IV

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—No es... — mire a mi amigo a mi lado — ¿lo toco? ¿Tocó el cuerno?

—¿Cuerno?

—¿En verdad son ustedes? ¿Los reyes y reinas de antaño?

—Rey Peter, el magnífico. — una risa nasal salió de mi, pero tapé mi boca enseguida, tratando de contener una carcajada.

—Lo siento —  mire al chico castaño a su lado que también me miraba tratando de no reír.

—Creo que debiste evitar esa parte — murmuró una chica castaña.

—Si, probablemente — habló mi amigo.

—Podría demostrártelo — hablo el rubio sacando la espada.

—Wow, no se si estes seguro de eso — hablo mi amigo, el chico me miró unos segundos y yo negué con la cabeza.

—Ah, no gracias.

—Tranquila, no será conmigo, será con él — mire que señaló al chico a su lado, él sonrió y comenzó a sacar su espada.

—Aaahh — lo mire con duda.

—Relájate, no seré malo — sonrió y levanto un poco su espada.

—Pe-pero — mire a la espada y a él, suspiré y tome la espada que me ofrecía el rubio — espero que sea verdad, porque no se usar la espada — la tome y era algo pesada, definitivamente esta espada no es flexible, agh.

—Lo prometo — me guiño el ojo.

Oh no niño, yo no juego.

Levanté la espada y él también lo hizo enseguida, la choqué contra la suya y él reaccionó enseguida.

—Que no sabías usarlas, ¿Ehh? — se miraba no nervioso, si no extrañado y preocupado.

—Tal vez mentí un poquito — le di una patada en el estómago haciéndolo retroceder.

—¡EDMUND!

—¿Estas bien? — cuando me iba a acercar a ayudarlo, levantó tu espada para continuar.

—¿Preocupada? — sonrió socarrón.

—Si fuera tu, lo estaría — seguimos peleando y en eso no se como termine dándome la espalda, sentí como me pateo por la espada casi haciéndome caer pero recuperé el equilibrio.

Me di la vuelta enseguida y nuestras espadas chocaron con fuerza, ambos hicimos el movimiento para hacer que las soltáramos, pero al parecer a ninguno le importó casi romperse la muñeca, por no seder, pero al final los dos lo hicimos y las espadas salieron volando en direcciones opuestas, ambos las miramos y corrimos hacia ellas.

Tome la mía que estaba tirada en la arena, me di la vuelta para volver a atacar, pero una espada ya estaba frente a mi para atacar, al tenerla tan cerca tube que retroceder haciéndome caer a la caliente y áspera arena, mire el filo del arma tan cerca, suspiré y de un suspiro liberé el aire que contenía, el también respiraba agitadamente, suspiró unos segundos después y bajo la espada, me extendió la mano y yo la tome.

Me ayudo a levantarme de un solo intento.

—Wow, bien hecho — solté su mano y casi caigo de nuevo.

—Perdí, no estuvo bien — levanté la espada del suelo — aunque para eso existen las revanchas.

—Barcos y bigotes — mire a mi amigo — después de todo el cuerno si funciono.

—¿Que cuerno? — preguntó la chica de ojos azules.

Me encontraba sentada a lado del rey Edmund, mientras él miraba al rededor, suspiré y mire a los árboles, suspiré y me deje llevar por los sonidos de la naturaleza, al igual que del sonido de los remos al mover el agua.

May girl || Edmund Pevensie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora