con ella un olor a un perfume masculino muy fuerte, de esos perfumes que se te quedan en tus fosas nasales por un largo tiempo y es difícil olvidar. Volteo la mirada y veo a Dante y Mael, los dos los miraban se han quedado lo mismo que yo.

- ¿El director? - pregunta Mael.

- Muy probablemente, creo que es el, lo había visto en el folleto del colegio. - menciona Dante, señalando a la misma persona que pasó en nuestro frente en el folleto. - son idénticos así que, si es el, se llama Héctor Hall.

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