Ha llegado el día de la colaboración. Todo estaba preparado. Pero este mundillo es competitivo y está lleno de envidias.
Todo se pone en su contra, pero el director Cha no las va a dejar tiradas.
PUEDOLLEVARTE MÁS ALTO
Hace apenas unos minutos que he abandonado el pabellón donde Jenna y Elle han ejercido de bailarinas de respaldo para KillA. Y, todo el rato que ha durado la actuación, no he podido dejar de pensar en lo injusto que es a veces esta industria en la que me muevo.
He tenido que hacer un esfuerzo en controlarme durante toda la función. Decir que me llevaban los demonios es quedarse muy corto. Verlas ejercer como simple relleno, al son de una canción que no es suya, me ha removido por dentro. Ellas no se merecen estar relegadas a esa posición de meras comparsas que le ríen las gracias a So Yeon, la líder del grupo. Que, por cierto, maldita la gracia que tiene. Cualquiera de las Cotton Candy tiene más talento en su meñique que esas cuatro chicas juntas.
Desde que regresé al coche, mi conciencia ha tenido a bien aguijonearme con retazos de la conversación que mantuve con Jenna esta mañana, cuando fue a contarme que no iba a poder hacer la colaboración con Mars.
Tengo que admitir me trastocó más de lo que pensaba. Tal vez fui demasiado duro con ella, pero, lamentablemente, no sé hacer nada a medias. No sé tomarme los asuntos con tranquilidad. Es todo o nada. Y con las Cotton Candy es todo.
O puede que sea solo con Jenna.
Le eché en cara que no sabía nada sobre prioridades. Lo mismo soy yo el que no lo tiene tan claro como quiero aparentar. Porque cuando le dije que esa colaboración con Mars iba a seguir adelante, no eran palabras vacías.
Por eso estaba aquí, para asegurarme de que, aunque fuera con mi ayuda, ellas llegarían a esa actuación con los chicos. Pero negaré que he ido a verlas incluso ante la Corte Suprema si es necesario. Nadie sabe que yo he estado ahí y así va a seguir.
Ellas están tardando demasiado en abandonar el pabellón, pero este tiempo me ha servido para calmarme un poco y poner todo en perspectiva.
«Lo hago por el bien de Starpeace».
¡Ja!
«¿Seguro, Jae Hyuk?», me interpela una vocecilla que se parece demasiado a la de mi tía.
Al fin pongo en marcha el coche. Apenas he recorrido unos metros cuando las veo.
«Tranquilo, Jae Hyuk. No pasa nada. Respira».
Como si fuera tan fácil.
Detengo el coche a pocos metros de ellas. Y casi saco el pedal del freno de su lugar. Como siga así de alterado, creo que se van a dar cuenta. Y ninguna de ellas es precisamente tonta. Jenna, la que menos.
Cuatro pares de ojos se giran hacia mi en cuanto escuchan el sonido del claxon. No sé si he meditado esto lo suficiente.
Ya es tarde para pasar de largo, ¿verdad?
—¡Entrad! ¡Daros prisa y subid! —digo finalmente mientras saco la cabeza por la ventanilla.
Las observo a las cuatro. Se miran entre sí un segundo, pero, al siguiente están corriendo hacia el coche. Y Jenna es quien se sienta a mi lado. Había una posibilidad entre cuatro de que lo hiciera. Ahora no sé si recordaré qué pedal tengo que pisar para que el coche se ponga en marcha.
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Idol: The coup
FanfictionFanfic escrito junto a Anna García. Las Cotton Candy son un grupo musical que está de horas bajas. Su compañía quiere disolverlas, pero ellas están empeñadas en hacerlo por la puerta grande. La aparición del nuevo CEO de la compañía, Cha Jae Hyuk, n...